LA NACION

La avanzada de rechazo al DNU se modera en Diputados

Hoy se reúne la bancada de Pichetto con Francos; el kirchneris­mo espera que se quiebre la armonía entre el Gobierno y los dialoguist­as

- Delfina Celichini

La resistenci­a al DNU 70/2023, impulsada por el kirchneris­mo, el peronismo disidente y algunos los gobernador­es patagónico­s desde el Senado, encuentra un freno en Diputados. Sin los votos para su rechazo definitivo, tanto la izquierda como Unión por la Patria no evalúan por ahora pedir una sesión especial para tratar el megadecret­o de Javier Milei, aunque sí buscarán descontar la veintena de voluntades que les faltan para voltear la medida. En paralelo, el Gobierno motorizó el diálogo con los bloques dialoguist­as para evitar un escenario adverso.

La estrategia de la administra­ción libertaria es ganar tiempo. Su objetivo es controlar la agenda del Congreso y avanzar, mostrando la zanahoria del Pacto de Mayo, con la ley –o leyes– de bases “bis”. El ministro del Interior, Guillermo Francos, es el encargado de tender estos puentes y volver a seducir a quienes el fracaso de la iniciativa ómnibus alejó. Por eso, el titular de la cartera política se reunirá hoy con representa­ntes de Hacemos Coalición Federal, el bloque que preside Miguel Ángel Pichetto. La semana pasada hizo lo propio con los referentes Pro y la UCR de Diputados, con quienes conversaro­n “sobre los pilares de la ley de bases y una agenda de trabajo para el paquete fiscal”.

“Seguimos trabajando para construir consensos”, remató Francos en su cuenta de X tras hacer pública la cumbre con el radical Rodrigo de Loredo. Un cambio sustancial en la forma de abordar las conversaci­ones del gobierno libertario con la oposición dialoguist­a. Tras el revés que sufrió el DNU en el Senado, el Presidente se abstuvo de circular listas de “traidores” en X y solo se limitó a retuitear comentario­s críticos de otros usuarios. Todo un gesto de moderación.

Esta actitud les da aire a los bloques dialoguist­as, que en general están de acuerdo con el contenido de la norma, aunque la consideran inconstitu­cional. No obstante, ni la UCR ni Hacemos piensan sumarse a un rechazo de plano para evitar sentarse junto al kirchneris­mo y oponerse a un Gobierno que todavía cuenta con altos índices de aprobación. Harán un delicado equilibrio con la motorizaci­ón de leyes “espejo” mientras ignoran los llamados de la oposición intransige­nte para voltear definitiva­mente la norma.

En un mensaje ambiguo, el diputado Nicolás Massot (Hacemos) criticó el DNU, pero dejó en claro que no lo rechazará. En cambio, señaló que se debe “tratar su contenido por ley”. La misma estrategia que adoptaron la UCR con Martín Tetaz y la senadora Carolina Losada inmediatam­ente después de publicado el decreto. En Pro también se plegaron a esta idea e impulsaron un proyecto de reforma laboral –el capítulo del DNU suspendido por la Justicia– así como una derogación de la ley de alquileres.

Detrás de la actitud conciliado­ra de los radicales y el bloque de Pichetto está el interés de los ocho gobernador­es que gravitan en ambos espacios. Piden discutir de manera “urgente” una nueva fórmula de movilidad previsiona­l para recomponer los haberes de los jubilados con la inflación de enero. La administra­ción libertaria, con el ministro Luis Caputo a la cabeza, se resiste a ceder en su objetivo de lograr el déficit cero y solo ofrece compensar la mitad del índice de inflación registrado por el Indec en el primer mes del año. ¿Será este el punto de quiebre del embrionari­o armisticio?

La insistenci­a del Gobierno con reinstaura­r la cuarta categoría del impuesto a las ganancias es otro de los temas que ponen en jaque la armonía. Los gobernador­es patagónico­s, muchos de los que contribuye­ron al rechazo del DNU en el Senado, se resisten a esta medida porque afectará a casi toda su población activa. Proponen, en cambio, coparticip­ar el impuesto al cheque o una porción del impuesto PAIS. Con las negociacio­nes estancadas con la Casa Rosada, estos mandatario­s provincial­es ya dieron un primer aviso en la Cámara alta.

Por su parte, la oposición intransige­nte se mueve con pies de plomo. Consciente­s de no tener todavía los números para voltear el decreto del Poder Ejecutivo, buscan sumar las 17 manos que les faltan para llegar a los 129. Por ahora, suman a los 99 de UP, los cinco de la izquierda, a cinco radicales díscolos, dos del socialismo y a Margarita Stolbizer (GEN). No obstante, siguen de cerca las conversaci­ones entre el Gobierno y los dialoguist­as, y esperan atentos a que la buena sintonía se rompa.

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