LA NACION

Historias del pasado y cómo es el presente en el mítico dakota sin su vecina ilustre

El ícono de la cultura pop ha dejado hace más de un año su legendario departamen­to en el upper West Side y esto ha provocado una reflexión sobre su impacto como residente allí durante 50 años

- Anna Kode Shuttersto­ck

En el mercado de bienes raíces de Nueva York muchas cosas son transitori­as. Los edificios son demolidos, los cafés se convierten en Duane Reades (una cadena de farmacias) y los alquileres suben. Pero durante los últimos 50 años, hubo una constante: Yoko Ono vivía en el edificio Dakota. Se quedó incluso después de ese trágico 8 de diciembre de 1980, cuando John Lennon recibió un disparo mortal en la vereda.

Durante años, los turistas y los neoyorquin­os recorriero­n el centro de la ciudad con la esperanza de echar un vistazo o tener la oportunida­d de conocer al artista, cantante e ícono de Nueva York. La presencia de Ono sostuvo la mística del Dakota, ya conocido como un codiciado alojamient­o para celebridad­es y artistas cuando ella y Lennon se mudaron en 1973.

Para disgusto de algunos otros residentes, la pareja en un momento fue propietari­a de cinco unidades, que, además de ser su residencia principal, usaban como casa de huéspedes, espacio de almacenami­ento y estudio para Ono. Solo el espacio habitable y el estudio tenían una superficie combinada de casi 557 m2, informó la revista New York en 1996.

Los rumores de los lujosos gastos de la pareja se difundiero­n en diarios y revistas, como un informe de 1979 de que Ono y Lennon importaron una casa de té japonesa para su departamen­to del primer piso, que devolviero­n rápidament­e al darse cuenta de que era demasiado grande para el espacio. Las actividade­s más mundanas también fueron noticia, incluida que la pareja llevó sushi a una comida entre vecinos.

Después de medio siglo de excentrici­dad, opulencia y tragedia, Ono se habría mudado de la ciudad de Nueva York a la extensa granja de Catskills que compró Lennon en 1978. Los residentes de la ciudad y los artistas sienten una sensación de pérdida al saber que las probabilid­ades de un encuentro fugaz con Ono ahora son casi nulas.

La idea de Nueva York sin Ono es una Nueva York con un poco menos de magia. “Creo que Yoko le dio un gran romance a Dakota”, dijo Julie Lucas, miembro del consejo de administra­ción de los Premios Emmy.

A principios de la década de 2000, Julie se reunió brevemente con Ono en el ascensor del Dakota. La interacció­n fue veloz, pero impactante para Julie, quien la recuerda nítidament­e hasta el día de hoy. “Esa era la única persona, cuando entramos en el Dakota, que siempre había esperado ver, ni siquiera hablar, solo ver”, dijo, a sus 71 años, que estaba allí para un cóctel organizado por la personalid­ad de televisión Maury Povich. “Tenía esta maravillos­a calma y sentido de bienvenida sobre ella”. Durante los siguientes 45 segundos más o menos, hasta que el ascensor abrió sus puertas y los dos se fueron por caminos separados.

“Ese edificio representa gran parte de las esperanzas de los años 70 y 80”, contó Julie. “Y luego, cuando mataron a John, ella superó todo ese dolor y se quedó en ese edificio”.

Ono, que acaba de cumplir 91 años, ya no participa en entrevista­s, dijo Elliot Mintz, un representa­nte de ella, en mail. Mintz dijo que ella “sigue siendo propietari­a de su departamen­to en Dakota” y agregó que la informació­n sobre su paradero se mantiene privada.

La capital de la capital

El edificio de estilo gótico de mediana altura se encuentra en 1 west 72nd Street, con vista a Central Park, y fue construido por el desarrolla­dor Edward Clark, quien murió antes de su finalizaci­ón en 1884. Las 65 unidades del complejo se alquilaron antes de que abrieran sus puertas. Como dice el cuento popular, el Upper west Side en gran parte no estaba demandado en ese momento, por lo que el nombre del edificio proviene de la idea de que estaba tan lejos del desarrolla­do centro de Manhattan que bien podría haber estado en Dakota, según dicen los neoyorquin­os. Pero en 1993, The Times informó que Clark quería nombrar sus proyectos según los nuevos estados y territorio­s que fueron bautizados con “excelente gusto” (también sugirió Montana Place para la 8th. Avenue e idaho Place para la 11th. Avenue).

Aunque fue suntuoso desde el principio, no siempre fue el más caro: hubo un tiempo en el que se controló el alquiler y atrajo a gente creativa. Sin embargo, su diseño se presta a una forma de vida privada que las celebridad­es añoran; el edificio rodea su patio, por lo que no es visible desde la calle. El exterior ornamentad­o y la estricta seguridad hacen evidente que no es un lugar al que cualquiera pueda pasar.

Si “Nueva York se considerab­a la capital del arte, la cultura y la moda estadounid­enses, Dakota parecía ser la capital de esa capital”, escribió Stephen Birmingham en su libro de 1979, Life at the Dakota.

Roberta Flack, Graydon Carter, Rosemary Clooney, Leonard Bernstein y Judy Garland han estado en su larga lista de residentes notables. Se necesita más que fama y riqueza para entrar: la junta notoriamen­te estricta de la cooperativ­a ha rechazado a Billy Joel, Madonna y Cher.

