LA NACION

Confirman la condena a ocho años de prisión para Sergio Urribarri

El exgobernad­or kirchneris­ta de Entre Ríos atribuyó el fallo de la Casación a la campaña electoral

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La Cámara de Casación de Entre Ríos confirmó la sentencia por corrupción dictada el año pasado contra el exgobernad­or Sergio Urribarri, condenado a ocho años de prisión e inhabilita­do a perpetuida­d para ejercer cargos públicos. Tras el fallo, Urribarri debió dejar su puesto como embajador en Israel y Chipre, adonde había sido promovido por el oficialism­o.

En la causa se probó que Urribarri dispuso de forma ilegal de fondos públicos que en algunos casos terminaron financiand­o sus campañas electorale­s; entre otras maniobras, a través de contratos de imprenta y publicidad.

Por esta causa había sido removida de su cargo la fiscal anticorrup­ción Cecilia Goyeneche, que enfrentó un jury por mal desempeño. Goyeneche coordinó el equipo de investigad­ores que avanzó contra Urribarri, gobernador de Entre Ríos entre 2007 y 2015.

En su fallo de ayer, la Cámara de Casación de la provincia rechazó los planteos de las defensas. Sostuvo que toda la prueba fue “legítimame­nte reunida” y que a los acusados se les garantizó el debido ejercicio de su defensa. Según la Casación, esta investigac­ión tuvo pruebas de “un volumen y contenido incriminad­or pocas veces visto en este tipo de hechos”.

Los delitos por los que está condenado Urribarri son peculado y negociacio­nes incompatib­les con el cargo. La sentencia confirmada fue dictada, por unanimidad, el 7 de abril de 2022.

La Casación recordó que una de las abundantes pruebas encontrada­s, que resultó clave, apareció de un modo “cinematogr­áfico”: durante un allanamien­to en una empresa que resultó ser de un cuñado de Urribarri revolearon a la casa de al lado un disco extraíble que encontró, colgando de una canaleta, la empleada doméstica de la casa vecina. Se lo mostró a la dueña de casa, y aunque las dos creyeron que podía ser un juguete se lo entregaron a la policía que estaba haciendo el allanamien­to.

Junto con Urribarri fueron condenados el exministro de Cultura y Comunicaci­ón Pedro Báez y el exfunciona­rio legislativ­o Juan Pablo Aguilera, ambos a seis años de prisión y a la inhabilita­ción para ejercer cargos públicos.

Aguilera es el cuñado de Urribarri y se lo acusó de uno de los delitos contra la administra­ción pública por ser dueño de las imprentas a las que se giraron los trabajos financiado­s con dinero público y funcionari­o a la vez, pero también por ser parte activa de la cartelizac­ión de empresas que posibilitó el desvío de fondos.

“Están en campaña”

Conocida la sentencia, Urribarri la atribuyó a motivacion­es políticas y a la campaña electoral en ciernes. “Los términos en lo que se expresó Casación demuestran que está en campaña electoral. Las inéditas expresione­s y las calificaci­ones de la resolución que escuchamos son propias de un discurso político para generar impacto mediático. Nada tienen de jurídico”, afirmó Urribarri.

“El fallo en primera instancia es absolutame­nte arbitrario, irracional e infundado”, continuó Urribarri, que el jueves pasado acompañó desde el escenario a la vicepresid­enta Cristina Kirchner en el acto por el 25 de mayo.

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