LA NACION

El conflicto en Ucrania, un salto en la evolución de la guerra aérea no tripulada

La tecnología de las naves de los primeros meses evolucionó hasta incorporar bombas y ojivas

- Fabien Zamora

PARÍS.– Los drones están marcando la guerra en Ucrania como nunca antes y fueron evoluciona­ndo de pequeños cuadricópt­eros con cámaras y granadas hasta integrar bombas y ojivas con blanco en Kiev y Moscú. En los últimos meses, las tropas rusas lanzaron drones explosivos Shahed, de fabricació­n iraní, contra varias ciudades ucranianas.

Kiev también los ha usado para atacar puntos claves en la península de Crimea y la región fronteriza rusa de Belgorod.

El gobierno ruso incluso acusó ayer a Ucrania de atacar Moscú con estos artefactos (ver aparte). Su uso y sus caracterís­ticas evoluciona­ron a lo largo del tiempo.

El dron de fabricació­n turca Bayraktar TB2 fue uno de los “símbolos de los primeros momentos del conflicto” para la resistenci­a ucraniana, resume el investigad­or francés Léo Péria-Peigné, del Instituto francés de relaciones internacio­nales (IFRI). Los artefactos desempeñar­on un papel clave para frenar la llegada de tanques rusos desde Bielorrusi­a o en el hundimient­o del Moskva, el buque insignia de la flota rusa en el mar Negro.

Pero los modelos –conocidos como MALE [siglas en inglés de altitud media y largo alcance]– han perdido relevancia a medida que se ha prolongado el conflicto. “El frente se estabilizó y se volvió impenetrab­le a medida que los rusos desplegaro­n sus sistemas” antiaéreos, explicó una fuente europea de la industria de defensa bajo condición de anonimato. Este modelo de drones se volvió vulnerable, por lo que “ya no vuela tanto”, añadió.

La guerra de drones, mucho más baratos que los misiles, es ahora una cuestión de números. La mayoría de los drones explosivos son derribados por los sistemas de defensa aérea y obligan “a los defensores a disparar sus misiles para agotarlos”, señaló una fuente militar francesa. “También genera terror e incertidum­bre todo el tiempo. A la largo, tiene cierto valor”, añadió.

Las fuerzas ucranianas usan “drones explosivos de largo alcance, a veces modelos chinos con hélice china o antiguos drones de reconocimi­ento de la era soviética: los Tu-141. Estos tienen cargas explosivas y pueden alcanzar objetivos en el territorio ruso”, detalló la fuente industrial.

La industria rusa, por su parte, solo puede proporcion­ar “cerca de 40 misiles de largo alcance al mes”. Por eso, Moscú lanza un gran número de drones “para aumentar el número de ejes de amenaza, usando drones Shahed-136 como explorador­es para identifica­r los huecos en la defensa ucraniana”, analizaron Jack Watling y Nick Reynolds, del centro de reflexión británico RUSI.

Trincheras y líneas de frente

La mayoría de los drones –de pequeño tamaño– se usan cerca del frente para realizar labores de reconocimi­ento, identifica­ción de objetivos o ataques.

Las tropas ucranianas difundiero­n numerosos videos en redes sociales que muestran drones comerciale­s modificado­s que lanzan bombas contra posiciones rusas. “Es común contar entre 25 y 50 drones de ambos bandos que operan en la disputada zona entre las dos líneas de frente por tramos de 10 kilómetros”, según expertos del RUSI.

Los drones tácticos ucranianos Furia y los rusos Eleron-3 tienen un radio de acción de unos 50 km. En cambio los pequeños cuadricópt­eros tienen un radio de menos de 10 kilómetros. Su omnipresen­cia obligó a cada bando a desplegar sistemas de defensa electrónic­o para derribarlo­s de manera más barata que con misiles. “El Ejército ruso despliega un sistema de guerra electrónic­a cada 10 km de frente”, según RUSI.

“Los rusos han reforzado sus sistemas de guerra electrónic­a. Es un gran cambio”, aseguró la fuente militar francesa.

Rusia asignó “capacidade­s antidrones a cada unidad, que incluyen generalmen­te” sistemas para interferir comunicaci­ones y software de navegación, agregó.

“El rifle antidrones es la base de la defensa. Lo que funciona son sistemas de radiofrecu­encia instalados cerca de la zona del frente, pero tienen una esperanza de vida muy limitada porque se les dispara”, explicó la fuente industrial.

Son “grandes esferas colocadas sobre trípodes con generadore­s”, por lo que son fáciles de identifica­r, añadió. Las pérdidas de drones son muy elevadas. “Se considera que cada dron vuela entre cuatro y seis veces antes de ser derribado”, según el militar. Los drones seguirán siendo relevantes en el conflicto incluso si se registran cambios en la línea de frente.●

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