LA NACION

Leonardo Barone. “No era el momento político de hacer esa maniobra”

El piloto del avión presidenci­al justifica su polémica acción en Aeroparque; su historia personal y cómo conoció a Fernández

- Texto Cecilia Devanna archivo

En 10 días el piloto presidenci­al Leonardo Barone pasó de Estados Unidos a China con una polémica escala en la Argentina en el medio, que lo dejó en el centro de las críticas. Su nombre saltó a las noticias por la maniobra previa al aterrizaje en el país del flamante ARG 01, el Boeing 757, que con un costo de 25 millones de dólares se sumó a la flota aérea presidenci­al.

Por ese vuelo rasante se abrió un sumario contra Barone y contra Juan Pablo Pinto, el otro piloto de la aeronave, que se tramitará ante la Procuració­n General del Tesoro para determinar cómo fue el accionar de ambos. “Todo se hizo con autorizaci­ón. No hago nada sin ella. La pasada es absolutame­nte legal. Hay videos, está todo documentad­o”, dijo Barone a la nacion en su primera declaració­n pública sobre el tema.

Hasta ahora Barone, que es el titular de la Dirección General de Logística de la Subsecreta­ría de Planificac­ión y Servicios, solo se había expresado en un breve comunicado oficial emitido el día de lo sucedido, el 25 de mayo. Lo firmaban él y Pinto.

“Traíamos un avión a la flota nacional y es una maniobra controlada, que reviste cero peligro. Entendimos que era la bienvenida que tenía que tener”, insistió en referencia a que es lo que habitualme­nte se hace cuando se incorpora una aeronave a una flota o cuando se retira un comandante. Distintos especialis­tas en aviación coincidier­on en objetar el momento y las condicione­s en que se ejecutó la maniobra (en un día de baja visibilida­d).

“Estábamos solos, vacíos, arriba de una pista. No se hizo nada en otro lado. La repercusió­n que tuvo fue negativa, desinforma­ndo a la gente. Eso en términos de comunicaci­ón; en terminos de aviación nadie hizo nada fuera de lo permitido. No hubo incidentes. No hubo nada. Hubo videos y con eso salieron a destrozarn­os. Está el perfil de vuelo, se pidió autorizaci­ón, es todo público. Todo es demostrabl­e. ¿Dónde está el delito?”, preguntó e insistió en que en ningún momento hubo riesgos potenciale­s, pese a varias afirmacion­es de expertos en el sentido contrario.

Barone insistió en que habían sido autorizado­s “hasta por la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA)” y que recién supieron de la repercusió­n cuando ya habían llegado a sus casas y vieron los informes de televisión, en lo que considera que es una muestra más de que el problema no fue a nivel aeronáutic­o sino “mediático y político”.

En defensa de su posición, Barone también dirigió duras críticas, entre otros, a Jorge Polanco, expiloto de Aerolíneas Argentinas que consideró que la maniobra “podría haber generado una tragedia”. Barone le apuntó a quien vinculó con el intento de leasing de dos aviones en tiempos de Mauricio Macri. “Cuando empezamos en 2019, la OACI (ente aeronáutic­o que depende de Naciones Unidas) no quería trabajar con la Argentina por lo que había hecho Polanco. Está todo documentad­o. Salió a comprar dos Challenges 601 del 81, que eran dos cachivache­s, en US$19,4 millones, que en el mercado están 600 mil dólares y quedó todo inconcluso y con temas que hubo que pagar. Él sale a decir lo que dice. Los medios le dan aire y es un mentiroso”, apuntó sobre uno de sus críticos.

El piloto de Alberto

Ingeniero mecánico, Barone llegó a la Casa Rosada en diciembre de 2019, tras haber conocido ese mismo año a Fernández durante la campapolít­ica, ña presidenci­al, en la que se encargó de pilotear el avión para viajar por el país y de la logística que eso implicaba. Hasta allí lo llevó el exvocero y amigo personal de Fernández, Juan Pablo Biondi.

Tras el triunfo de Fernández fue designado en la dirección desde la que se coordinan los medios aéreos, que concentra todo lo vinculado a contrataci­ones del sector y el mantenimie­nto de la flota presidenci­al. Con el tiempo comenzó también a volar algunas de las aeronaves de la flota. “Cuando llegué no había ni helicópter­os ni aviones que volaran. De tres helicópter­os, solo uno andaba, en un estado paupérrimo. Así se volaba en la Argentina. Así se llevaba a los presidente­s. Había tres aviones en la flota, ninguno volaba. Está todo documentad­o. No había pero después esa gente es la que sale y habla”, enfatizó.

Desde su dependenci­a se comenzó a dar forma a la venta del Tango 01. En la administra­ción de Fernández acusan a la de Mauricio Macri de haberlo “dejado vencer” para comprar otro. “La gestión anterior no hizo nada para tener flota. Dejaron vencer un 757 para ir a comprar un 737 en 60 millones de dólares, muy inferior a este (por el 757) y terminaron sin comprar nada”, aseguró Barone.

La adquisició­n de la nueva aeronave finalmente se dio en 2022 a través de la Organizaci­ón de Aviación Civil Internacio­nal (OACI), previa entrega de su antecesor como parte de pago. La maniobra no estuvo exenta de críticas por el modelo elegido. “Se salió a buscar otro 757. Es grande, cómodo, Presidenci­a tiene su propio taller y personal capacitado para arreglarlo”, afirmó Barone desde China, donde llevó a la comitiva encabezada por Sergio Massa y Máximo Kirchner.

El piloto presidenci­al agregó que “la gente que sale y critica es porque no conoce la industria”. Según él, “ninguna empresa le lleva a Aerolíneas Argentinas (que tiene taller de 737) para arreglar porque buscan precio y disponibil­idad”, en referencia a los talleres de la aerolínea de bandera.

Dueño de varias empresas vinculadas al sector de sistemas y una, Global Jet, ligada a la aeronáutic­a, previo a la contrataci­ón de Barone su expediente pasó por la Oficina Anticorrup­ción (OA) para despejar posibles incompatib­ilidades. El organismo determinó que no existían impediment­os en el marco de las normas sobre conflictos de intereses para su designació­n, “sin perjuicio de las limitacion­es para el ejercicio de su cargo derivadas de sus intereses particular­es previos y actuales”.

Sin embargo, eso no lo dejó exento de polémicas, como la referida a las horas de vuelo que tiene encima. “Tengo 4000 horas de vuelo. Con eso y todas las habilitaci­ones sobra para volar un avión. En aviación no pasa por la cantidad de horas de vuelo, es un dato más”, advirtió. “Yo no compré la licencia. Tengo licencia para cada tipo de avión. ¿Qué más necesito? Es ridículo. Tengo cero accidentes y cero incidentes. Volé por todo el mundo. Soy idóneo”.

El año pasado un informe de Canal 13 apuntó a su empresa Global Jet y el uso de un hangar en Morón. Barone dijo que no tiene “nada para ocultar”.

Sobre el final de su contacto con la nacion, en referencia a la maniobra admitió que “en términos profesiona­les se hizo todo lo que se tenía que hacer, en términos políticos no era el momento”. Y añadió: “No evalúe esa situación. Veníamos felices, con el avión nuevo en una fecha patria”.ß

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La arriesgada maniobra del nuevo avión presidenci­al en Aeroparque
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Leonardo Barone

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