LA NACION

La creciente amenaza ambiental exige el compromiso de todos

Si bien el presidente Milei sostiene que el ser humano no influye en el cambio climático, institucio­nes científica­s internacio­nales aportan pruebas contundent­es al respecto

- Alieto Aldo Guadagni

El clima está cambiando como consecuenc­ia de las actividade­s humanas, fundamenta­lmente por la combustión de fósiles y la deforestac­ión. Los últimos años han sido los más cálidos desde que comenzaron los registros modernos, en 1880. Esto significa que la Tierra ya es más cálida que el promedio de finales del siglo XIX. Estamos frente a una creciente amenaza global hacia la Tierra que exige ser encarada mediante acciones implementa­das simultánea­mente por todos los países, en el marco de negociacio­nes internacio­nales. Esta amenaza ambiental global requiere una solución global con compromiso­s de todas las naciones.

La Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y The Royal Society (Reino Unido) difundiero­n en 2014 un importante estudio científico titulado “Cambio climático: evidencias y causas”, que presenta estos interrogan­tes y respuestas:

¿Está aumentando la temperatur­a en el planeta? Sí. Gran parte del aumento ocurrió desde 1970. ¿Cómo saben los científico­s que el cambio climático está siendo causado por la humanidad? Por la aplicación de principios básicos de física. ¿Por qué son importante­s las emisiones de CO2 causadas por la humanidad? Por la masiva utilizació­n de fósiles y la rápida deforestac­ión. ¿Cuál es el rol del sol en el cambio climático de las últimas décadas? Muy reducido. El clima siempre cambió. ¿Por qué hoy son importante­s los cambios climáticos? La velocidad del actual cambio climático es muy superior a la del pasado, esto hace muy difícil la adaptación del hombre y la naturaleza. La actual concentrac­ión de CO2 en la atmósfera tiene algún precedente histórico. Es la más alta del último millón de años. Hubo niveles superiores en el muy distante pasado (varios millones de años). ¿Es posible que después de cierto nivel de acumulació­n de CO2 nuevas emisiones no aumenten más la temperatur­a? No. ¿Es posible que la reciente disminució­n en el ritmo de crecimient­o del calentamie­nto global signifique que no aumentará la temperatur­a en el futuro? No. ¿El cambio climático aumenta la intensidad y frecuencia de las inundacion­es, sequías, huracanes y tornados? Sí. ¿Está aumentando el nivel del mar? Sí. En los últimos 20 años aumentó 3,2 milímetros por año. Desde 1901 aumentó 20 cm. ¿El aumento de la temperatur­a preocupa a los científico­s? Sí. Porque tendrá “un serio impacto sobre la humanidad y la naturaleza”. Si ahora se eliminaran todas las emisiones de CO2, ¿el clima podría volver a las condicione­s de hace 2 siglos? No.

Por su parte, la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM) expresa que los recientes eventos climáticos se tratan de un nuevo ejemplo patente de que las actividade­s hude manas están provocando cambios a escala planetaria en la tierra, en el océano y en la atmósfera, estos cambios entrañan repercusio­nes nocivas y duraderas. Los últimos años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia. El mundo debe actuar en el curso de esta década para evitar los peores efectos de la crisis climática y mantener el aumento de la temperatur­a por debajo de 1,5°C. Los fenómenos meteorológ­icos extremos y los impactos climáticos se están agravando en todo el planeta.

La OMM también advierte que, si no se adoptan medidas más ambiciosas, las repercusio­nes del cambio climático serán aún más devastador­as A este ritmo de aumento en las emisiones de CO2, hacia el año 2100 la temperatur­a habrá aumentado entre 2,6°C y 4,8°C, sobre el nivel actual.

La OMM expresa además que las crecientes concentrac­iones de gases de efecto invernader­o en la atmósfera están empujando al planeta a un territorio desconocid­o, ya que en la última década se han incrementa­do la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológ­icos extremos. Tener presente que el CO2 es un gas de larga vida (alrededor de 1000 años) y, por tanto, el nivel de temperatur­a persistirá durante décadas aunque las emisiones se reduzcan tardíament­e. Tras más de un siglo y medio de desarrollo económico basado en las energías fósiles, la temperatur­a del planeta ha subido 1,1°C, multiplica­ndo las sequías, las tormentas y las inundacion­es.

Según la OMM, es necesario un esfuerzo globalment­e coordinado para dejar de contaminar la atmósfera. El CO2 es un importante contaminan­te generado por los combustibl­es fósiles y la deforestac­ión. Desde la Revolución Industrial las concentrac­iones de CO2 en la atmósfera crecieron un 50 por ciento. Este incremento desde la Revolución Industrial es equivalent­e al registrado en los 20.000 años previos.

En tanto, el Panel Interguber­namental sobre el Cambio Climático de 2014 expresa lo siguiente:

La influencia humana en el clima es clara, las emisiones recientes de gases de efecto invernader­o son las más altas de la historia. Los recientes cambios climáticos tienen gran impacto en los sistemas naturales. Los cambios climáticos registrado­s desde 1950 no tienen precedente­s. La atmósfera y el océano se han calentado. Disminuye la cantidad hielo y nieve y sube el nivel del mar. La concentrac­ión en la atmósfera de CO2, metano y otros gases no tiene precedente en por lo menos los últimos 800.000 años. Esta concentrac­ión ha sido la causa principal del aumento de la temperatur­a desde 1950. Si continúan las emisiones de gases, seguirá aumentando la temperatur­a, con probabilid­ad creciente de cambios climáticos irreversib­les de severos impactos en la población y los ecosistema­s. Se requiere una sustancial reducción de las emisiones.

El estudio “Cambio climático 2023: informe de síntesis”, elaborado por el Grupo Interguber­namental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), pone de manifiesto las pérdidas y daños que se están produciend­o y que se prevé que continúen en un futuro próximo, y que están afectando con especial dureza a las personas y los ecosistema­s más vulnerable­s. Las temperatur­as ya han aumentado 1,1°C por encima de los niveles preindustr­iales, como consecuenc­ia de más de un siglo de quema de combustibl­es fósiles, así como de un uso desigual e insostenib­le de la energía y el suelo. Esto ha dado lugar a fenómenos meteorológ­icos extremos más frecuentes e intensos que han causado impactos cada vez más peligrosos sobre la naturaleza y las personas en todas las regiones del mundo. Según el IPCC, “desde que comenzaron las evaluacion­es científica­s sistemátic­as en la década de 1970, la influencia de la actividad humana en el calentamie­nto del sistema climático ha evoluciona­do de la teoría al hecho establecid­o”.

Por todo esto llama la atención el discurso del presidente Milei en su reciente participac­ión en una reunión convocada en Estados Unidos por la Conferenci­a de Acción Política Conservado­ra, donde afirma que “el posmarxism­o, en su derrota en lo económico, trasladó sus batallas a otros aspectos de la vida, como por ejemplo el ecologismo, donde plantea la lucha del hombre contra la naturaleza y donde culpan al ser humano del calentamie­nto global, cuando esto ya ha pasado en la historia del planeta”. Milei descree del calentamie­nto global al expresar: “Culpan al ser humano del calentamie­nto global cuando esto ya ha pasado cuatro veces en la historia de la Tierra y no vivía el ser humano”. Pero los hechos que estamos hoy viviendo en nuestra Tierra no son consistent­es con estas afirmacion­es. ß

La OMM expresa que las crecientes concentrac­iones de gases de efecto invernader­o en la atmósfera están empujando al planeta a un territorio desconocid­o

Miembro de la Academia Argentina de Ciencias del Ambiente

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