Victoria Lièvre
la diseñadora francesa elabora productos a partir de pulpa, cáscara y semillas de frutas cítricas
Se sabe que los franceses aman los quesos, las croissants y el champán. Sin embargo, cada vez crece más el consumo de cítricos: 25 kilos de naranjas, mandarinas y pomelos por persona, el equivalente a una producción de 5 mil toneladas anuales. No son los únicos: solo entre 2022 y 2023 se produjeron en el continente europeo aproximadamente 5,5 millones de toneladas de naranjas frescas, mientras que las mandarinas le pisan los talones y trepan hasta a tres millones de toneladas.
Cuando Victoria Lièvre tuvo que elegir el tema para desarrollar su tesis de Diseño de Objetos y graduarse en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Marsella decidió investigar qué pasaba y cómo impactaban en el medio ambiente los residuos y cáscaras de los cítricos. Trabajaba en un bar de jugos de Marsella y las bolsas de basura repletas de cáscara que apilaba por día le encendieron las alarmas.
El resultado del relevamiento fue contundente: el 50% de la fruta se desperdicia en la producción de jugo de naranja, creando un problema ambiental sin solución aparente a la vista. “Apenas le conté este hallazgo a Luc Fischer, ingeniero con mirada ecológica, no lo dudó. Nos propusimos reducir los desechos como primera medida y, a la vez, reutilizarlos a partir de un desarrollo con diseño aplicado”, explica Victoria.
Frente a una montaña de basura en una playa perdida del Mediterráneo, la flamante diseñadora y el graduado de la Escuela de Negocios Kedge Business School de Marsella se propusieron concientizar sobre el cuidado del medio ambiente y crearon Repulp Design, un emprendimiento que combina innovación eco responsable desde una línea de productos elaborados a partir de pulpa, cáscara y semillas de frutas cítricas. “Los materiales derivados de las petroquímicas son nuestro tesoro”, confiesa. Fueron seleccionada en la última edición de la feria de diseño francesa Maison&objet como integrantes del prestigioso espacio Future On Stage, que destaca desarrollos de diseñadores emergentes de Europa.
Así crearon un material biodegradable, renovable y que se integra a un ciclo virtuoso. Su línea de tazas de 250 ml. resistentes al frío y calor, son lavables y llevan vendidas 2500 unidades. “No hay una igual a otra, son únicas por el simple hecho que las cosechas determinan el color de las naranjas de acuerdo a las temperaturas y a la luz del sol a las que fueron expuestas”, expresan.
Además, diseñan luminarias colgantes, las Citrus Paradisi, inspiradas en “el agua, el sol y los caracoles de las playas del sur de Francia. Su textura simula las paredes rocosas y su piel salada contiene, protege e ilumina. Hay una sorpresa oculta; las capas impresas en 3D revelan un suave aroma que te lleva directamente al Mediterráneo”, sugieren Victoria y Luc.
Del desecho al negocio lograron patentar el material inyectable como el plástico tradicional que se integra a los actuales procesos actuales. Las cáscaras de cítricos deshidratadas y procesadas en el laboratorio de Repulp no contienen BPA (Bisfenol A, una sustancia química utilizada en la fabricación de envases de plástico) ni disruptores endocrinos (EDC), las sustancias químicas capaces de imitar la acción de las hormonas naturales o bloquear los receptores hormonales de las células.
Piel, pulpa y semillas se secan, se reducen a polvo y se calientan hasta tomar la forma de una taza de café. “Es sencilla, pero encierra mucha energía y anticipa una pequeña revolución en el universo de la mesa. Estamos en pleno proceso de certificación para que sea apta lavavajillas”, destacan. Minimizar el impacto de los recursos materiales es uno de los objetivos que cumplen según el plan inicial.
Entre los primeros reconocimientos obtuvieron una subvención de 10 mil euros de la Fundación Le Roch-les Mousquetaires para financiar un nuevo molde de inyección en función de desarrollar nuevos productos. Y la participación en Maison&objet ratificó su posicionamiento en el mercado: por el sector Future on Stage pasaron más de 80 mil personas. “Estamos en pleno desarrollo de pequeños muebles, soluciones para el diseño de vidrieras, mesadas de cocinas y puertas para armarios. El paso por la feria de París nos llenó la agenda de contactos y pedidos, pero vamos paso a paso”, comentan.
La nueva generación de diseñadores que piensa en el futuro del planeta también investiga los beneficios y posibilidades del corcho, las maderas y textiles reciclados. “El corcho es uno de nuestros favoritos, porque es naturalmente renovable, biodegradable y reciclable. Ideal para desarrollar revestimientos, paneles acústicos y líneas de mobiliario. Súper versátil y sostenible, estudiamos sus atributos para aplicar en arquitectura e interiorismo”, sugieren.
Para los emprendedores el ecodiseño es tendencia: “Aún seguimos investigando, hay mucha cáscara para reutilizar”, concluye la pareja que sueña con usuarios y fanáticos del café compostando sus tazas, dándole una nueva oportunidad al ciclo que empieza con una naranja.ß