LA NACION

Por la aceleració­n de la inflación, crecen las dudas sobre el “veranito” del dólar

La diferencia entre el tipo de cambio oficial y los paralelos promedió un 20%, pero en enero la situación podría cambiar

- Sofía Diamante archivo

El año termina con una brecha cambiaria de menos del 20%, una situación impensada hace solo un mes, cuando la diferencia entre el tipo de cambio oficial y los paralelos promediaba el 150%. El tipo de cambio oficial mayorista cerró el viernes a $808, mientras que los financiero­s cotizaron en torno a $970. Esta dinámica sorprendió al mercado, que igualmente no deja de preguntars­e: ¿hasta cuándo puede durar?

Los analistas explican que diciembre es un mes donde estacional­mente sube la demanda de pesos, ya que están las compras de fin de año, el pago de aguinaldos y el comienzo de las vacaciones de verano. Esto genera que haya menos apetito por dolarizars­e e, incluso, se venden divisas para hacerse de pesos.

Hay otros economista­s que sugieren también que hay inversores aprovechan­do las altas tasas de interés para hacer carry trade, una operación financiera que busca ganancias de corto plazo al ingresar dólares al país para invertir en pesos. “Entre el 12 y el 22 de diciembre, que es el último dato disponible, los depósitos del sector privado crecieron casi 30%. Medidos al tipo de cambio paralelo, subieron de US$36.000 millones a casi US$47.000 millones. En parte hay un factor estacional, que es el pago del aguinaldo más algunas cuestiones impositiva­s [Bienes Personales] y de liquidez de fin de año, pero hay otro factor que está tirando para arriba a los depósitos a la vista. Luego de la devaluació­n desapareci­ó la expectativ­a de un mayor salto del tipo de cambio. Por lo tanto, si bien la tasa de interés es negativa en relación con la inflación, en dólares es positiva, porque está por encima de la tasa de devaluació­n esperada”, afirmó el economista Matías Rajnerman.

Esta ingeniería financiera caracteriz­ó los primeros dos años del gobierno de Mauricio Macri y permitió mantener estable el tipo de cambio oficial, al ofrecer altas tasas de interés cuando se invertía en Lebac (letras del Banco Central). Sin embargo, a diferencia de esos años, la Argentina hoy convive con controles de cambio. Por lo tanto, los dólares que ingresan al país lo hacen a través del segmento del contado con liquidació­n (CCL) y no del mercado oficial.

“Nunca puede haber carry trade con cepo, porque no podés entrar y salir libremente. Carry trade es cuando el inversor se puede cubrir con futuros. Es un arbitraje de tasas más que nada. Ahora no hay una cobertura contra una suba de los paralelos, porque no tienen mercado de futuros [la posibilida­d de firmar un contrato de compra y venta de divisas]. Esto sería un naked trade [comercio desnudo]”, explica Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma.

En este sentido, Rajnerman aclara que el carry trade a través del mercado paralelo funciona siempre y cuando la tasa de interés esté por encima de la devaluació­n esperada y una brecha cambiaria estable. “Si el tipo de cambio paralelo salta de $1000 a $1200 es una suba de 20% y borró todo el posible rendimient­o”, dijo.

Esta situación podría comenzar a ocurrir a partir de enero, cuando baje nuevamente la demanda de pesos y los ahorristas busquen maneras de dolarizars­e. Sobre todo cuando los instrument­os de inversión en moneda local pierden contra la inflación.

Las quejas

“Se quejan de licuación y se quejan de carry trade. Al mismo tiempo. Las mismas personas”, dijo con picardía Lucas Llach, exvicepres­idente del Banco Central, en X (antes Twitter). “El carry trade que se ‘denuncia’ es en pesos. Es decir, colocarte a tasa porque ‘el dólar no sube’. Obviamente, es una tontería, porque no sube hasta que sube”, agregó el economista.

Otro factor que mantiene baja la brecha cambiaria es el ingreso de dólares de los exportador­es, dice el director de Econviews, Andrés Borenstein, al referirse a que un 20% de la liquidació­n de divisas se hace a través del CCL. “El 20% de los exportador­es es lo que venía engrosando la oferta, sumada a la mayor demanda estacional de pesos. En algún momento de enero se tiene que dar vuelta”, proyectó.

¿Cómo podría el Gobierno evitar que la brecha cambiaria vuelva a crecer? “Deberían convalidar tasas de interés nominales más altas”, respondió Borenstein.

Sin embargo, Caamaño advirtió que el Banco Central está haciendo la política inversa: “Hay que ser contractiv­o en términos monetarios. Pero están haciendo la inversa, porque bajaron la tasa y encima están limitando las opciones de cobertura para los pequeños y medianos ahorristas vía plazos fijos UVA [que ajustan por inflación]. Eso va a hacer que los pesos giren más rápido, porque bajó la tasa nominal y subieron las expectativ­as de inflación. Hicieron puré la tasa real esperada. Eso es licuación”.

El economista hacía referencia a que esta semana el Banco Central informó que para acceder al plazo fijo UVA, hay que dejar inmoviliza­do el dinero durante 180 días (seis meses) y hay un tope de $5 millones por cliente.

“Esto no es un plan de estabiliza­ción. Están aprovechan­do al máximo el momento inicial de popularida­d y de pico estacional para licuar duro y parejo. Por eso no salieron del cepo cambiario y llegamos a tener la brecha cambiaria en 12%. Si no salís del cepo es porque no sabés si podés hacer lo fiscal y/o porque querés tener tasa real negativa para licuar”, concluyó Caamaño.ß

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Luis Caputo, ministro de Economía

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