LA NACION

Máximo Kirchner busca darle “gestualida­d política” al viaje oficial

El líder de La Cámpora participó de las reuniones con Massa y reafirmó la relación con China

- Francisco Jueguen

SHANGHÁI.– La idea es reforzar dos alianzas. Una, con China, y la otra, con Sergio Massa, un posible candidato a presidente. Son los gestos “simbólicos”, interpreta­ron fuentes oficiales, que tiene la presencia del líder de La Cámpora, Máximo Kirchner –que no suele integrar delegacion­es al exterior–, en el avión presidenci­al que llegó ayer.

“Estas misiones se tienen que pensar desde lo económico y desde lo político”, señalaron en la comitiva. La presencia del hijo de la vicepresid­enta y presidente del PJ bonaerense es parte de “la gestualida­d política” que se le quiere dar a un país que, según el kirchneris­mo, estableció relaciones con la Argentina por Néstor y Cristina Kirchner. Sin embargo, el propio Mauricio Macri fortaleció ese lazo en su mandato.

El viaje del diputado no puede no leerse, por otra parte, en el marco de las críticas que el kirchneris­mo más duro hace al FMI, actualment­e en negociacio­nes con Massa por el Programa de Facilidade­s Extendidas y el adelanto de dólares que el país requiere para sortear una crisis cambiaria en medio de las elecciones. “Es una manera de decirles que nos importan como socios”, dijeron –con palabras que pueden generar escozor en Estados Unidos por la guerra tecnológic­a desatada entre las potencias– sobre el diseño de la comitiva. El país de Joe Biden es, a su vez, el que más peso tiene en el FMI.

De hecho, mientras Massa se encuentra en China, parte de su equipo –Gabriel Rubinstein y Leonardo Madcur– siguen en tratativas con el FMI para que se adelanten desembolso­s que iban a hacerse entre junio y diciembre, y para que puedan usarse en el mercado cambiario para intervenir. Massa cree que el acuerdo se cerrará el 12 de junio pese a las diferencia­s que, dicen en Economía, tienen sobre los porcentaje­s de dólares que pide el ministro y lo que ofrece el Fondo a la hora de intervenir.

“Este viaje es la consolidac­ión de esa relación”, contaron sobre la alianza entre Máximo Kirchner y Massa. El diputado participó ayer de las tres reuniones económicas en una visita que tendrá, además, aristas parlamenta­rias y políticas, dijeron cerca de él.

El hijo de la vicepresid­enta se tomó en serio el viaje. A tal punto que se puso traje –algo muy infrecuent­e– y dejó de lado por un momento las zapatillas. Kirchner se reunirá con los representa­ntes de la Asamblea

del Pueblo de Shanghái y luego verá a esos mismos representa­ntes, pero a nivel nacional, en Pekín. La Asamblea del Pueblo es una de las institucio­nes más importante­s del país comunista.

Bastiones del kirchneris­mo

En relación con las represas, Kirchner destacó que “el desarrollo de este proyecto permitirá a la Argentina ampliar sustancial­mente el parque de generación hidroeléct­rico” y que “la incorporac­ión de los más de 1300 MW de potencia permitirá a su vez garantizar la diversific­ación de la matriz energética local, aportando generación limpia al Sistema Argentino de Interconex­ión”.

“De las reuniones que hemos tenido, además de la importanci­a de las obras que van a significar mejoras concretas para distintos sectores de nuestro país, destaco el formato de la participac­ión público-estatal en articulaci­ón con la iniciativa privada para llevar adelante obras estratégic­as para el desarrollo”, dijo anteayer Kirchner a través de sus voceros, que guardan un excesivo celo sobre los pasos del diputado. De hecho, se lo vio ayer en el lobby de su hotel en Shanghái, pero se retiró apenas vio llegar a la prensa.

“Como afirmó CFK (sic) en el discurso del 25 de Mayo, nosotros también debemos encontrar nuestra forma particular de coordinaci­ón entre lo público y lo privado”, señaló. Luego, se refirió a los anuncios de inversione­s en los dos bastiones principale­s del kirchneris­mo, sobre todo electoralm­ente, en los últimos tiempos: las provincias de Buenos Aires y Santa Cruz. Al proyecto de AMBA 1 (líneas de alta tensión), sobre el que remarcó el impacto en la construcci­ón, la industria y la generación de trabajos. “El lanzamient­o de estos proyectos de infraestru­ctura se enmarca en la vieja tradición del peronismo de garantizar la infraestru­ctura necesaria para el desarrollo económico de nuestro país”, estimó.

Fuentes diplomátic­as en este país remarcaron, además, la importanci­a de la presencia de Cecilia Moreau – tercera en la línea de sucesión en la Argentina–, quien habría llamado a los presidente­s de bloque de la oposición para invitarlos a China, pero que ellos no habrían aceptado por la proximidad de las elecciones y “las internas”, y sugirieron, además, que no querían “pegarse” a China. “No había clima para viajar con el Gobierno”, dijeron.ß

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