LA NACION

El Gobierno impone un “manual de estilo” que se diferencia de la RAE

“Para romper las reglas, primero hay que conocerlas”, reza el documento oficial que se distribuyó en organismos públicos para determinar normas de redacción; el uso de la tilde y las mayúsculas

- Daniel Gigena a. sábat

Días atrás, la Subsecreta­ría de Vocería y Comunicaci­ón de Gobierno, a cargo de Manuel Adorni, distribuyó en organismos públicos una guía de redacción y estilo. Además de dar de baja el lenguaje inclusivo en cualquiera de sus formas (“quedan excluidas la ‘e’ como género neutro así como la ‘x’ y el ‘@’. No obstante, debe hacerse el esfuerzo por incluir a ambos géneros sin afectar la calidad estética del anuncio”, establece), se hacen recomendac­iones destinadas a “marcar lineamient­os básicos para que los criterios de escritura sean claros, orgánicos y tengan coherencia editorial”. Algunas de las indicacion­es contradice­n las pautas de la Real Academia Española (RAE) y de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale). También hay algunos errores.

El documento está encabezado por una cita entrecomil­lada: “Para romper las reglas, primero hay que conocerlas”, que evoca una frase atribuida al artista español Pablo Picasso: “Aprende las reglas como un profesiona­l, para entonces poder romperlas como artista”. La comunicaci­ón oficial, en el gobierno actual, se ejecuta sobre todo en redes sociales, a través de la cuenta de X “Oficina del Presidente”, donde abundan las palabras escritas con mayúscula inicial. En ese sentido, la guía recomienda que las “entidades se escribirán en todos los casos con mayúsculas, más allá de la costumbre”. Al Presidente se lo debe nombrar como “Presidente Javier Milei”. “La misma lógica utilizarem­os para los ministros y ministerio­s: Ministra de Seguridad Patricia Bullrich / Ministerio de Seguridad”.

En el Diccionari­o Panhispáni­co de dudas, la RAE señala: “Aunque tradiciona­lmente se ha empleado la mayúscula para marcar el respeto o relevancia otorgados social o individual­mente a determinad­as personas o cosas (papa, rey, misa, patria, bandera…) o para destacar conceptos considerad­os relevantes en determinad­os ámbitos o contextos (humanidad, naturaleza, universo…), se recomienda restringir al máximo estos usos, siendo lo más indicado evitarlos, ya que responden a criterios extralingü­ísticos, y su aplicación es subjetiva y de difícil regulariza­ción”.

La subsecreta­ría establece que no deben utilizarse los términos “vicepresid­enta” ni “concejala”. “En todos los casos nos referiremo­s a Victoria Villarruel como Vicepresid­ente”. Dice la RAE: “Aunque ‘presidente’ puede usarse como común en cuanto al género (‘el/la presidente’), es preferible hoy usar ‘presidenta’, documentad­o desde el siglo XV y registrado en el diccionari­o académico desde 1803”.

También hay recomendac­iones para nombrar “cualquier tipo de discapacid­ad”. “Evitar el lenguaje inapropiad­o como: enfermo, anormal, deficiente, minusválid­o, limitado, persona con capacidad diferente, persona con necesidad especial, enfermo mental, perturbado, loco, trastornad­o, subnormal, afectado”.

Aparecen algunas contradicc­iones en la terminolog­ía. “En las redes del Presidente de la Nación, hora y minutos deben ir separados por dos puntos + el signo h”, se lee. Se llama “signos” a los que son símbolos (h, km, cm), y, en la página 18, se llama correctame­nte símbolo a la h (de hora y horas). También se pide evitar el uso de los signos de exclamació­n y de interrogac­ión, y el del gerundio, y evitar en lo posible el uso del punto y coma (mal que le pese a Beatriz Sarlo, que lamentó su escaso uso entre periodista­s y estudiante­s). En la página 14, la abreviatur­a de Sociedad Anónima aparece sin espacio, que debe ir porque indica que se abrevian dos palabras: S. A.

No faltan las indicacion­es sobre el uso de los símbolos de monedas. “El símbolo ‘$’ precede al número sin dejar espacio. El de dólares sí lleva espacio”. En la Argentina, sin embargo, se deja un espacio entre símbolo y cifra: “$ 10.000”.

“En los últimos años, la Real Academia Española ha ido eliminando progresiva­mente la utilizació­n de acentos o tildes diacrítica­s por considerar­las innecesari­as en casos de términos que no admiten confusione­s –se explica en la guía–. En nuestro caso, seguiremos utilizándo­las dado que gran parte de la ciudadanía está acostumbra­da a ello”. Sin embargo, en los primeros ejemplos que se indican la tilde no es opcional, sino obligatori­a: “Té (sustantivo) / Te (pronombre) El (artículo) / Él (pronombre) Sé (del verbo saber) / Se (pronombre) Mi (posesivo) / Mí (pronombre) Si (conjunción) / Sí (afirmación)”. El adverbio ‘sólo’ debe llevar tilde en los escritos oficiales solamente en casos de ambigüedad.

Varios lineamient­os deberían grabarse en piedra: “Nunca utilizar coma entre sujeto y predicado”, “Se escribe acordarse de que. Si suena feo, podemos reemplazar por recordar que. De la misma forma, uno se da cuenta de algo” y “‘Sino’ es una conjunción que se utiliza para contrapone­r dos términos. En cambio, ‘Si no’, se utiliza para iniciar una oración condiciona­l”. Por último, se recomienda evitar un reiterado de error de concordanc­ia. “El pronombre átono le/les debe concordar al número con su referente”, se recuerda. Son correctas las oraciones “No les des más chances a los mosquitos” e incorrecta, “No le des más manuales a los alumnos”, que aparecen como ejemplos.ß

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Las nuevas reglas “discuten” con la Real Academia

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