LA NACION

En Moldavia, Europa busca enviar un mensaje al Kremlin

A las puertas de la guerra, los europeos intentan además solidariza­rse con el gobierno anfitrión

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BRUSELAS.– Casi cincuenta dirigentes europeos realizarán hoy una cumbre en Moldavia, un pequeño país que vive de cerca la guerra en Ucrania, en un encuentro de alto poder simbólico y que sirve como un mensaje claro al gigante vecino Rusia.

Se trata de la segunda cumbre de la Comunidad Política Europea (CEP), que se reunirá en la capital moldava, Chisinau, y deberá también reforzar la solidarida­d de los líderes europeos con el gobierno local en la delicada coyuntura regional.

Moldavia, una exrepúblic­a soviética con menos de tres millones de habitantes, ve esta reunión de la CEP como un hito en sus aspiracion­es de adherir a la Unión Europea (UE). El pequeño país quedó rezagado con relación a sus vecinos en su aproximaci­ón con la UE, pero la guerra en la vecina Ucrania puso de relieve el rol estratégic­o que Moldavia tiene en la región.

“Los políticos moldavos son consciente­s de que le deben el estatus de candidato a la adhesión la UE a la guerra en Ucrania”, dijo Felix Hett, experto de la fundación alemana Friedrich Ebert.

Se espera que más de 2000 delegados asistan a las charlas en el Castillo de Mimi, una finca vitiviníco­la a 35 kilómetros de Chisinau y aproximada­mente a la misma distancia de Tiraspol, la capital de la región separatist­a de Transnistr­ia.

Además de los 27 miembros de la UE, están invitados otros 20 líderes de países con intereses estratégic­os tan variados como Reino Unido, Turquía, Suiza, Islandia, Serbia, Armenia y Azerbaiyán.

La primera cumbre de la CEP se realizó en Praga en octubre pasado, con la participac­ión de 44 líderes, aunque desde entonces se han unido los micro-Estados de Andorra, Mónaco y San Marino.

“Tendremos que ver quién está en la foto, pero también quién no está”, dijo Sebastien Maillard, director del Instituto Jacques Delors, un grupo de expertos con sede en Bruselas. Para el especialis­ta, es “también una oportunida­d para demostrar que los europeos pueden discutir sus intereses estratégic­os entre ellos, sin los estadounid­enses”.

Para la propia Moldavia, lo que está en juego va más allá, ya que la cumbre es un escenario para promover su ambición de entrar en la UE y rodearse de amigos como contención a lo que considera provocacio­nes por parte de Rusia.

La presidenta de Moldavia, Maia Sandu, dijo recienteme­nte que su país quiere unirse a la UE “lo antes posible” y comenzar conversaci­ones formales de adhesión dentro de unos meses. “Nada se compara con lo que está sucediendo en Ucrania, pero vemos los riesgos y creemos que podemos salvar nuestra democracia solo como parte de la UE”, señaló, para añadir que “Rusia seguirá siendo una gran fuente de inestabili­dad en los próximos años y tenemos que protegerno­s”.

En junio de 2022, menos de cuatro meses después de que Rusia iniciara la invasión a territorio de Ucrania, los Estados miembros de la UE otorgaron a Ucrania y Moldavia el estatus de candidatos oficiales a la adhesión al bloque.

Bosnia obtuvo el mismo estatus en diciembre de 2022. Otros cuatro países de los Balcanes occidental­es son candidatos oficiales, pero llevan años bloqueados: Macedonia del Norte (2005), Montenegro (2010), Serbia (2012) y Albania (2014).

Turquía, candidata desde 1999, inició negociacio­nes para su adhesión en 2005, pero sus relaciones con Bruselas se han degradado a partir de 2016 debido a la represión contra la oposición lanzada por el presidente Recep Tayyip Erdogan tras un golpe de Estado fallido.•

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AFP Von der Leyen, líder de la UE, y la presidenta moldava, Maia Sandu

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