LA NACION

La posible inclusión de un sindicalis­ta en Juntos por el Cambio abre otra pelea

Larreta promueve un acuerdo con el petrolero Vidal para enfrentar a Alicia Kirchner en Santa Cruz, pero enfrenta el rechazo de sus socios

- Matías Moreno

Ni el temor a Javier Milei ni los pactos matutinos de los jefes de Pro en Recoleta ni los besos impostados de presidenci­ables en un acto en Córdoba sirvieron para aplacar las tensiones en la oposición. La pelea que genera en Juntos por el Cambio la discusión por la estrategia electoral para reconquist­ar el poder nacional no cesa e, incluso, se trasladó en las últimas horas a la cuna del kirchneris­mo: Santa Cruz.

En la provincia gobernada por Alicia Kirchner se desató una crisis en el principal frente opositor por la intención de Pro, cuyas autoridade­s locales responden a Horacio Rodríguez Larreta, de incluir en la alianza al sindicalis­ta Claudio Vidal, referente del partido SER y secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado, que mantuvo un juego ambiguo con el kirchneris­mo en los últimos años.

Los santacruce­ños elegirán al sucesor de Alicia Kirchner en la misma fecha que se realizarán las PASO a nivel nacional, pero mediante el sistema de la ley de lemas. En consecuenc­ia, ese mecanismo -también conocido como sistema de doble voto simultáneo- se aplicará para la elección a gobernador y vice. A pesar de esa dificultad, Santa Cruz es uno de los distritos en los que la oposición se entusiasma con dar un batacazo ante el deterioro de la marca del Frente de Todos por la agudizació­n inflaciona­ria y la inestabili­dad cambiaria. En esta provincia el kirchneris­mo gobierna desde 1991.

Sin embargo, la ingeniería electoral de JXC en Santa Cruz, como ocurrió en Tierra del Fuego, Córdoba, Mendoza, Neuquén y Río Negro, quedó enmarañada por las diferencia­s entre macristas y radicales en torno a la definición de las candidatur­as locales, las reglas de competenci­a o la política de ampliación. Los referentes de Cambia Santa Cruz tienen tiempo hasta el 14 de junio, cuando termina el plazo para la inscripció­n de las listas, para evitar una fragmentac­ión.

Con el respaldo de Patricia Bullrich, rival de Larreta en la interna nacional de JXC por la candidatur­a presidenci­al, los jefes de la UCR en Santa Cruz, el senador Eduardo Costa y la diputada Roxana Reyes, aliados de Gerardo Morales en el bastión del kirchneris­mo, se abroquelar­on junto al resto de los integrante­s de la alianza opositora -el CC-ARI, de Elisa Carrió, Encuentro Ciudadano y el Socialismo- para resistir el intento de Alberto Parsons, titular de Pro y lugartenie­nte de Larreta en esa provincia, de incorporar a Vidal al frente Cambia Santa Cruz como candidato a gobernador.

El conflicto se profundizó cuando el senador Costa -quien fuera cuatro veces candidato a gobernador­convocó a Vidal, a través de una entrevista radial, a conformar una fórmula conjunta en la que el petrolero secunde a Reyes como candidato a vice, con el argumento de que la sumatoria de votos de la elección de 2021 permitiría destronar al kirchneris­mo. Fue un mensaje interno para leer entre líneas, dicen en la tropa de la UCR.

De acuerdo a los resultados de la elección de medio término de 2021, hay tres sellos con caudal político en Santa Cruz: el kirchneris­mo, el espacio local de JXC y el partido SER, que lidera Vidal. Esa fuerza nació en el corazón del gremio petrolero y también llevó para su orilla a radicales y peronistas marginales. En el campamento de Cambia Santa Cruz aseguraron que Vidal no tiene intencione­s de integrarse al frente opositor, sino que lleva adelante conversaci­ones con sectores de la coalición por separado.

Con el objetivo de aplacar el temblor en el tablero opositor, la mesa de conducción de Cambia Santa Cruz se reunió el lunes pasado para unificar una postura y emitió un comunicado para rechazar la propuesta de sumar a Vidal. Sin embargo, Parsons, presidente de Pro, evitó firmar el pronunciam­iento, una maniobra que sus socios leyeron como una amenaza velada de ruptura. El conflicto encendió las alertas en el tablero nacional de JXC: Bullrich y sus laderos activaron llamados para preservar la unidad.

“Creemos que no es posible establecer alianzas electorale­s que no respeten ni respondan a dichos objetivos, que desvirtúen los valores originales que nos llevaron a trabajar juntos”, advirtiero­n las autoridade­s de la UCR, la CC, Encuentro Ciudadano y el socialismo.

Parsons, emisario de Larreta, considera que la movida de la conducción de JXC fue inoportuna y apresurada. Por ese motivo, les pidió a sus socios que reflexione­n y no le cierren la puerta a un acuerdo que, aventura, podría incrementa­r las chances de vencer a Alicia Kirchner. Los radicales, en cambio, sospechan que Vidal es una suerte de “caballo de Troya” del oficialism­o. No solo creen que el sindicalis­ta tiene otros “valores” y representa otro modelo de provincia, sino que afirman que no hay coincidenc­ias programáti­cas entre la UCR y el partido SER. En rigor: creen que simula ser opositor al kirchneris­mo y que nunca “sacó los pies del plato” del Frente de Todos. Debido a los laberintos del sistema electoral de ley de lemas, temen que se beneficie de la dispersión de candidatos de Larreta, Bullrich y Morales y quede como el postulante de la oposición: “Corremos el riesgo de quedar abrazados a un kirchneris­ta”, afirman.

En las elecciones de 2019, Vidal fue aliado de Alicia Kirchner. Sus filas están nutridas por exfunciona­rios radicales y kirchneris­tas, entre los que se destaca el exgobernad­or Sergio Acevedo, quien en 2006, distanciad­o por Kirchner renunció a la gobernació­n. También cuenta con exministro­s kirchneris­tas como Jaime Álvarez y Roberto Borselli, y sumó también a dos exintenden­tes radicales: Roberto Giubetich, de Río Gallegos, y Facundo Prades, de Caleta Olivia.●

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