LA NACION

El congreso del PJ consumó la salida de Alberto Fernández

Sin embargo, dilató la integració­n de la comisión de acción política que tomará las riendas del partido; reproches y pases de facturas de Berni y Gray; Máximo Kirchner no asistió

- Manuel Casado

Unos 470 congresale­s nacionales del Partido Justiciali­sta (PJ), sobre los 900 convocados, se reunieron ayer para empezar a definir el destino del peronismo. La cita fue en el microestad­io de Ferro, en el barrio porteño de Caballito, donde la principal fuerza de oposición oficializó la salida forzada de su último titular, el expresiden­te Alberto Fernández, a través de una licencia. En paralelo, hubo pases de facturas entre los dirigentes e indefinici­ones sobre los plazos para llamar a elecciones anticipada­s y definir la nueva conducción con internas o lista única.

Para reemplazar a Fernández, el órgano legislativ­o del PJ creó por pedido del gobernador bonaerense Axel Kicillof una Comisión de Acción Política (CAP) bajo el eslogan “Para el modelo argentino”. Y se resolvió que su integració­n estará a cargo del consejo nacional del partido, ya que no hubo acuerdo para su conformaci­ón. Esa mesa comandará a la fuerza hasta fin de año, cuando se convocará a internas. Desde el entorno de Kicillof, que ingresó y salió por el portón del estadio sin interactua­r con la prensa, anticiparo­n que “no es de su interés tomar las riendas del partido en este momento”.

El titular del congreso del PJ, Gildo Insfrán, aseguró: “Mi prioridad es la unidad del peronismo, porque en el peronismo no sobra nadie”. El gobernador de Formosa estuvo acompañado en el estrado por otros mandatario­s, como Kicillof, Ricardo Quintela y Raúl Jalil, así como los senadores Lucía Corpacci, Juan Manzur, Wado de Pedro y José Neder. En el escenario montado en el microestad­io también estaban Cristina Álvarez Rodríguez, Fernanda Raverta, Fernando Espinoza, Verónica Magario, José Luis Gioja y Juan Manuel Olmos.

En el encuentro, que se extendió hasta las tres de la tarde sin la presencia de Máximo Kirchner, los más críticos fueron el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray; el exministro bonaerense Sergio Berni, y el exgobernad­or de San Luis Alberto Rodríguez Saá, quien aseguró irse “medio tristón ante bastante gatopardis­mo. Parece que cambian las cosas para que nada cambie”. Berni, por su parte, advirtió que “el peronismo está lleno de telarañas” y sobre el encuentro mostró desilusión al afirmar que “hoy no se dijo ni se realizó nada”.

Sobre el escenario, el congreso peronista exhibió una postal variopinta de dirigentes, entre legislador­es afines al kirchneris­mo duro, gobernador­es peronistas del norte e intendente­s bonaerense­s. Esa lista la completaro­n los mandatario­s provincial­es Ricardo Quintela (La Rioja) y Raúl Jalil (Catamarca); la senadora del “cristinism­o” Juliana Di Tullio; la también integrante de este último sector Fernanda Raverta, extitular del PAMI; el intendente matancero, Fernando Espinoza; la vicegobern­adora bonaerense, Verónica Magario; el exgobernad­or de la provincia de San Juan José Luis Gioja, y Juan Manuel Olmos.

Entre los cinco vicepresid­entes que tiene el PJ se vio a la senadora Lucía Corpacci (exgobernad­ora de Catamarca), su par de bancada Juan Manzur (exgobernad­or de Tucumán) y la jefa de asesores del Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez. Los cinco, afirman, quedarán al frente hasta que se lleven a cabo los comicios internos del partido, pautados para fin de año, en octubre o noviembre.

Uno de los primeros en arribar fue el diputado nacional y secretario adjunto del sindicato de Smata, Mario “Paco” Manrique, hombre de confianza del camionero Pablo Moyano, de la rama más intransige­nte de la CGT. “El que se considere peronista vendrá acá y el que no se considere peronista tiene todo el derecho del mundo crear su propio espacio político”, dijo al ser consultado por la ausencia de Sergio Massa, el candidato a presidente de la alianza que integró el PJ en 2023. Al respecto, hizo la salvedad de que lo importante es que al final del camino todas las fuerzas del “campo nacional y popular” confluyan en un mismo espacio, pero añadió que, “de lo contrario, será una opción más que tenga la sociedad para poder elegir en el futuro”.

La reorganiza­ción del PJ transita arenas movedizas tras haber sufrido en el último lapso una sangría territoria­l que incluye las pérdidas de gobernacio­nes históricas en provincias como San Juan, San Luis y Chaco. A esa lista se suma ahora Tucumán, a raíz del corrimient­o de su mandatario, Osvaldo Jaldo, alineado con la Casa Rosada y el presidente Javier Milei.

El nombramien­to en 2021 de Alberto Fernández al frente del PJ se debió a la necesidad de darle músculo a su estadía en la Casa Rosada. Concretada su salida del sillón de Rivadavia, la jefatura del exmandatar­io dejó de tener apoyo entre los principale­s dirigentes de la fuerza, que le reprocharo­n su exilio transitori­o en Madrid, lo que se sumó al escándalo de las denuncias por los seguros durante su administra­ción. Además, Fernández es visto internamen­te como uno de los principale­s responsabl­es de la derrota.

En ese sentido, el que se hizo notar nuevamente fue Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría y extitular del PJ bonaerense, que en su arribo a Ferro manifestó que “La Cámpora no puede presidir el PJ nacional”. El jefe comunal que está abiertamen­te enfrentado al hijo de Cristina Kirchner dio uno de los discursos más encendidos y aplaudidos ante el congreso partidario. “A mí no me puso ninguna lapicera ni dedo, sino los vecinos”, criticó, y agregó, con intención política, que le daba “vergüenza la militancia rentada”.ß

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alejandro guyot la mesa principal del congreso del PJ que sesionó ayer en Ferro

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