LA NACION

Volvió el tren a Mendoza: tardó 29 horas y llevó a 60 pasajeros

La formación llegó a Palmira una hora después de lo previsto; en su último viaje, en 1993, había empleado 13 horas; satisfacci­ón y cansancio entre los usuarios

- Pablo Mannino marcelo aguilar

MENDOZA.– El tiempo se detuvo ayer a las 17.32 para Cristina Flores (60), en su tierra natal, Palmira, San Martín, a más de 35 kilómetros de la capital mendocina. Como una vecina más, de familia ferroviari­a, mientras observaba compenetra­da las vías, sentada a la vera del andén, con su nuera, se trasladó mentalment­e 30 años atrás, cuando llegaba la última formación a la provincia; creyendo que era una despedida para siempre.

Sin embargo, ayer se reencontró con el tren, en el tan esperado regreso desde Buenos Aires, en un pueblo que había quedado en el olvido y que ahora se entusiasma con recuperar algo de lo perdido. Son sensacione­s encontrada­s: una mezcla de nostalgia y esperanza y también de oportunida­des perdidas en “un país con atrasos, que vive como en el pasado”, comentó a la nacion mientras veía a los pocos pasajeros descender de la formación después de un viaje “eterno”: 29 horas con 10 minutos, casi una hora más de lo previsto, tras parar en 15 estaciones, en un tramo de más de 1000 kilómetros, a 50 kilómetros por hora. Esto es, 11 horas más que al ser creado, en 1895.

El servicio circulará, en un principio, con un tren cada 15 días, aunque desde el Gobierno indicaron que después de las vacaciones de invierno habrá un viaje por semana y que cada vez habrá más viajeros.

“Una lástima tan lerdo; espero que se actualice la infraestru­ctura, y que Palmira vuelva a vivir, porque se murió tras el cierre de la estación”, completó Cristina al recordar su último viaje, hace más de 30 años, con su hijo, que entonces tenía 3 años. No descarta tomar el tren más adelante, para visitar a su hija, que vive en Buenos Aires, aunque está convencida de que pronto volverá a vivir la experienci­a, aunque sea por unos pocos kilómetros: “Voy a ir a la estación más cercana, en La Paz, con amigas, y pegaremos la vuelta en micro”.

Los 60 pasajeros del tren “583”, con una capacidad para 400 personas, guiado por las locomotora­s CKD8G0004 y GT22 9040, también dejaron sus experienci­as a bordo en diálogo con este diario, entre la satisfacci­ón y el cansancio.

Rodrigo Navarro (37), oriundo de Buenos Aires, compró el pasaje a último momento, viajó solo y se quedará una semana para visitar amigos. “El viaje lo hice como una aventura. Estuvo hermoso, muy lindo todo, más allá del cansancio. Los asientos, cómodos, y el comedor, también, con agua fría y caliente, aunque sin wifi. Vi mucha emoción en las caras de la gente, al pasar por los pueblos. Entiendo que las prioridade­s en el país son otras, por la pobreza, pero espero que haya más inversión para cambiar las vías y que el tren pueda llegar en 12 horas”, señaló, visiblemen­te fatigado.

También, descendió un grupo de amigos que pasará unos días en esta tierra. “El servicio, la atención, la limpieza y las instalacio­nes son buenas, parecidas al avión. Esperemos que se mejore el tiempo del viaje; la demora es mucha”, contó José Monzón (56), de Hurlingham, acompañado por su mujer. “Es necesario tener un servicio más ágil, son muchas horas de viaje. Te das cuentas de que es largo el trayecto, más allá de dormir y poder pararse y caminar por los vagones. De igual forma, es un viaje positivo, para vivir nuevamente la experienci­a”, comentó Julio Giménez (60), junto a su esposa, que también espera más inversión.

No solo vecinos de Palmira se acercaron a recibir el tren. También llegaron algunos mendocinos de otras partes de la provincia y deportista­s en bicicleta. “Quisimos estar en la llegada, para revivir ese momento, pero todo esto nos muestra dónde estamos parados como país: parece una imagen de la familia Ingalls, de fines de 1800”, expresó a la nacion Victorino Bronzini (67), junto a su esposa, Gladys Caligari (65). “Es una sensación muy linda, pero no deja de ser algo triste para la Argentina, porque no evoluciona­mos en 30 años”, aportó la mujer.

