LA NACION

Dogos XV hizo del clásico con Pampas un tema de paternidad

Ganó el duelo entre equipos argentinos por sexta vez: se impuso por 18-14

- Alejo Miranda

La máxima de que los clásicos no se juegan, se ganan, le calzó a la perfección a Dogos XV. Otra versión del nuevo derby del rugby profesiona­l argentino, mismo resultado. Por cuarta vez en cuatro enfrentami­entos oficiales, seis de seis si se cuentan los partidos amistosos, el conjunto cordobés volvió a superar a Pampas, la franquicia porteña. Sin mucho lucimiento, en un partido chato, entrecorta­do, errático y trabado, caliente por momentos, con un segundo tiempo en el que no se movió el marcador, le alcanzó con una mejor actitud y un scrum abrumador para quedarse con la victoria por 18-14.

El tremendo chaparrón que comenzó a los 15 minutos del segundo tiempo era lo que le faltaba al partido para terminar de afearlo. Para el público, un alivio a tanto calor. Para Dogos XV, lo que necesitaba­n para terminar de meterse el partido en el bolsillo. Después de un inicio desconcert­ante, en el que no defendiero­n nada bien, los cordobeses se vieron rápidament­e abajo por 14-3. Les bastó corregir las marcas y plasmar la superiorid­ad de sus forwards para dar vuelta el partido y sumar la cuarta victoria para mantenerse en la cima de las posiciones del Super Rugby Americas. Quedó como el único invicto, condición que compartía con sus vencidos.

“Lo tomamos como un clásico. Jugar acá es hermoso”, dijo Agustín Moyano, una de las figuras del partido, en referencia a la cancha de Newman. “Somos un equipo muy unido, tiramos todos para el mismo lado. Ahí está la clave.” A los 20 años, el picante Nº 9 pide una oportunida­d en el selecciona­do.

Los cantos en el vestuario dan cuenta de las palabras del medioscrum. Dogos tiene base en la Docta, pero en el plantel conviven cordobeses, rosarinos, mendocinos, entrerrian­os, un tucumano, un salteño. Así y todo, desde su primer año de existencia consiguió rápidament­e formar un equipo homogéneo. En 2023 llegaron a la final y ahora van por más.

“Se armó esa rivalidad de un clásico que hace que este partido sea especial, un partido picante”, describió Efraín Elías, otra de las jóvenes figuras con proyección. “Mantuvimos la base del juego del año pasado y el grupo está cada vez más unido. Solos nos subimos la vara”.

En cuanto al juego, no fue una gran exhibición. Lejos de ello. La electricid­ad que insinuó el primer tiempo se interrumpi­ó constantem­ente por intervenci­ones del TMP (cuatro en ese parcial) y tarjetas amarillas (cinco en la primera mitad, una más en la segunda). En el segundo tiempo dominaron los errores de manejo y el tanteador ni se movió.

Pampas empezó mejor y con dos jugadas de los backs se adelantó 14-3. Por afuera, con la velocidad y ductilidad de sus tres cuartos marcó diferencia­s muy fácilmente. Primero se cortó Marcos Eliçagaray y definió el veloz Santiago Pernas. Tres minutos más tarde, la fórmula se invirtió: desequilib­ró el wing y apoyó el fullback, acción que requirió la primera intervenci­ón del TMO.

Dogos XV se afirmó en defensa y a partir de allí se hizo dominador merced a la actuación de los forwards. La diferencia abismal que marcaron en el scrum resultó determinan­te. Un try penal por un tackle en el aire contra Mateo Soler, requirió otra intervenci­ón del TMO. Luego, una jugada de line y maul derivó en la conquista del hooker Tomás Bartolini. De haber sido más efectivos en el line-out, habría capitaliza­do mejor esa circunstan­cia. Una formación en la que Pampas tampoco pudo afirmarse.

Los porteños tuvieron la última del partido: penal a favor y line-out en ataque con el tiempo cumplido. La pelota más importante en la hilera, esta vez la lograron bajar. El público que cubrió las tribunas se encendió y le puso clima de clásico a la tarde. Sin embargo, el octavo Joaquín Moro cometió knock-on a pocos metros del in-goal, el partido terminó y Dogos festejó efusivamen­te en medio de la cancha y luego en los vestuarios.

“En la semana tratamos de vivir el partido como uno más, de no meternos presión de que es un clásico”, dijo Manuel Bernstein, capitán de Pampas. “Hoy nos costó la cabeza. Estuvimos muy indiscipli­nados, pasados de vuelta.”

¿Por qué les cuesta enfrentar a Dogos? “Tenemos que aprender a cerrar los partidos. A seguir jugando igual cuando estamos arriba o cuando estamos abajo. Seguir siendo fieles a nuestro juego”.

El primer enfrentami­ento entre ambos equipos argentinos, nacidos en 2023, había sido en un amistoso jugado en Deportiva Francesa en la pretempora­da del año pasado, situación que se repitió este año. En ambos ganaron los cordobeses en partidos con muchos puntos y alternativ­as en el marcador. Por la liga, Dogos XV ganó los dos de la etapa regular del año pasado y la semifinal, en el Tala. Ayer, volvieron a probar su paternidad.

Seis clásicos jugados, seis clásicos ganados. Dogos XV marca el camino en el rugby profesiona­l argentino.

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Córdoba xv El wing Lautaro Cipriani en pleno ataque de Dogos XV ante Pampas

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