LA NACION

La causa contra los hermanos Lijo que fue archivada en silencio por un juez cercano

La investigac­ión por presunto enriquecim­iento ilícito incluyó el análisis de un haras y de sociedades; ante una denuncia de Carrió, el abogado defensor fue Cúneo Libarona

- Candela Ini

El juez federal Ariel Lijo, postulado por Javier Milei para llegar a la Corte Suprema de Justicia, no solamente salió airoso de las denuncias por mal desempeño que recibió en el Consejo de la Magistratu­ra. En los tribunales de Comodoro Py, donde es titular del juzgado federal 4, el caso que lo implicó con graves acusacione­s fue cerrado por el juez federal Julián Ercolini, colega cercano a Lijo, con un fallo que pasó bajo los radares.

Lijo fue denunciado penalmente junto a su hermano Freddy en 2018. La presentaci­ón la hizo Elisa Carrió: denunció que los hermanos les garantizab­an impunidad a empresario­s y funcionari­os que tenían problemas procesales en causas judiciales. Como presunto organizado­r de la banda denunció al exministro de Planificac­ión Federal kirchneris­ta Julio De Vido.

El caso le tocó inicialmen­te al fiscal Carlos Stornelli, pero se excusó y el expediente terminó en manos del fiscal Franco Picardi. Ninguno de los imputados fue indagado. El abogado de los hermanos Lijo fue Mariano Cúneo Libarona, actual ministro de Justicia.

La prueba aportada por Carrió incluía un pendrive con una grabación de Alfredo Lijo diciendo: “¿Alguna vez fuiste a Tribunales a llevarle plata a uno... a otro con miedo a que te peguen un tiro?”.

Pero también eran señalados como parte de la supuesta banda un grupo de empresario­s, exfunciona­rios y lobbistas, algunos de ellos vinculados al hermano del juez, según la denuncia, a través de sociedades. Alfredo Lijo fue sobreseído en febrero de 2021.

Según el fallo al que accedió la nacion, Ercolini sostuvo que no pudieron corroborar­se las hipótesis planteadas en la denuncia respecto de un supuesto incremento patrimonia­l irregular de Alfredo Lijo ni la relación de ese incremento con sus vínculos y su actividad como operador judicial. Después de ese fallo, Cúneo Libarona pidió el sobreseimi­ento del juez Ariel Lijo, que fue dispuesto por Ercolini.

Fuentes allegadas a Alfredo Lijo dijeron a la nacion, acerca del cierre de este expediente, que el archivo y el sobreseimi­ento se dispusiero­n después de haberse agotado la instrucció­n de la causa, cuando no quedaba nada por investigar.

La denuncia sostenía que la supuesta banda había “pretendido garantizar la impunidad de delitos contra la administra­ción pública de las más altas esferas de poder a cambio de dinero y negocios espurios”.

Y señalaba al hermano del juez: “Alfredo Lijo habría incrementa­do su patrimonio de manera ilícita y habría introducid­o esos activos a través de distintos mecanismos de lavado de dinero”.

Además, estaban denunciado­s el asesor de la OEA Gustavo Cinosi, el excamarist­a federal Eduardo Freiler, Silvana Stochetti (que fue socia de Lijo en una consultora); el exsecretar­io de De Vido José María Olazagasti; el exjefe de gabinete de Cristian Ritondo, Marcelo Rochetti –señalado en la denuncia como socio de Freddy Lijo–; Ernesto Chalabe, señalado como persona de confianza de Olazagasti, y el empresario Roberto Vignati, vinculado a través de negocios con el entorno de De Vido.

Según la denuncia, Freiler y Alfredo Lijo controlaba­n juntos el funcionami­ento de un balneario en Necochea. Y este último era apuntado por integrar una cantidad de sociedades y empresas junto a Fernando Dapero, un exsíndico del PAMI investigad­o por lavado de dinero y evasión a través de sociedades offshore. Dapero y Lijo fueron socios y una de las empresas relacionad­as al hermano del juez, Caledonia Seguros SA, emitió cédulas azules para que Ariel Lijo y Marcelo Rochetti manejaran autos de lujo.

Picardi pidió medidas para estudiar el patrimonio de los Lijo y de los demás denunciado­s. De acuerdo con la informació­n que recibió de la AFIP y –según cita el juez– un informe de la UIF, no surgieron “situacione­s que merecieran ser destacadas” en los patrimonio­s.

Además, Alfredo Lijo ingresó al blanqueo y las autoridade­s judiciales se toparon, según dijo una fuente judicial a este medio, con los límites que impone la ley de sinceramie­nto fiscal 27.260. Según supo la nacion, también declaró haber recibidos premios “por actividade­s desarrolla­das en los hipódromos de Palermo, La Plata y San Isidro”.

Pero la investigac­ión no profundizó en otra parte de las maniobras denunciada­s por Carrió: supuestos hechos de lavado de dinero con la compañía de seguros que tenía como socio a Alfredo Lijo; los funcionari­os judiciales del caso dijeron que esas maniobras eran investigad­as en los tribunales en lo penal económico, en otros expediente­s.

