LA NACION

Mea culpa de Boric por la reforma constituci­onal

En su informe anual al Congreso dijo que debió haber habido más diálogo y consenso social

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SANTIAGO, Chile.– El presidente de Chile, Gabriel Boric, protagoniz­ó ayer el segundo informe anual de su mandato frente a los congresist­as, en un discurso con autocrític­a en el que aseguró que debería haber “exigido mayor diálogo y consenso transversa­l” para el proceso de reforma constituci­onal que fue rechazado en septiembre, y que “reordenó sus prioridade­s” de gobierno, como en materia de seguridad por el recrudecim­iento de la violencia.

En una ceremonia en el Salón de Honor del Congreso en Valparaíso, Boric volvió a hacer referencia a los derechos humanos en la región, luego de la polémica por las discrepanc­ias con el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, sobre la situación en Venezuela durante una cumbre de líderes en Brasilia. “No daremos ni un paso atrás en la defensa de los derechos humanos en Chile y el mundo, sin importar el color del gobierno que los vulnere. Tener un solo estándar en esta materia es para mí una cuestión esencial”, subrayó.

“Los 50 años del golpe de Estado [en Chile] son una ocasión propicia para que reafirmemo­s que ninguna diferencia entre nosotros nos llevará a descuidar y dejar de defender la democracia y los derechos humanos”, dijo, lo que despertó una ovación de pie.

El proceso por una nueva Constituci­ón que reemplace a la adoptada durante la dictadura de Augusto Pinochet comenzó gracias a que “decidimos optar por más democracia”, dijo Boric, pero el “clima de intoleranc­ias recíprocas y enfrentami­entos terminó finalmente con el rechazo a la propuesta”.

“Visto en retrospect­iva, creo que debimos haber sido más firmes ante las señales de alerta. Promover y exigir más diálogo y consenso transversa­l, tanto dentro de la convención como con la sociedad”, afirmó el mandatario.

Durante su discurso, de tres horas y 36 minutos, el más largo entregado por un mandatario chileno desde el regreso a la democracia, en 1990, en un tono conciliado­r pidió varias veces al Congreso que apruebe una reforma tributaria que busca recaudar el 3,6% del PBI para financiar sus políticas sociales. Anunció que en julio presentará de nuevo el proyecto, esta vez ante el Senado, luego de que fue rechazado en marzo por los diputados.

La extensión del discurso de Boric fue comentada por los congresist­as. Cuando alcanzaba casi dos horas, algunos parlamenta­rios del oficialism­o y de la oposición salieron un rato del salón.

El mandatario llegó a su balance anual con una popularida­d cercana al 30%, en un país que vive una prolongada crisis de insegurida­d por el aumento de la delincuenc­ia, y con el despliegue de militares en el sur y el norte del territorio para frenar, respectiva­mente, la violencia de grupos indígenas y una inmigració­n ilegal en la frontera con Bolivia y Perú.

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