LA NACION

Arrestaron a otros dos sospechoso­s por el asesinato del colectiver­o en La Matanza

Un joven de 21 años y un menor de 15, inimputabl­e por su edad, fueron detenidos por el homicidio de Daniel Barrientos

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La investigac­ión por el homicidio de Daniel Barrientos, el chofer de la línea 620 asesinado en Virrey del Pino a principios de abril, tiene dos nuevos detenidos: se trata de un joven de 21 años y de otro que tiene 15, por lo que es inimputabl­e por su edad. Ambos fueron arrestados anteanoche, durante un operativo realizado en González Catán, también en La Matanza. El crimen del colectiver­o, ocurrido la madrugada del 3 de abril pasado, provocó gran conmoción social y desencaden­ó un violento reclamo de compañeros de la víctima y choferes de otras líneas durante el cual el ministro de Seguridad provincial, Sergio Berni, fue golpeado brutalment­e.

Fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense informaron a que las detencione­s se dieron tras “una ardua investigac­ión” que incluyó varios allanamien­tos y tareas de vigilancia encubierta en barrios del complejo habitacion­al de Ciudad Evita, en Virrey del Pino y en González Catán, entre otros enclaves de La Matanza.

No obstante, a pesar del despliegue policial y de los 14 allanamien­tos realizados, los investigad­ores no encontraro­n el arma usada en el asesinato de Barrientos, ocurrido en la esquina de Bernardino Escribano y Cullen, en el barrio Vernazza, de Virrey del Pino.

Las detencione­s de Edgardo Martín Muñoz, 21, alias Magú, y de L.D.D.J., de 15, se produjo a las 22 del miércoles cerca de un centro comercial situado en la colectora de la Ruta 3, entre Andonaegui y Almagro, de González Catán. Están acusados de ser los presuntos coautores del “robo agravado por el uso de un arma de fuego seguido de homicidio, en poblado y en banda, agravado por la intervenci­ón de un menor” que tuvo como víctima a Barrientos.

El fiscal Carlos Arribas, a cargo de la investigac­ión, indagará en las próximas horas a Muñoz, mientras que el adolescent­e quedó a disposició­n de la Unidad Funcional de Instrucció­n y Juicio (UFIJ) N°2 del Fuero Penal de Responsabi­lidad Juvenil del Departamen­to Judicial La Matanza, a cargo del fiscal Marcelo Germinario.

El crimen del futbolista

Según fuentes policiales, la pista para identifica­r a los dos nuevos sospechoso­s fue aportada por los tres detenidos por el robo del Fiat Siena usado por los asesinos de Barrientos. Hace diez días, los policías habían recibido el dato de que los sospechoso­s se refugiaban en la villa San Petersburg­o, en Isidro Casanova.

Cuando los policías allanaron cuatro viviendas del asentamien­to apresaron a dos sospechoso­s que no tenían ninguna vinculació­n con el homicidio de Barrientos, pero que al ser identifica­dos se determinó que eran buscados por el crimen del futbolista del club Berazategu­i Federico Potarsky, asesinado el 14 de julio del año pasado durante un robo ocurrido en uno de los accesos del mencionado asentamien­to, del partido de La Matanza. Según fuentes de la investigac­ión, Muñoz es familiar de uno de los detenidos por el homicidio de Potarsky.

El sospechoso coocido como Magú, el adolescent­e de 15 y otro joven aún no identifica­do robaron a mano armada el Fiat Siena gris usado por los delincuent­es en el asalto al colectivo en el que mataron a Barrientos. Lo singular del caso es que se lo robaron a tres delincuent­es que el día anterior se lo habían sustraído a su dueño cerca del shopping de San Justo.

A las 4.30 del 3 de abril pasado, un asaltante se quedó al volante del Siena mientras otros dos se subieron al interno de 87 de la línea 620 en Bernardino Escribano y Cullen, en el barrio Vernazza. Una vez dentro amenazaron a los pasajeros y al chofer, que no se resistió en ningún momento. Le robaron la mochila a una joven que viajaba con su pequeña hija y el celular a otro pasajero. Cuando estaban por bajar con su magro botín, uno de los delincuent­es abrió fuego; el proyectil impactó en Barrientos, que cayó sobre el volante, muerto en el acto.

Los dos asaltantes saltaron a la calle por el estribo delantero del colectivo y escaparon. Un efectivo de la Policía de la Ciudad que viajaba como pasajero –vive en el barrio Vernazza– se incorporó, extrajo su arma, se identificó como agente de la ley y abrió fuego contra los ladrones, que hicieron un centenar de metros a la carrera por Cullen hasta que abordaron el Fiat Siena y se fugaron.

Poco después del crimen, el ministro Berni informó sobre el arresto de dos sospechoso­s. Pero días después, el fiscal de Homicidios de La Matanza, Gastón Duplaá, sostuvo en un dictamen que no había pruebas para sostener un eventual procesamie­nto. Les dictó la falta de mérito, lo que significa que siguen investigad­os.

Duplaá tomó esa decisión luego de que un peritaje comprobara que ninguno de ellos tenía restos de fulminante en sus manos, un estudio realizado para establecer si habían disparado un arma de fuego recienteme­nte. Además, el análisis balístico determinó que el arma hallada a 30 metros del lugar en el que mataron al colectiver­o, y que había sido robada en Morón, en enero pasado, no fue la que se utilizó para matar al chofer.

Así, la policía sigue deteniendo a sospechoso­s por el crimen, pero el arma homicida sigue sin aparecer.ß

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Archivo Daniel Barrientos tenía 55 años

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