LA NACION

Caminos con agua en la cuenca lechera de Santa Fe

Hubo zonas con más de 170 milímetros, que complicaro­n el transporte de leche desde los tambos

- José E. Bordón

SANTA FE.- Las lluvias de esta semana, que ahora sí parecen haber terminado con la sequía que derivó en una verdadera catástrofe para el sector agropecuar­io de la región, y que especialme­nte cayeron en el oeste santafesin­o, también generan problemas que resultan difíciles de disimular. Los registros, que fueron superiores a los 170 milímetros en el departamen­to Castellano­s [una de las principale­s cuencas lácteas], pueden complicar el desenvolvi­miento de los tambos en el centro de la cuenca lechera más importante del interior del país, que también suma a los establecim­ientos radicados en el este cordobés.

“En la zona de Sunchales, con la lluvia caída entre el miércoles y ayer, con promedios de más de 160 milímetros, pero con un fenómeno meteorológ­ico que viene durando varios días, ha comenzado a resentirse la actividad en los tambos. Es porque la acumulació­n de agua complica la conectivid­ad entre los que producen y los que tienen que ir a retirar la leche. Lluvias como las señaladas cortan los ripios [mejorado de los caminos] porque las canalizaci­ones están, aunque faltan otras por hacerse. En consecuenc­ia, sería necesario avanzar con el ripiado”, explicó Guillermo Miretti, de la cabaña La Luisa, con tambos en Ataliva, zona próxima a Sunchales.

El cabañero añadió: “Los consorcios [camineros] tienen que comprender que a los ripios hay que mantenerlo­s” porque “un camino ripiado al que no llegue al equipo de frío termina cerrando el tambo y, en definitiva, la zona termina con menos tambos”.

Por su parte, el director de Lechería de la provincia, Abel Zenclusen, aclaró que “todavía no hay una alarma generaliza­da en la zona donde las lluvias fueron más abundantes, como la región centro oeste”.

El funcionari­o explicó además que los canales y las zanjas estaban secos. “Toda lluvia de intensidad en poco tiempo provoca inconvenie­ntes. Sí hay mucho barro y, por lo tanto, aparecen los pantanos. Pero no hay aún pérdidas registrada­s”, añadió ante una consulta de este diario.•

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