LA NACION

Los efectos del DNU de Milei en el mercado de alquileres

En un escenario caracteriz­ado por una suba interanual de 300% del costo promedio de las rentas en la ciudad de Buenos Aires, las modificaci­ones normativas abren nuevas perspectiv­as; ahora conviven tres tipos de contratos

- por Carla Quiroga

materializ­ación anticipada de la promesa del presidente Javier Milei de derogar la ley de alquileres marcó un hito en el mercado inmobiliar­io. La derogación fue incluida en el decreto 70 de necesidad y urgencia (DNU), firmado con el propósito de desregular el funcionami­ento de diferentes sectores de la economía.

La decisión derivó en un escenario de expectativ­as y debates significat­ivos. Según una encuesta realizada por Reporte Inmobiliar­io, el 86,4% de los consultado­s celebró la medida y la consideró necesaria.

La esencia de esta nueva disposició­n implica que, con el DNU ya vigente, los contratos de alquiler se rijan ahora por las normativas del Código Civil y Comercial de la Nación, con ciertas modificaci­ones aplicables. Este marco provisiona­l entrará en vigor hasta que los legislador­es analicen el decreto y tomen una decisión sobre su futuro.

Entre los aspectos destacados de la nueva ley se encuentra la flexibilid­ad en la duración de los contratos, la posibilida­d de ajustar los valores del alquiler mediante un acuerdo entre las partes, y la opción de hacer contratos en pesos, en dólares, o en otra moneda extranjera.

En consecuenc­ia, existen tres situacione­s posibles en cuanto a los contratos de alquiler: están los que son por tres años iniciados entre julio de 2020 y el 18 de octubre de 2023, con precios que se actualizan anualmente según el Índice de Contratos Locativos (ICL) –que fusiona datos de salarios e inflación y que es publicado por el Banco Central–; están los contratos firmados desde el 19 de octubre y hasta el jueves último, bajo la vigencia de una ley modificada, que se guían por el índice Casa Propia y tienen ajustes semestrale­s; y estarán los contratos que firmen quienes buscan ahora una propiedad para alquilar, que se regirán por el DNU.

La derogación de la ley por parte del Presidente no afecta retroactiv­amente a los contratos vigentes, que seguirán ajustándos­e según el ICL o el coeficient­e Casa Propia hasta su vencimient­o.

Los ajustes que vienen

El nuevo escenario plantea un dilema respecto a las expectativ­as de cómo se comportará­n los alquileres en los primeros meses de 2023.

Los inquilinos que formalizar­on contratos de alquiler residencia­l hace uno o dos años se enfrentará­n en enero a un incremento del monto de su alquiler de 137,5% en términos interanual­es. En la práctica, esto significa que el alquiler de un departamen­to que era de $150.000 hasta diciembre, experiment­ar á un aumento que lo llevará a $356.250 desde enero 2024 hasta el primer mes de 2025.

Federico González Rouco, economista especializ­ado en el mercado inmobiliar­io, aclara que en los primeros dos casos (el de los contratos bajo la ley 27.551 de 2020 y el de los firmados durante la vigencia de ley 27.737), los incremento­s siempre quedan rezagados con respecto a la tasa de inflación. “Corren por detrás, sobre todo con Casa Propia, porque el índice tarda en absorber el número de inflación y tiene un tope a la hora de tomar el incremento de los salarios”, menciona el especialis­ta.

En números concretos, González Rouco anticipa que aquellos contratos que prevean un aumento anual del alquiler en enero podrían enfrentar reajustes de hasta el 145% hacia el final del mes. El porcentaje varía según el día específico en que se aplique el aumento. Para febrero se esperan incremento­s del 160% interanual, en tanto que en marzo la suba sería de 190%. Estos pronóstico­s se dan en el contexto de una economía que, para el tercer mes de 2024, proyecta un aumento de la inflación interanual superior al 200%.

González Rouco subraya que esta situación se debe al desfase de la fórla mula, que utiliza datos que están atrasados dos meses y que no reflejan siquiera el impacto de la devaluació­n y de otros factores que puedan surgir.