“A raíz de haberse tomado conocimien­to de la tramitació­n de otras causas en el fuero en lo penal económico en las que se investigar­an maniobras presuntame­nte desarrolla­das por personas a quienes se vinculara con lo aquí denunciado, se concluyó que no resultaba posible la realizació­n en esta sede de una investigac­ión paralela en tal sentido, a efectos de evitar una doble persecució­n en sede penal en relación a un idéntico objeto y con respecto a los mismos sujetos”, escribió Ercolini.

Con respecto a la acusación que los señalaba como una banda organizada, Ercolini dijo: “Los resultados obtenidos a raíz de las medidas practicada­s conllevaro­n a descartar la ocurrencia de los extremos denunciado­s en los términos en que fueran presentado­s, dado que seguía desconocié­ndose las circunstan­cias de modo, tiempo y lugar en que podrían haberse desarrolla­do”.

La denuncia fue ampliada en 2019 con informació­n sobre los vínculos de los hermanos Lijo con la familia Corach, después una nota de la nacion que reveló la cercanía entre ellos y que daba cuenta de que el juez Lijo, que instruyó el caso por las coimas de Siemens, ignoró un informe de la UIF sobre movimiento­s de dinero de la familia Corach en el exterior. Sin raspones, Ariel Lijo logró sortear la acusación.

Los casos que enfrentó Lijo en el Consejo de la Magistratu­ra

Durante el gobierno de Mauricio Macri Lijo salió ileso de la denuncia más relevante que debió enfrentar en el organismo que selecciona y sanciona a los jueces, por la propiedad de un haras.

Con la lupa sobre el patrimonio del juez y acusado por responsabi­lidades disciplina­rias, el expediente se había iniciado en el Consejo después de una declaració­n de Carla Lago, su excuñada, quien durante el caso que terminó con la destitució­n del camarista Eduardo Freiler declaró que Freddy Lijo, exmarido de Lago, compartía un haras en Dolores con el magistrado.

Cuando el Consejo de la Magistratu­ra se aprestaba a citar a Freddy para responder sobre su patrimonio, el oficialism­o decidió desestimar la acusación contra el juez.

Lijo tenía a su cargo, en ese entonces, la causa Correo. la nacion reveló una reunión entre Mauricio Macri, el extitular de la AFI Gustavo Arribas y Daniel Angelici –con influencia en el Consejo de la Magistratu­ra y cercanía a los Lijo– para evitar que Freddy Lijo fuera citado a declarar en el Consejo y salvar a su hermano del juicio político.

El haras estuvo siempre a nombre de Freddy y, de acuerdo con las medidas de prueba que llevó adelante en ese entonces el Consejo de la Magistratu­ra, en ninguna de las escrituras apareciero­n los datos del juez.

El año pasado, el diputado de la Coalición Cívica Juan Manuel López lo denunció en el Consejo de la Magistratu­ra por mal desempeño y pidió su remoción. Lo acusó de haber impulsado una causa penal y demorarla sin motivos con “manifiesta arbitrarie­dad” para beneficiar a Lorenzetti “en su disputa contra los demás integrante­s de la Corte, y en especial contra el Dr. Maqueda”, según el texto de la denuncia.

Esa denuncia está en el Consejo de la Magistratu­ra desde agosto del año pasado y todavía no fue sorteada.

La Comisión de Disciplina es presidida por el diputado kirchneris­ta Héctor Recalde, que es quien debería fijar una fecha para sortear la denuncia.

Uno de los elementos de prueba presentado­s por el diputado López era una nota publicada en este medio en junio del año pasado por el periodista Hugo Alconada Mon, en la cual se narra un contrapunt­o entre el juez Lijo y el fiscal federal Carlos Stornelli producto de la denuncia anónima por presuntas irregulari­dades en la Obra Social del Poder Judicial de la Nación.

En 2017, Lijo fue denunciado ante el Consejo de la Magistratu­ra por el Colegio de Abogados de la ciudad de Buenos Aires, la agrupación Será Justicia y la organizaci­ón Usina de Justicia.

Lo acusaron de “demoras excesivas en la tramitació­n de causas” que tienen a funcionari­os públicos como imputados en casos de corrupción. Lijo negó las acusacione­s y respondió con un escrito sobre las 23 causas por las que fue cuestionad­o y su estado procesal.

El Consejo de la Magistratu­ra desestimó la denuncia en 2018.ß

El juez Ercolni sostuvo que no pudieron corroborar­se las hipótesis planteadas en la denuncia respecto de un supuesto incremento patrimonia­l irregular de Alfredo Lijo

También estaban denunciado­s un asesor de la OEA, el excamarist­a federal Freiler, un secretario de De Vido y un funcionari­o cercano a Cristian Ritondo

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e. marcarián /archivo El juez federal Ariel Lijo, en la escalinata de los tribunales de Comodoro Py

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