Meloni se anota un triunfo arrollador en unas elecciones municipales
Su alianza ganó en cinco de las siete localidades que habían ido a ballottage y conquistó incluso la ciudad de Ancona, histórico bastión de la izquierda
ROMA.– Giorgia Meloni está de fiesta: en la segunda vuelta de elecciones municipales parciales, que tuvo lugar el domingo y anteayer, la coalición de derecha que lidera tuvo un triunfo arrollador. Confirmando que el viento de derecha sigue soplando fuerte en toda la península, su alianza de gobierno le ganó por un amplio margen a la oposición de centroizquierda: se quedó con cinco de las siete localidades importantes que habían ido a ballottage, incluso con la ciudad de Ancona, capital de la región de las Marcas y bastión “rojo” durante los últimos treinta años.
AlasciudadesdeImperia,Latina, Sondrio y Treviso, que había ganado hace dos semanas, en el primer turno de estos comicios que resultaron un test nacional, la derecha –en el poder desde octubre–, además de Ancona, también sumó varias ciudades de la antes “roja” Toscana, como Pisa, Siena, Massa y Brindisi, en el sur, propinándole un durísimo golpe a la centroizquierda, que solo se impuso en Brescia, Teramo y Vicenza.
Se trató de una goleada por “9 a 3”, graficaron los analistas, que destacaron que, por el momento, Giorgia Meloni, la primera mujer que logró llegar a ser primera ministra de Italia, “no tiene rivales” y que sigue su “luna de miel” con el país. Líder del posfascista Hermanos de Italia, Meloni ganó en septiembre pasado las elecciones nacionales al frente de una alianza con la xenófoba Liga de Matteo Salvini y la derechista Forza Italia del expremier y magnate Silvio Berlusconi.
Pese a las expectativas de una resurrección de la centroizquierda de la mano de la nueva y joven secretaria del Partido Democrático (PD), Elly Shlein, la primera mujer elegida en ese cargo hace solamente 92 días y considerada una “antiMeloni”, finalmente no hubo ningún “efecto Elly”.
Shlein, de 38 años, admitió enseguida una “clara derrota”, que significó un baldazo de agua helada para quienes se habían ilusionado con un renacimiento de la izquierda y que puso en duda su liderazgo y el de la nueva dirigencia del segundo partido más importante de Italia. Shlein, que destacó que “el viento de la derecha aún es fuerte”, también reconoció que “es evidente que solos no se puede ganar”, en una frase en la que indirectamente aludió al expremier Giuseppe Conte, líder del Movimiento Cinco Estrellas, y a la necesidad de una alianza con su partido de oposición para revertir las cosas.
Meloni, de 46 años y cada vez más afianzada, celebró con un video que subió a sus redes sociales el hecho de que su coalición de derecha hubiera confirmado en estas elecciones municipales “su consenso entre los italianos, su arraigo y su fuerza”. Definió, además, como “histórica” la victoria en la ciudad de Ancona, que según ella “confirmó que ya no existen ‘bastiones’ (rojos)”, y agradeció a todos los italianos que con el voto “premiaron nuestro buen gobierno, nuestras propuestas y nuestra forma de ser concretos”.
Su socio Matteo Salvini, ministro de Infraestructuras y vicepremier, también subrayó los “extraordinarios resultados” logrados por la coalición y, fiel a su estilo sarcástico, comentó que hubo un “óptimo efecto Shlein”.
Antonio Tajani, canciller, vicepremier y número dos de Forza Italia, por su parte, en una entrevista con La Stampa no dudó en hablar de una “revolución cultural”. Destacó que los votantes habían castigado a un PD demasiado corrido a la izquierda y que el secreto del triunfo del oficialismo fue una posición política de centro y con “candidatos moderados y competentes”.
Francesco Verderami, analista del Corriere della Sera, consideró que el resultado de las municipales era “abrumador”, no solo por la dimensión del éxito de la derecha, sino también por el modo en que tuvo lugar. “Las fuerzas de la mayoría de gobierno conquistaron casi todas las ciudades que fueron al ballottage, es decir, en el turno electoral que siempre había sido el terreno favorable de la centroizquierda”, subrayó.
“Al momento, Giorgia Meloni no tiene rivales –también destacó–, porque los partidos de oposición no son considerados por los electores sujetos capaces de representar una propuesta política alternativa, sino solo elementos de protesta a los que les falta un común denominador que pueda servir de aglutinador para el nacimiento de una coalición”.
Si bien el test electoral fue parcial e implicó a pocos millones de electores, puntualizó finalmente Verderami, estuvo en línea con ese viento de derecha que está soplando en Europa, como demostraron los resultados electorales en España y en Grecia, en una tendencia que podría confirmarse en las próximas elecciones europeas, en 2024.ß