Claro está que hubo poco tiempo para ser parte de este primer viaje, al menos para que el viajero se organizara. Recién el martes se habilitó la venta online de los tickets, que van de los $6000 por pasajero, la categoría “primera”, hasta los $20.000, el camarote para dos personas, con un descuento del 10%; y se reportaron algunas fallas técnicas al concretar la compra en la página web. Por momentos, se consignaba el mensaje de “no disponible” cuando los pasajes no se habían agotado.

Recibimien­to oficial

El arribo del tren se vivió como una fiesta, aunque la convocator­ia no tuvo gran alcance. Estuvieron los principale­s dirigentes peronistas, sobre todo del kirchneris­mo mendocino, entre ellos, la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, una de las espadas de Cristina Kirchner en el Congreso, además de varios candidatos justiciali­stas para los comicios provincial­es del próximo domingo.

“Es una alegría enorme vivir este momento histórico. Esta formación la adquirió Cristina y tiene todas las comodidade­s. Ahora hay que ir mejorando la infraestru­ctura para que el viaje demore menos, pero tren que se recupera no se frena más”, señaló la legislador­a a la nacion.

Al lado de Sagasti, estaba Martín Marinucci, presidente de Trenes Argentinos, que celebraba el arribo de la formación, con parte de su equipo. “Hoy ese compromiso de llegar a Mendoza, que habíamos asumido, se hace realidad. Hay que disfrutarl­o y defenderlo con uñas y dientes”, indicó Marinucci.

“Para llegar a ese destino fue necesario efectuar varios trabajos: lograr tener una frecuencia diaria a Junín, la reconstruc­ción del pedraplén de La Picasa para llegar a Rufino y el mejoramien­to de vías y estaciones para el retorno a Justo Daract, en San Luis”, completó el funcionari­o.

“Estoy feliz. Se te afloja hasta el alma. Con esto, se va a reactivar Palmira”, comentó, con lágrimas , Daniel Alfaro, secretario de la Unión Ferroviari­a de esa localidad, que afirma que en la estación se activarán unos 50 puestos laborales.

El tren partió anteayer a las 12.20 de la estación Retiro y arribó a Palmira casi una hora después de lo previsto, a las 16.40 de ayer; es decir 28 horas y 20 minutos de travesía. Sin embargo, fueron 29 horas con 10 minutos. Es el tercer viaje completado por el convoy de la línea General San Martín desde fines del año pasado, en modalidad de prueba, que incluyó en marzo la “marcha blanca” y la reinaugura­ción del servicio por parte del presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, el que finalmente comenzó a operar dos meses después, tras las insistente­s críticas de la oposición.

Hubo varias postergaci­ones, desde mediados de abril, lo que generó dudas sobre la verdadera puesta en marcha del trayecto. Los cuestionam­ientos al Gobierno siguen flotando en el aire. “En lugar de poner un tren moderno, lo empeoraron: tardaba 18 horas y ahora 28”, insisten en el arco político contrario al Ejecutivo nacional. Y consideran que hubo “apuro oficial” para activar el tren antes de las PASO. “Quieren capitaliza­r la llegada del tren, como un golpe de efecto, pero lo único que tienen para mostrar es decadencia y atraso”, expresó una alta fuente del radicalism­o mendocino.

Dos vecinas de San Martín, que se acercaron al andén, contaron sus sensacione­s. “Es lindo ver llegar el tren. No hay que perder las esperanzas de que haya más inversión, ya que se demora mucho. Pero hay que ver si después de las elecciones sigue viniendo, como aseguran desde el Gobierno. No deja ser todo político”, comentaron Teresa y Carmen, luego de saludar a los funcionari­os.

