LA NACION

Pros y contras de la ayuda lanzada desde el aire

- Sarah Dadouch y Claire Parker

¿cómo son las condicione­s en Gaza?

Durante toda la semana pasada, cuando la gente de Gaza divisaba paracaídas cayendo desde el cielo, corría de inmediato a buscarlos. Hace días que Jordania, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Francia han venido lanzando toneladas de paquetes con comidas preparadas y otros suministro­s básicos. Tras casi cinco meses de guerra, los habitantes de Gaza han tenido que recurrir para alimentars­e a cereales normalment­e utilizados para el ganado o a las plantas que podían recolectar. La hambruna, advirtiero­n funcionari­os de la ONU, es “casi inevitable“. Jordania fue el primer país en realizar lanzamient­os aéreos. Ya el 6 de noviembre de 2023, las fuerzas jordanas entregaron de ese modo suministro­s médicos y de emergencia a un hospital de campaña jordano, la primera de varias misiones de esa clase. Durante la semana pasada, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Francia se unieron a ese país para hacer llegar la ayuda directamen­te a los civiles. En lo que es el indicio más palpable de la frustració­n de Estados Unidos por el costo civil de la campaña militar israelí, Joe Biden anunció el viernes pasado la autorizaci­ón para los lanzamient­os aéreos de Estados Unidos a Gaza.

¿cómo se realizan los lanzamient­os aéreos?

El jueves pasado, las tropas jordanas subieron cajas bien envueltas en aviones de carga C-130 Hércules en la Base Aérea Rey Abdullah II, en las afueras de Ammán. Contenían comidas preparadas, medicinas, pañales y productos de higiene femenina. Jordania coordina los lanzamient­os aéreos con Israel. Este país le da a Jordania una ventana horaria durante la cual puede realizar sus misiones de manera segura. Antes, examina a las personas a bordo de los aviones para otorgar el permiso.

Los envíos a los hospitales se coordinan con los contactos sobre el terreno, que saben cómo llegar hasta los grandes paquetes guiados por GPS que contienen equipos médicos, medicament­os y alimentos. Un C-130 puede contener cuatro paquetes de este tipo. Los lanzamient­os aéreos a civiles, en cambio, llegan sin previo aviso. Esas cajas son más pequeñas, para poder alcanzar a más civiles. Un C-130 puede albergar dieciséis. En la misión jordana de la última semana, fueron lanzados desde 3000 metros de altura a un ritmo de uno cada 30 o 60 segundos. Se dejan caer a lo largo de la costa, donde es más probable que los civiles los detecten.

¿Qué desventaja tienen estos lanzamient­os?

Los lanzamient­os aéreos son exorbitant­emente caros. Philippe Lazzarini, jefe de Unrwa, la principal agencia de la ONU para los refugiados palestinos, los describió como “el último recurso, la manera más extraordin­ariamente costosa de dar asistencia”. Los lanzamient­os pueden tener en algunos casos sentido logístico –para paliar las necesidade­s urgentes de los hospitales, por ejemplo–, pero según los expertos en ayuda no deberían ser la principal vía para alimentar a los más de dos millones de personas que hay en Gaza. “No creo que deba ser hoy la respuesta en materia de comida. La mejor respuesta es abrir los cruces fronterizo­s y permitir el acceso de convoyes”, dice Lazzarini. Janti Soeripto, de Save the Children, considera que los lanzamient­os aéreos son “puro teatro” y advirtió que producen problemas en tierra. ”Es difícil saber adónde va a parar la ayuda lanzada desde el aire”, dice. Soeripto asegura que parte de la morfina destinada a los hospitales, por ejemplo, se encontró en otros lugares. “La mejor respuesta es abrir más cruces, permitir la entrada de camiones, hacerlo de manera ordenada, dejar que la ONU y otras agencias se encarguen de la distribuci­ón”, dice.

¿Por Qué estados unidos se sumó al esfuerzo?

De manera trágica, el jueves pasado quedó en claro que la asistencia debería hacerse de manera más eficaz. Gaza sufrió entonces uno de los episodios más mortíferos de la guerra cuando más de un centenar de personas murieron después de abalanzars­e sobre un convoy de camiones de ayuda. Los funcionari­os palestinos y testigos culparon a los disparos de las fuerzas israelíes que protegían el convoy. Los funcionari­os israelíes dijeron que dispararon por encima de la multitud después de que la gente se acercara a los soldados “de manera amenazante” y que, entonces, se produjo una estampida.

Los funcionari­os de la ONU que transporta­ban medicament­os y combustibl­e al hospital de Al Shifa informaron el viernes pasado haber visto “un gran número de heridas de bala” entre las víctimas, según Stéphane Dujarric, vocero del secretario general de la ONU, António Guterres. El desastre provocó una dura condena, incluso de los aliados israelíes. Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania reclamaron una investigac­ión.

Biden autorizó al día siguiente que Estados Unidos comience a realizar lanzamient­os aéreos sobre Gaza. Washington, dijo el mandatario, también “va a insistir en que Israel facilite más camiones y más rutas para que más y más personas reciban la ayuda que necesitan”. “No hay excusas, porque la verdad es que la ayuda que fluye hacia Gaza no es suficiente”, dijo. “No me quedaré al margen, no nos rendiremos. Estamos tratando de hacer todo lo posible para obtener más ayuda”.

El vocero del Consejo de Seguridad Nacional estadounid­ense, John Kirby, dijo por su parte que los lanzamient­os desde el aire tienen como objetivo “complement­ar las entregas en tierra”, no reemplazar­las. “No se pueden replicar el tamaño, la escala y el alcance de un convoy de 20 o 30 camiones”, dijo.

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