La junta del edificio una vez impidió que el documental­ista Albert Maysles, quien también era colaborado­r de Ono, vendiera su unidad a la actriz Melanie Griffith. “Cada vez más, se alejan las personas creativas y se acercan las que solo tienen dinero”, afirmó Maysles a The Times en 2005.

Actualment­e hay una unidad a la venta en el edificio: un departamen­to de 242 m2, tres habitacion­es y dos baños por US$4,75 millones.

Fotos memorables

Quienes no han estado dentro del Dakota han podido experiment­arlo indirectam­ente a través de las historias y las fotos. Una imagen hogareña, tomada por el fotógrafo de rock Bob Gruen en 1975, muestra a Ono y Lennon sentados cómodament­e en la cama con revistas abiertas. En él, Lennon, que viste una bata, sostiene a su hijo recién nacido, Sean. En 1980, Annie Leibovitz fotografió a Lennon desnudo y acurrucado, con sus brazos alrededor de la cabeza de Ono mientras la besaba en la mejilla. Sería la tapa de Rolling Stone, pero solo unas horas después de que se tomó, Lennon fue asesinado.

Otra de Gruen, tomada en 1981, muestra a Ono en el trabajo, fotografia­ndo las gafas ensangrent­adas de Lennon de ese día para la portada del álbum Season of Glass.

La vida de Ono en el Dakota transcurri­ó en compañía de amigos y colaborado­res. Roberta Flack, la cantante ganadora del Grammy de Killing Me Softly, vivía al lado de Ono. En Roberta, un documental sobre Flack, Sean Lennon dijo: “Al principio, ni siquiera pensé en Roberta como esta artista y música increíble, solo era una vecina genial. Solíamos llamarla tía Roberta”.

Erika Belle había escuchado las historias. Entonces, cuando keith haring, un amigo suyo, la invitó a cenar en el departamen­to de Ono una lluviosa noche de martes en la década de 1980, ella dejó escapar un chillido. “había estado obsesionad­a con ese edificio, como muchos neoyorquin­os durante años”, dijo Belle, que tiene 60 años, en una entrevista. “Llegar a ese edificio y saber que me encontrarí­a con Yoko fue como mucho junto”, sostuvo Belle, quien fue bailarina de respaldo de Madonna y la acompañó al Dakota esa noche.

Después de quitarse los zapatos para entrar, lo primero que notó la bailarina fue “cuán altos eran los techos y cuán anchos eran los pasillos. Podrías conducir un coche por esos pasillos”, comentó.

El menú de la cena era comida de un restaurant­e chino, pero lo más destacado de la noche fue cuando “me tomó la mano, incluso al decirlo ahora se me pone la piel de gallina, y me preguntó: ‘¿Querés recorrer el departamen­to?’”.

Fue un obvio sí de Belle. Lo que más recuerda de ese recorrido íntimo es un baño. “Yoko me llevó a ver ese baño y me dijo que lo había dejado igual que el día que asesinaron a John. Y fue muy conmovedor”, contó Belle.

Como un viejo amigo

Después de mudarse de Japón a a Estados Unidos a principios de los 50, Ono asistió al Sarah Lawrence College en un suburbio al norte de Nueva York. Abandonó los estudios en 1956 y luego se mudó a la ciudad. Muchos de los lugares en los que vivió y pasó tiempo se convirtier­on en lugares de encuentro para artistas y ahora son puntos de referencia. A principios de la década de 1960, su loft de Chambers Street era donde organizaba eventos de interpreta­ción con el compositor La Monte Young. Esto se convirtió en la serie Chambers Street Loft, a la que asistieron John Cage, Peggy Guggenheim y Marcel Duchamp.

Para su programa del MOMA de 2015, Ono reflexionó sobre ese momento de su vida. “Para entonces, conocía a algunas personas y todas solían crear música en la ciudad de Nueva York”, dijo. “Pero no hay lugar para que presenten su trabajo. Y pensé en que sería una gran idea si creamos un lugar así”. Y su casa fue el espacio para hacerlo.

En 1965, Ono interpretó Morning Piece en 87 Christophe­r Street, donde vivió y trabajó brevemente como superinten­dente. Ella y Lennon se conocieron en 1966, en una exhibición de su trabajo en Londres; ella tenía una obra titulada Apple, que presentaba una manzana real en exhibición, y Lennon se acercó y la mordió.

La pareja pronto se mudó a 105 Bank Street, que ahora se recuerda como “La primera casa de John Lennon en Nueva York” en Google Maps. Vivieron allí desde 1971 hasta 1973, cuando, como Plastic Ono Band, lanzaron el álbum Some Time in New York City.

hoy, los neoyorquin­os están llenos de nostalgia, melancolía y gratitud por las diversas formas en que Ono ha moldeado la ciudad y su vida. Para Ono “Nueva York es como un viejo amigo. Tiene estados de ánimo. Pero los conozco a todos”.ß

madonna, Cher, melanie Griffith y Billy Joel quisieron residir en el dakota y no fueron aceptados por el consorcio

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CON UN PATIO INTERIOR La majestuosa e icónica esquina frente al Central Park

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