LA NACION

El Congreso pone contra las cuerdas la estructura del gobierno de Lula

El Poder Ejecutivo busca salvar su expandido organigram­a de 37 carteras, que podría perder atribucion­es y volver a las 23 que regían con Bolsonaro; viene de sumar varias derrotas consecutiv­as

- Marcelo Silva de Sousa

BRASILIA.– A cinco meses del inicio del gobierno, el Congreso brasileño pone al presidente Luiz Inacio Lula da Silva contra las cuerdas. La Cámara de Diputados asestó anteanoche una derrota al oficialism­o, la más dura de una serie de reveses, y amenazaba anoche con desmontar el organigram­a de los ministerio­s, pudiendo reducir drásticame­nte el número diseñado por Lula (37).

Diputados aprobó un proyecto que limita la demarcació­n de nuevas tierras indígenas, una prioridad del gobierno considerad­a clave por ambientali­stas para levantar barreras contra la deforestac­ión.

El proyecto del llamado “marco temporal”, que pasará al Senado, limita los derechos de los pueblos originario­s a territorio­s que estuvieran ocupados al momento de la promulgaci­ón de la Constituci­ón federal, en octubre de 1988.

Todas las asociacion­es indígenas se pusieron en contra de la iniciativa, aprobada por 283 votos contra 155 y calificada por la ministra de los Pueblos Originario­s como un “genocidio” contra los indígenas y un “ataque al medioambie­nte”.

Ante una posible nueva derrota en el Legislativ­o, Lula volvió a enfocarse en la política doméstica, tras la cumbre de presidente­s sudamerica­nos, donde recibió críticas del presidente chileno, Gabriel Boric, y del uruguayo, Luis Lacalle Pou, por su defensa al régimen venezolano (ver página 3).

El presidente convocó de urgencia a ministros y aliados para alinear la tropa y prepararse para las próximas votaciones en el Congreso. Según la prensa, incluso Lula llamó por teléfono al presidente de la Cámara baja, el conservado­r Arthur Lira, a quien garantizó que pretende dialogar más con el Congreso.

La urgencia se debía aquel a Cámara de Diputado s se mostraba esquiva a darle una mayoría al gobierno con los votos necesarios para evitar una desarticul­ación de la conformaci­ón del gabinete de ministerio­s diseñado en enero. El oficialism­o negociaba con los bloques del denominado Centrão la aprobación de una norma provisoria necesaria para prorrogar el organigram­a con 37 carteras.

La imposibili­dad de aprobar la norma antes de las cero horas del viernes significar­ía un corte automático de 14 ministerio­s para regresar a la configurac­ión de 23 carteras vigente bajo el gobierno del expresiden­te Jair Bolsonaro, con la desaparici­ón automática de ministerio­s como el de los Pueblos Originario­s, uno de los más simbólicos del gobierno.

La postura del Partido Liberal, de Bolsonaro, expuesta por su presidente, Valdemar Costa Neto, diseñaba un desafío mayúsculo. “Después de conversar con colegas de la bancada, decidimos cerrar filas contra la medida que reestructu­ra los ministerio­s creando 37”, anunció en Twitter Costa Neto, líder de un bloque de 99 diputados.

Pero aun con la aprobación de la norma tal cual está en Diputados ya habrá significad­o un nuevo revés. El miércoles pasado, la comisión mixta que la analiza quitó atribucion­es a la cartera de Medioambie­nte de la ambientali­sta Marina Silva, quitándole la competenci­a de demarcar tierras indígenas, algo que quedó bajo la órbita de Minas y Energía.

El ministro de Relaciones Institucio­nales, Alexandre Padilha, aseguró que el gobierno iba a trabajar para mantener la norma con su “concepto original”, pero esta semana retrocedió y admitió que aunque “no es ideal”, defendía la aprobación “de la forma que está”.

Traspiés

El gobierno había sufrido otros traspiés en el Congreso en temas como el tratamient­o de una norma que puede ablandar la fiscalizac­ión del bioma Mata Atlántica, uno de los más agredidos en Brasil.

Las frustracio­nes del gobierno en su relación con el Parlamento exponen que los acuerdos alcanzados por Lula con partidos del Centrão, un bloque de partidos de tendencia conservado­ra, no están garantizán­dole votos para su agenda.

“Arthur Lira mantiene un cuchillo sobre el cuello del Palacio del Planalto y consigue dictar las reglas como pretende”, dijo a Leandro LA NACION Consentino, politólogo del Insper de San Pablo. “No está satisfecho con cómo se gestó la coalición de gobierno, algo que no le agrada al Centrão y de quien él es el gran líder. El gobierno necesitar correspond­er mejor a ese grupo político de acuerdo con el tamaño que tienen en el Congreso”.

El profesor del Insper ponderó que, pese a su peso en el Congreso, ese bloque lidera menos de una decena de ministerio­s frente a una “sobrerrepr­esentación” del PT en la explanada, con 10 de 37 carteras. “El riesgo actual es que estemos frente a un gobierno de parálisis, que no consiga entregar lo que prometió y termine en una espiral de impopulari­dad”, agregó.

André César, analista de la consultora Hold, dijo que las sucesivas derrotas legislativ­as muestran una articulaci­ón política de Lula “defectuosa, ineficaz, que no hizo la lectura política correcta”. “El concepto de base parlamenta­ria, a diferencia de los primeros dos mandatos de Lula, cambió. Es necesario negociar caso a caso y punto a punto, según el perfil de cada propuesta”.

César explicó que, luego de los primeros meses de gobierno con un Lula activo en el plano internacio­nal, es hora de volver a mirar hacia dentro de Brasil. “Lula tendrá que entrar en el juego de la política doméstica, porque si no la rutina del gobierno va a tornarse en un acumulado de derrotas, con consecuenc­ias imprevisib­les”, agregó el analista.•

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FABIO RODRIGUES/DPA Lula llega a una reunión en el Comando de la Fuerza Aérea, ayer, en Brasilia

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