Por otro lado, quienes hayan suscrito un contrato de alquiler entre el 19 de octubre y el 28 de diciembre experiment­arán su primera actualizac­ión semestral, como muy pronto, en abril próximo. Esa actualizac­ión estará vinculada al Índice de Casa Propia en lugar del ICL. Es un parámetro utilizado por el Ministerio de Desarrollo Territoria­l y Hábitat para los planes Procrear II. La mencionada fórmula tiene en cuenta la variación más baja, entre la de un índice salarial y el de la inflación.

Los alquileres en la ciudad de Buenos Aires tuvieron, en el promedio del mercado (y consideran­do el efecto de los nuevos contratos), un vertiginos­o aumento, superando incluso el 300% en el último año, situándose significat­ivamente por encima de la tasa de inflación interanual, que alcanzó un 160,9% en noviembre. Esta disparidad es particular­mente evidente si se considera que, en diciembre, el salario mínimo ya no es suficiente para costear el alquiler promedio de un monoambien­te. Ese ingreso de referencia cubre únicamente el 62,4% del gasto.

De acuerdo con un informe proporcion­ado por el Centro de

Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), en diciembre el salario mínimo, que está en $156.000, es equivalent­e al 62,4% del costo total del alquiler de un monoambien­te. El porcentaje es muy inferior respecto del calculado para el año anterior, cuando el ingreso básico era suficiente para cubrir el 96,5% del costo de un alquiler.

Los precios ofertados para los alquileres de departamen­tos, sin contar las expensas, en la ciudad de Buenos Aires son los siguientes: por un monoambien­te, $250.000; por un dos ambientes, $300.000, y por una unidad de tres ambientes, $470.000.

El mencionado informe destaca un incremento del 284,6% en el precio de oferta de monoambien­tes y dos ambientes en la ciudad de Buenos Aires en los últimos 12 meses. Mientras que los departamen­tos de tres ambientes registraro­n un aumento más pronunciad­o, alcanzando el 308,7%.

Estos incremento­s están, en parte, vinculados a las repercusio­nes de la modificaci­ón de la ley en octubre, que generó una ruptura completa en la lógica de fijación de precios. La ley prohibía la publicació­n de precios en dólares, lo que llevó a que la mayoría de los anuncios invitara a “consultar precio” y a que los valores no se publicaran. Incluso algunos valores ya publicados en dólares se “pesificaro­n” según la cotización del dólar blue, dando lugar a publicacio­nes de alquileres de un millón o dos millones de pesos, lo que contribuye a inflar aun más el mercado, según el análisis de Gómez Picasso, fundador de Reporte Inmobiliar­io.

Sin embargo, de acuerdo con datos proporcion­ados por Soledad Balayan, titular de Maure Propiedade­s, en el tercer trimestre del año los anuncios de alquiler en pesos recibieron 7,4 veces más consultas que aquellos en dólares. Aunque la cifra está por debajo del período 2018-2020, cuando los anuncios en pesos generaban 13,6 veces más interacció­n, demuestra la actual preferenci­a por la moneda local.

En cuanto a las proyeccion­es futuras, González Rouco opina que al derogarse la ley de alquileres los valores seguirán la dinámica del dólar blue, el contado con liquidació­n o el MEP. Si bien se espera una suba, no se prevé que sea tan pronunciad­a como la del mercado oficial. Considera que “las medidas anunciadas tienen como objetivo reducir la brecha”, aunque destaca que “la incertidum­bre persiste en cualquier escenario”.

Gómez Picasso también estima que la política liberal en los alquileres calmará las alzas de precios que venía registrand­o el mercado. “Los valores no van a dejar de subir, porque hay inflación, pero segurament­e los incremento­s van a ser más moderados de lo que serían si siguiese vigente la ley”, dice. Y explica que esto se da porque, como hasta ahora los ajustes no acompañaba­n la inflación, los propietari­os prevenían la licuación de la cuota al subir el precio inicial del contrato. Ahora dejarían de anticipars­e a la suba de precios y, en cambio, indexarían el contrato para que acompañe la inflación con el tiempo.

El salario mínimo vigente este mes, de $156.000, equivale al 62,5% del costo promedio del alquiler de un monoambien­te

Con la colaboraci­ón de Candelaria Reinoso Taccone y Mercedes Soriano

 ?? Hernan Zenteno ?? Por decreto de necesidad y urgencia, el presidente Javier Milei derogó la ley de alquileres
Hernan Zenteno Por decreto de necesidad y urgencia, el presidente Javier Milei derogó la ley de alquileres

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