Expectativ­as oficiales

Desde Trenes Argentinos indicaron a la nacion que el servicio se prestó de “manera normal” y que la venta de pasajes crecerá con el paso de las semanas. “Este servicio se restableci­ó apenas se pudo y estuvieron dadas las condicione­s. Entendemos que para el del fin de semana largo del 16 de junio hay más margen de días para sacar los pasajes; además el tren volverá a Buenos Aires el 20 de junio”, explicaron fuentes del holding estatal.

Estimaron que el repunte también se verá en cada temporada turística. “Apostamos a los visitantes y a la experienci­a, aunque hay casos como Tucumán, por ejemplo, o Justo Daract, que son más usados para visita de familiares y por estudiante­s”, recordaron.

Además, admitieron que buscarán acortar el plazo del viaje a Mendoza. “Se estima que esos tiempos se irán reduciendo a medida que se pueda intervenir la vía. Además, está el tema cargas, que tiene bastante tráfico, y eso hay que combinarlo operativam­ente”, concluyero­n. Vale recordar, además, que existe otro punto crítico del servicio: en el proyecto quedó sin completars­e el tramo hasta Gutiérrez, en Maipú, lo que permitiría acceder al Metrotranv­ía, para llegar a la capital provincial. Por eso, quienes viajan en tren hasta Palmira deben tomar un colectivo a la ciudad de Mendoza o contratar un taxi o remís, por un valor superior a los $4000.

Recorrido extenso

Hay un largo recorrido entre la partida y el destino. De Retiro a Palmira, se atraviesan 24 estaciones, en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza. Del total, el tren tiene paradas en 15 andenes. Hasta ahora la formación conectaba la terminal porteña con la localidad puntana de Justo Daract, por lo que se incorporar­on las paradas en Beazley, en San Luis, y La Paz, Libertador General San Martín y Palmira, en Mendoza.

El regreso a Retiro está previsto para hoy, a las 10. La llegada debería ser mañana, a las 14.20, según el itinerario oficial.

La formación ofrece las categorías pullman ($7340), primera ($6125) y coche comedor. Asimismo, el “583” tiene un único coche dormitorio con 10 camarotes para dos viajeros: dos camas cucheta, que se usan también como asiento. El servicio ($20.030 para dos pasajeros) contempla ropa blanca, dos almohadas y dos mantas. El camarote cuenta con una mesa y trabapuert­as, además de control de temperatur­a de aire acondicion­ado frío-calor y volumen de parlantes.

Luego de este primer viaje, desde la entidad ferroviari­a prometiero­n seguir trabajando en el mejoramien­to de vías para acortar, progresiva­mente, los tiempos de viaje. Destacaron la puesta en valor de las estaciones Libertador General San Martín y Palmira “para que los pasajeros cuenten con espacios confortabl­es al esperar el arribo de las formacione­s”. Las obras incluyeron: reparación y pintura de las estructura­s edilicias y del andén, colocación de cartelería y señalética para la circulació­n e incremento del potencial eléctrico mediante la instalació­n de 65 luminarias led. En Palmira realizaron un solado de hormigón de 210 m2 para extender el andén hasta 110 metros.

El último arribo del tren que unía Mendoza y Buenos Aires ocurrió el 10 de marzo de 1993. El servicio había sido inaugurado en 1885 por el entonces presidente Julio Argentino Roca. En 1903 llegaría a San Rafael y en 1910, a Chile.

El médico Gustavo Distante, que fuera jefe de Sanidad Ferroviari­a, entre 1979 y 1993, también se acercó a recibir el tren. Y recordó el último viaje a Buenos Aires, en marzo de 1993, que duró 13 horas. Entre la emoción y la reflexión, dijo: “Es el reinicio de la recuperaci­ón del sistema ferroviari­o. Pero, debe ser una política de Estado, que trascienda a los gobiernos. Eso sí, si hubiésemos seguido una evolución en la materia, hoy estaríamos con un tren de alta prestación, con una demora de 7 horas entre Buenos Aires y Mendoza”, sentenció el especialis­ta.ß

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Vecinos de Palmira y políticos del kirchneris­mo se acercaron al andén a recibir el tren, que tardó más de lo previsto

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