Un inglés de 18 años debutó en Ferrari e impresionó bien
Oliver Bearman tomó el lugar del enfermo Sainz y, en el difícil Yedá, largará 11º hoy
“Me levanté esta mañana pensando que iba a largar décimo en Fórmula 2 por la grilla invertida y después me enteré de que Carlos estaba enfermo. Ahora estoy un poco frustrado por no haber llegado a la Q3, pero supongo que tengo que estar satisfecho por el resultado”. oliver Bearman, de 18 años y cara de adolescente, no olvidará el día de ayer. La apendicitis de Carlos Sainz –operación incluida– le abrió las puertas del segundo auto de Ferrari en el Gran Premio de Arabia Saudita de Fórmula 1. El inglés, que integra el programa para jóvenes pilotos de la escudería de Maranello, había conseguido la pole position en la categoría telonera, la F. 2, con 1m42s217/1000. En la F. 1, con ese registro no sólo habría resultado último: ni siquiera habría cumplido el tope clasificatorio del 107%. No habría tenido el derecho a largar en la carrera de hoy a las 14 de Buenos Aires.
“El desafío que tiene Bearman es enorme. Aunque conozca la pista, tendrá que ser al menos 14 segundos más rápido que en la F. 2 en un circuito de seis kilómetros. Se sentirá como en un cohete”, planteó el periodista Will Buxton antes de que el joven saliera a la pista con el auto rojo. El inglés no tenía tiempo para preguntarse nada. Apenas unas vueltas de práctica, y a procurar pasar de la Q1 a la Q2 y de ésta a la Q3. En la primera tanda, Bearman no tuvo problemas. Quedó entre los 15 mejores superando en casi esos 14 segundos su mejor marca en Fórmula 2: clavó 1m28s984/1000. ¡Noveno puesto! En su primera tanda cronometrada en el Gran Circo. Ser el piloto más joven en la historia de Ferrari, y el tercero en la de la Fórmula 1, no lo condicionó.
En la Q2 sí tuvo errores, un par, que minaron su progresión. Debió desechar un intento de vuelta rápida y su mejor registro lo ubicó 11º, a apenas 36 milésimas del último pasaje a la Q3. Bearman era alentado por su padre, David, desde el box del Cavallino Rampante. Cuando su ingeniero de pista le habló por radio, el joven atinó a ¡disculparse!: “¡Pido perdón!”, manifestó.
Eso, pese a que, en la improvisación del día y de su edad y de la responsabilidad para un debutante, quedó en esa tanda a apenas medio segundo de su compañero, Charles Leclerc, que resultó segundo, y a seis décimas del todopoderoso Red Bull del tricampeón Max Verstappen. Y todo, en un circuito callejero y de tránsito rapidísimo, donde los muros amenazan con golpes a cada instante. “ollie hizo un trabajo increíble. Tuvo contacto con el auto en la práctica 3 y después se clasificó. Estoy contento por él y espero que Carlos se recupere rápidamente”, lo elogió Leclerc.
El monegasco escoltó a Verstappen, que, en otro ritmo, parece competir sólo contra sí mismo. “Pero la carrera será mañana. Comparado con el año pasado, dimos un paso adelante, estamos mejor en carrera”, dijo Leclerc. Max, por su parte, se alegró por su primera pole position en el cirucito de Yedá, en cuatro años. “Es un gran día. Mejoramos el auto a la noche, sobre todo en las curvas rápidas. Y la confianza es fundamental. Es increíble lo rápidos que podemos andar acá”, celebró. Y sobre la competencia de hoy, presagió: “En el pasado hubo carreras locas. No es tan fácil hacer una sola parada. Pero estoy muy confiado en que tenemos un gran ritmo de carrera”.
También habló “Checo” Pérez. “Tuvimos una mejora en la vuelta final, pero la primera fila era muy posible”, lamentó el mexicano, que partirá tercero. “Será una carrera muy interesante, de mucha acción, muy divertida”, añadió. Lo será siempre que alguien logre presentarle batalla al enorme favorito, claro. Su compañero, Max Verstappen.