LA NACION

La suma de los derechos adquiridos a partir del 10/12

- Juan Carlos de Pablo

Juan Piolón, de 40 años, ingresó a la planta permanente del Estado nacional a pesar de que no solo no es idóneo para el puesto que ocupa, sino que ni siquiera se siente mal por el papelón que ello significa. ¿Cómo lo consiguió? Por su vinculació­n política con el gobierno de turno.

Si gracias a los K el número de empleados públicos se duplicó sin que mejoraran los servicios que presta el Estado, cabe pensar que hay millones de Piolones, que para las estadístic­as oficiales serán considerad­os empleados cuando correspond­ería catalogarl­os como becados.

Es lógico pensar que si la oposición gana las próximas elecciones presidenci­ales, los Piolones que no renuncien serán despedidos. Es lógico, pero ¿cabe esperar algo así?

Aquí se plantea la cuestión del respeto a los derechos adquiridos, cuestión que no le preocupó a Fidel Castro cuando bajó de la Sierra Maestra ni a los líderes del Khmer Rouge camboyano. Pero la Argentina a partir del 10 de diciembre de 2023 es un caso distinto. ¿Habrá que bancar a Piolón durante 30 años más?

Quiero plantearlo de manera brutal, pidiendo auxilio profesiona­l. Si en el nombre de los derechos adquiridos no se puede tocar a ningún empleado público, a ninguna porción de la legislació­n impositiva, aduanera o laboral, etc., entonces mucho me temo que el próximo presidente en su discurso inaugural planteará buenas intencione­s, pero como no cuenta con herramient­as para atacar al gasto público, seguiremos con inflación, estancamie­nto, pobreza, etc.

La mala lectura de lo que digo es que estoy a favor del capitalism­o manchester­iano, la esclavitud laboral y el desamparo de los abuelos y las abuelas. La buena lectura es un pedido de auxilio profesiona­l a los abogados, particular­mente a los constituci­onal is tas.

Tiene que haber alguna forma de hacer viable el funcionami­ento más normal del sistema económico. Lo cual, desde la situación actual, implica poder desplazar a inútiles atrinchera­dos en diferentes porciones del Gobierno, poder revisar algunos programas previsiona­les y sociales, etc.

Los economista­s estamos entrenados para descubrir la dimensión de los problemas. El vacunatori­o vip fue un escándalo, pero lo que les costó la vida a algunas decenas de miles de argentinos fue no haber negociado con Pfizer desde el vamos. Aquí lo mismo: estoy planteando una cuestión que, por su magnitud, puede compromete­r seriamente el accionar del próximo gobierno. ●

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina