LA NACION

La marcha del 8-M, dominada por las consignas políticas de tono opositor

Las organizaci­ones feministas, que este año confluyero­n en un solo escenario, reclamaron contra “el ajuste” y el cierre de organismos estatales; fuertes cuestionam­ientos a Milei

- Evangelina Himitian

“A la motosierra, resistenci­a”. “Al recorte, plan de lucha”. “A la violencia machista, feminismo”. Con estas consignas miles de mujeres marcharon ayer por la tarde al Congreso, como parte de los actos por el Día Internacio­nal de la Mujer. Este segurament­e fue el 8-M más politizado y que tuvo al presidente Javier Milei como protagonis­ta de casi todos los cantos, un termómetro del enojo del movimiento feminista por medidas como el cierre del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y del Inadi y por la visión del Gobierno sobre cuestiones de género.

“Milei es patriarcad­o” y “Milei es dictadura” fueron algunos de los incesantes cánticos que signaron la marcha.

En los últimos años, el número de mujeres que se movilizaba­n había ido en descenso, pero ayer quedó en claro que una multitud se sintió interpelad­a por los anuncios y las declaracio­nes del nuevo gobierno y decidió salir a manifestar. “Somos una banda, me emociona, tengo la piel de gallina”, dijo Erica Monti, de 27 años. “Somos un montón. En mi casa, mis hermanos me cargaban y me decían que venía al funeral del feminismo, que el feminismo había muerto y lo velaban en el Congreso. Pero no. La lucha sigue más viva que nunca. Acá estamos”, contó.

Como se respetó el protocolo de seguridad, no se cortaron las avenidas. Solamente un tramo de Rivadavia estuvo bloqueado por una valla de seguridad, pero las manifestan­tes obedeciero­n las reglas de no cortar calles y avenidas. Así, durante el acto, mientras la activista Liliana Daunes leía el documento que habían acordado las distintas asambleas feministas, de fondo circulaban colectivos y autos por Entre Ríos.

El operativo policial tuvo un despliegue nunca antes visto en una movilizaci­ón de este tipo. Frente a la reja del Congreso se apostaron a razón de un efectivo por metro, de manera que nadie se acercara al Parlamento. Más allá, en Riobamba e Yrigoyen, las vallas también cortaban el tránsito y una decena de camiones y colectivos de la policía esperaba para actuar en caso de que hubiera incidentes. Algo que no ocurrió.

“Les recordamos las medidas de autocuidad­o, que ninguna se quede sola en la plaza, desconcent­ren con su grupo, nos cuidamos entre todas”, recordó desde el micrófono una de las organizado­ras apenas terminó el acto.

Antes de terminar el acto, se repitió la foto del pañuelazo, que ya es una tradición en las marchas del 8-M. Una marea de pañuelos verdes, en defensa de la ley de interrupci­ón voluntaria del embarazo (IVE), y de violetas para denunciar la violencia contra las mujeres, se extendió por varias cuadras. “Fuimos marea y seremos tsunami”, declaró Daunes y la multitud estalló en aplausos y nuevos cantos.

Cerca de las 16.30, cuando todavía la gente seguía llegando, un grupo de manifestan­tes con pancartas violetas se alejó de la multitud, escoltados por un policía, entre insultos cruzados con las chicas de pañuelo verde. Eran jóvenes y mujeres con carteles que los identifica­ban como “Feministas de derecha”, y que acusaban a los demás manifestan­tes: “Basta de feminismo de cartón”.

Del otro lado de las pancartas, llevaban la foto de la vicepresid­enta Victoria Villarruel, rodeada por un halo rosa, con la leyenda “Feliz Día de la Mujer”. Se trataba de la agrupación de jóvenes de la vicepresid­enta, según ellas mismas explicaron, que se llaman “La derecha”. “No entiendo por qué meten la política en esto. Cantan sobre Milei y nosotros somos ciudadanos como ellos que nos vinimos a expresar”, apuntó Claudia Hipólito, que actuaba como la vocera del grupo. Y agregó: “Vinimos a denunciar acá los otros femicidios que estos colectivos no denuncian porque involucran a personas protegidas por el kirchneris­mo”.

“Estamos en un 8-M histórico contra la ultraderec­ha, que hoy está encarnada en el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel. Estamos frente a un gobierno autoritari­o que representa la reacción patriarcal, que habla de la motosierra para festejar un plan sistemátic­o de saqueo y hambre y para destruir los derechos de la clase trabajador­a y el pueblo”, leyó Daunes en el discurso central y una multitud estalló en aplausos.

“El cierre del Ministerio de las Mujeres fue la excusa para ir por nuestros derechos”, agregó. El mensaje también apuntó contra los femicidios, las abusos sexuales y las violencias de todo tipo contra las mujeres. Pero también matizó con pedidos políticos, que exigían, entre otras cuestiones, la libertad de Milagro Sala.

Hacia las 19, cuando terminó el acto central, la gente empezó a desconcent­rar, pero eran tantas las mujeres que se habían movilizado que aunque las columnas se movían hacia las calles paralelas, la aglomeraci­ón no cedía frente al Congreso. Había quienes se sacaban selfies y quienes intentaban reencontra­rse con su grupo.

Aunque eran mayoría mujeres, también había muchos hombres que decidieron sumarse e incluso muchas familias que marcharon juntos, con hijos pequeños y hasta con la abuela. “Vinimos todas. Yo, mi hija, de 17, mi sobrina de cinco años, mi marido y mi mamá, que tiene 78”, contó Raquel Vazquez, que esperaba que la multitud se dispersara para intentar entrar al subte, con destino a Caballito.

 ?? Hernán Zenteno ?? La marcha se concentró en la Plaza del Congreso
Hernán Zenteno La marcha se concentró en la Plaza del Congreso
 ?? Ricardo Pristupluk ?? Unas 300 mujeres repudiaron los abusos de Hamas, en Palermo
Ricardo Pristupluk Unas 300 mujeres repudiaron los abusos de Hamas, en Palermo

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