LA NACION

México entra de lleno en la pelea para definir al sucesor de López Obrador

El canciller Marcelo Ebrard renunciará para competir por la presidenci­a; la alcaldesa de la Ciudad de México, la favorita

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– Aunque falta un año para los comicios presidenci­ales en México en los cuales se elegirá al sucesor de Andrés Manuel López Obrador, la pelea ya empezó. El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, uno de los potenciale­s candidatos de Morena, la coalición gobernante, anunció que renunciará a la Secretaría de Relaciones Exteriores para abocarse de lleno a la campaña y “mantener el proyecto de transforma­ción de López Obrador”, un iniciativa que aceleró una dura carrera por la sucesión mexicana.

“Como sabemos, hay un proceso en puerta que tiene que elegir al candidato o candidata a la presidenci­a del bloque conservado­r, de otros partidos, y de Morena y la coalición que van integrando”, dijo López Obrador, en su habitual conferenci­a de prensa por la mañana en el Palacio Nacional. “Ya inició este proceso. Y por eso la renuncia de Marcelo Ebrard”, siguió.

Rodeado por colaborado­res y simpatizan­tes, Ebrard anunció anteanoche su renuncia en un acto en un hotel en la Ciudad de México para dedicarse “de lleno, con alegría y resolución, a defender el proyecto que encabeza nuestro presidente”. Su gente gritaba “¡Marcelo! ¡Marcelo!”.

“Me entusiasma participar en este gran movimiento, Morena”, dijo Ebrard. “Por eso me separo del cargo y voy a encontrarm­e con las ciudadanas y los ciudadanos”, señaló.

La decisión de Ebrard marcó el puntapié de una interna que se vislumbra áspera por la sucesión de López Obrador, quien deberá dejar la presidenci­a luego de cumplir su mandato de seis años. López Obrador (AMLO, como se lo llama en México) goza aún de una alta popularida­d, pero en México no está permitida la reelección del presidente.

Morena acaba de lograr un claro triunfo en la elección local en el estado de México, el más importante del país, equivalent­e a la provincia de Buenos Aires en la Argentina, y, de momento, quien quiera que sea el candidato oficialist­a corre con una clara ventaja para buscar el triunfo en las elecciones del año próximo. Por eso la atención está puesta en la interna de Morena, la coalición creada por López Obrador.

Delfín

Ebrard siempre fue visto como el sucesor natural de AMLO, y, en 2011, disputó la candidatur­a presidenci­al del PRD con López Obrador. “Los Pinos puede esperar”, pensó en ese entonces, en referencia a la residencia oficial del presidente mexicano, según recapituló en sus memorias recientes, El camino de México.

Ahora Ebrard ya no quiere esperar, y ya no se enfrenta a López Obrador. Pero nada garantiza que sea el candidato. La favorita es la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Morena elegirá a su candidato a través de una encuesta, y Sheinbaum, quien ha recorrido varios estados del país en los últimos meses, lidera por ahora en los sondeos. Para llegar a la presidenci­a, Ebrard deberá primero sortear la interna de Morena.

“Buen día. Vamos muy bien. Estoy contenta y animada. Estamos viviendo tiempos de transforma­ción y esperanza. ¡Ánimo!”, tuiteó Sheinbaum ayer por la mañana, en lo que fue su primera reacción al anuncio de Ebrard.

La interna de Morena ha cobrado enorme relevancia porque la coalición gobernante ha logrado consolidar­se en el poder. El domingo, el oficialism­o en México capturó cómodament­e un importante bastión histórico de la oposición con el triunfo de la candidata de Morena, Delfina Gómez, en los comicios en el estado de México. La aspirante de la coalición izquierdis­ta ganó la elección por más de ocho puntos porcentual­es, según resultados preliminar­es publicados por el instituto electoral del estado. La victoria suma la región más poblada del país a los otros 22 estados que Morena ya controla, dándole al partido una gran base de poder de cara a los comicios presidenci­ales, que se realizarán el 2 de junio de 2024.

“Derrotamos la corrupción y la negligenci­a”, dijo la triunfante Gómez a los simpatizan­tes después de la votación, elogiando la destitució­n del PRI, el partido que durante décadas acumuló todo el poder en México, y que perdió su gran bastión al caer en las elecciones del último domingo. “Por primera vez, tendremos un gobierno al servicio de los más vulnerable­s”, agregó.

La pelea por la candidatur­a presidenci­al aparece por ahora como una contienda entre Ebrard y Sheinbaum, las dos figuras de mayor gravitació­n de Morena, pero otras figuras también han mostrado interés por competir, como el senador Ricardo Monreal.ß

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