La Biblioteca Nacional y el Fondo de las Artes, en un limbo administrativo
Junto al CCK y el Centro Cultural Borges, llevan tres meses sin haber formalizado la designación de autoridades; la situación provoca trabas para el funcionamiento cotidiano y la toma de decisiones
En el Gobierno hay designaciones (y despidos) de funcionarios a diario, basta con leer el Boletín Oficial para comprobarlo. No obstante, a tres meses de la asunción del Presidente, y del anuncio por parte del secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, de que la bibliotecaria y profesora Susana Soto Pérez dirigiría la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM), aún no se la nombró de manera oficial. La Biblioteca Nacional es una de las instituciones más antiguas del país y, de hecho, “precede” a la Argentina: fue creada por Mariano Moreno el 13 de septiembre de 1810. En ella se resguardan documentos, manuscritos y otros materiales bibliográficos con los que se han forjado las ideas en distintas épocas del país.
Desde la Secretaría de Cultura informaron que la designación estaba “en proceso” y que era probable que saliera en los próximos días. Cabe aclarar que el decreto debe llevar la firma del Presidente y de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, en cuyo “superministerio” hubo nueve renuncias y despidos en apenas tres meses.
Otros organismos descentralizados de la Secretaría de Cultura, como la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), ya tienen autoridades designadas. Pero también quedan a la espera de los nombramientos oficiales las autoridades del Fondo Nacional de las Artes (Tulio Andreussi Guzmán, en reemplazo del “desnombrado” Javier Torre en enero), el Centro Cultural Kirchner (Valeria Ambrosio) y el Centro Cultural Borges (Alberto Negrin). De la BNMM dependen el Museo del Libro y de la Lengua, la Escuela Nacional de Bibliotecarios, el Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges, programas de investigación, talleres y becas.
“La importancia de la designación y poder firmar actos administrativos es clave para la vida cotidiana de cualquier institución pública –dice a el exministro de Cultura la nacion del gobierno de Cambiemos Pablo Avelluto–. Desde la ejecución del presupuesto, la administración general, los procesos de licitación, los recursos humanos, todo requiere la firma digital del responsable máximo”. pudo confirmar que la nacion esta situación entorpece el funcionamiento de una de las instituciones más importantes del país. Al no tener firma, Soto Pérez no puede autorizar diversas gestiones. “Todos los días estamos esperando la designación; no se entiende esta tardanza”, dijo una fuente de la BNMM a la nacion.
La demora en el nombramiento de Soto Pérez, que trabaja desde diciembre en la organización de nuevas muestras en la institución y en el Museo del Libro y de la Lengua, excede lo habitual. Su antecesor en el cargo, el escritor Juan Sasturain, fue designado de manera oficial a mediados de febrero. Y en 2016, la bibliotecóloga Elsa Barber había asumido como directora interina a inicios de marzo hasta que Alberto Manguel pudo asumir como director en julio de ese año. Tras la salida de Manguel, a mediados de 2018, Barber ocupó su cargo. Renunció por carta en enero de 2020.
La bibliotecóloga, muy reconocida por su trayectoria académica, espera la formalización de su cargo para informar la agenda cultural y otras iniciativas. En breve, se inaugurará la librería de la BNMM en la avenida Las Heras 2597, donde funcionaba la librería Antígona.ß