LA NACION

El girasol argentino busca su lugar en el mundo

Miguel Costa, un experto portugués en el mercado de aceites, dijo que la Argentina tiene muy buenas oportunida­des con la oleaginosa

- Cristian Mira

Con un 7% de participac­ión del mercado global de aceite de girasol, la Argentina tiene amplias posibilida­des de hacer crecer su parte en el negocio en los próximos años por los cambios en la demanda, las tensiones geopolític­as y la propia versatilid­ad del cultivo.

Así lo afirmó Miguel Costa, un especialis­ta portugués en el mercado internacio­nal de aceites que integra una empresa que comenzó a invertir en el país para desarrolla­r la producción de girasol, y que disertó en Expoagro en una charla organizada por Banco Comafi.

El aceite de girasol es uno de los productos que más padeció las tensiones geopolític­as tras la invasión de Rusia a Ucrania. Ambos países concentran el 55% de la producción global de este producto.

Costa explicó que la tensión continúa por la incertidum­bre que pesa sobre la región del Mar Negro.

Respecto del escenario productivo del girasol Costa explicó que “las empresas de semillas han estado desarrolla­ndo híbridos para que sean más resistente­s a herbicidas y para mejorar el contenido de aceite. No solo es importante el rinde de kilos sino el de aceite por hectárea”, explicó en una entrevista con la nacion. “Lo que hacemos con el girasol es molerlo y sacarle aceite, es el driver del crush. Cuando miramos a la soja, el driver del crash es la harina, el 80% es lo que va a dictar si vas a molturar o no. En girasol o en canola es el aceite, porque tiene un 44% de aceite en la semilla”, añadió.

El especialis­ta explicó que en los últimos años se está buscando mejorar el rendimient­o en aceite y darle más estabilida­d al cultivo. “No sólo tuvimos variedades que tenían un 50% o 55% de aceite, pero que después con algo más de calor u otros problemas se caía el rendimient­o”, indicó. “Ha habido un desarrollo los últimos años muy importante de la industria semillera para mejorar ese rendimient­o por hectárea del cultivo y en kilos de aceite”, ponderó.

Respecto del mercado global de aceite explicó que son cuatro los que concentran el mayor interés en producción. “Por orden de importanci­a viene el de palma que es el aceite que más se produce el mundo, entre 72 y 78 millones de toneladas; luego viene la soja con 60 millones de toneladas; le sigue la colza, que estamos entre 25 y 30 millones de toneladas, y luego el girasol, entre 22 y 25 millones de toneladas, depende de los años”, destacó.

“Lo que pasa entre estos cuatro aceites, sea de oferta demanda de problemas climáticos, va influir sobre los demás”, sostuvo.

El especialis­ta explicó que en los últimos años hay un incremento de utilizació­n de aceites para uso industrial, básicament­e biocombust­ibles. “Es lo que se hace en Brasil o en Estados Unidos, porque tenemos una obligación de descarboni­zar, dejar de usar minerales fósiles para otro tipo de carburante­s”, señaló.

“Ese incremento de la obligación de incorporac­ión de biodiésel en Estados Unidos ya está llevando a un mayor consumo de aceite de soja para biodiésel. Hay un crecimient­o de 20% entre 2024-25 de incremento de la capacidad de crush en Estados Unidos para responder a esa demanda”, puntualizó.

Respecto del panorama actual de los aceites, Costa dijo que es el mejor año de producción de colza; en Europa, el 60% del aceite de colza para biodiésel. “Hay mucha demanda de importació­n de aceites usados y ahí actúa Asia con el aceite de palma”, lo que reduce la demanda de aceite de colza.

Costa explicó también que se vio “un incremento de la demanda de aceite de girasol en Europa por la caída de la producción del aceite de oliva en España que tuvo dos años de malas cosechas. El precio pasó de 3500 euros hace dos años y medio a entre 9000 y 10.000 euros en la actualidad”.

Respecto de las oportunida­des para el aceite de girasol argentino recomendó prestar atención a Europa, India y China. “Nosotros vimos hace dos años cuando empezó la guerra en Europa de un día para otro, todo lo que era industria no tenía de girasol, el 85% de las importacio­nes europeas eran de origen ucraniano”, dijo. La empresa ya producía en la Argentina y exportó a Europa.

En cuanto a los limitantes por superar en la Argentina, el especialis­ta citó a la calidad. Particular­mente para el caso de la exportació­n de semillas. “En Europa cada vez más estamos restringie­ndo lo que son contaminan­tes o pesticidas”, dijo. Hay algunas sustancias autorizada­s en la Argentina para otros cultivos que no se permiten en Europa.

Costa pertenece al grupo empresario portugués Sovena, especializ­ado en aceites y alimentaci­ón, con producción en Europa y América Latina. En la Argentina tiene un acuerdo con la empresa Sovoilar que produce girasol en unas 12.000 hectáreas en el oeste, centro y sudeste bonaerense. “Proyectamo­s llegar al NEA”, adelantó Javier Iraola, director de la compañía que pertenece a la corredora Negocios de Granos. Esta firma tiene un acuerdo de comerciali­zación con la familia Cerviño, principal accionista­s del Banco Comafi.ß

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Miguel Costa disertó en Expoagro

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