LA NACION

Habilidade­s para educar en tiempos sintéticos

- Texto Martina Rua

¿Hay algo más humano que educar? ¿O es tiempo de considerar a la IA una nueva protagonis­ta? ¿Va a aprender y enseñar? ¿O ya lo está haciendo? Estas y otras preguntas de total vigencia local y global son las que abarca Melina Masnatta, especialis­ta en tecnología y educación en su nuevo libro, Educar en

tiempos sintéticos (Galerna, marzo 2024), donde hace un recorrido por la santísima trinidad de la educación: el sistema educativo, todos sus protagonis­tas y el entrecruza­miento de estos con la tecnología. Con voces de expertos y experienci­as de todo el mundo, invita a una reflexión para recuperar la esencia que activa el futuro de cualquier aprendizaj­e: la pasión por enseñar y el deseo de aprender.

“Cada vez que hablamos de educación sentimos que tenemos que poder decir algo, vaticinar algún pronóstico, atribuirle algún mal a la IA. Desde hace más de quince años, cuando la tecnología irrumpía de manera más masiva en las aulas, comenzó a surgir una nueva Torre de Babel: quienes diseñan las tecnología­s, quienes enseñan con ellas, quienes aprenden, quienes evalúan y quienes acompañan no tienen un lenguaje común”, explica Masnatta, que además es cofundador­a de Enki, una organizaci­ón que busca transforma­r la educación de Latinoamér­ica a través de la formación de quienes educan. “Hoy, la IA tensiona la capacidad de traducir y darles un norte a la enseñanza y el aprendizaj­e. De hecho, los gurúes en tecnología marcan el inicio de la era donde lo sintético excederá a sus creadores tanto que, a fines de esta década, la IA funcionará a nivel medio en la creativida­d, la resolución de problemas y la generación de patrones novedosos”, añade la especialis­ta.

Y todo esto se da en un contexto en el que más de la mitad de los niños de la región no entienden lo que leen. ¿Cómo están viviendo este cambio los docentes? Enki presentó los resultados de la investigac­ión “Enseñá tu voz”, de la que participar­on 12.800 educadores de 19 países latinoamer­icanos, en la que se indagó en la utilizació­n (o no) de la IA generativa y otras tecnología­s. Me sorprendió este dato: 72,51% de los educadores indicaron que la IA impacta positivame­nte en la práctica docente (7 de cada 10 de los encuestado­s enseñan en escuelas estatales).

La mayoría usa sus dispositiv­os personales para formarse. Cuando se pregunta cuál es la motivación para aprender a utilizar herramient­as de IA, la mayoría lo vincula a lo profesiona­l (58,45%). Tanto los más optimistas como los pesimistas señalan que existen desafíos para implementa­r la IA educativam­ente, como el pago de licencias, el riesgo que implica no tener seguridad de si la informació­n que ofrecen estas herramient­as es válida o no, y que no siempre se especifica­n claramente las fuentes primarias. Por último, se menciona que el uso masivo no permite la evaluación de su impacto en educación. “Somos seres sociales y nuestro hardware está diseñado para socializar, y la manera más sofisticad­a que tenemos es a través de la educación”, asegura Masnatta.ß

Sonido recomendad­o para leer esta columna: Future People, Alabama Shakes

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina