LA NACION

“Creo en mi boxeo y conozco mi hambre de gloria”

Con 27 años y un récord invicto de 29 triunfos, el argentino asume la gran oportunida­d que tendrá frente a Hitchins, el 6 de abril, en Las Vegas

- TEXTO Andrés Vázquez Para

Irradia un voraz de apetito de gloria. La mirada directa, como midiendo al interlocut­or, acompaña las palabras pausadas con que arma las frases de cada respuesta. Gustavo Lemos percibe que está en el umbral de un gran acontecimi­ento para su carrera boxística, pero no cruza la línea de la prudencia en sus cortas definicion­es. Su cuerpo y su mente están enfocados a pleno en el combate que sostendrá el próximo 6 de abril, en Las Vegas, ante el estadounid­ense Richardson Hitchins y en la posibilida­d de convertirs­e en retador mandatorio al título mundial superliger­o de la FIB. “Es la pelea de mi vida”, le comenta a la nacion, convencido que detrás de su figura pequeña y vigorosa hay un boxeador dispuesto a hacerse grande.

Con 27 años y un récord inmaculado de 29 triunfos (19 KO), el

Eléctrico Lemos sabe muy bien que esta oportunida­d ante Hitchins en el ring del lujoso casino Fontainebl­eau representa­rá un punto de inflexión en sus intencione­s aspiracion­ales de insertarse en el primer nivel mundial. Porque no sólo se juzgará el resultado que logre, también pesará la forma en que lo consiga. Aún siendo derrotado puede asegurarse más y mejores oportunida­des. “Yo tengo un sueño que es llegar a ser campeón mundial. Y para lograrlo, primero está esta pelea para seguir abriendo puertas”, dice, consciente de que su debut en la meca será observado con lupa por los popes de la industria.

–¿Qué significa para vos pelear en Las Vegas?

–Es el sueño de todo boxeador. Más allá de eso, trato de enfocarme en mi preparació­n y trabajar a conciencia para poder coronarlo con un buen triunfo. Acá, en Argentina, no quiero pelear más…

–¿Qué sabes de tu rival?

–Te soy sincero, vi un par de videos de algunas de sus peleas, pero tampoco le dediqué horas a estudiarlo. Sé que es alto y largo, que tiene buena técnica y volea la derecha con mucha fuerza. Nada más. Estoy muy metido en mi preparació­n, en llegar bien al peso y en lo que debo hacer ese día para ganar.

–¿Sos consciente de que en este combate te toca ser el lado B?

–Si, por eso hay que dar el máximo en cada round para no dejar dudas.

Y si puedo noquear, mucho mejor. Hitchins es local y tiene el apoyo promociona­l, pero yo creo en mi boxeo y conozco mi hambre de gloria. Está en mi no dejarme robar…

–Hitchins elogió tu boxeo y advirtió que no tendrá problemas en aplicar una estrategia elusiva, ¿cómo lo tomás?

–No me interesa lo que dice, yo prefiero entrenar y hablar con los puños sobre el ring. Si el piensa agarrar la motoneta, yo estoy preparado para tirar los rounds que sean necesarios. Buscaré acortarle el ring y obligarlo a que se plante a tirar golpes.

El apodo de Eléctrico es solo para arriba del ring. Abajo, por generosida­d y simpatía, suena mejor el otro, Tito, el pibe que nació, se crió y vive en el Barrio Ruta 3 de la ciudad de Tres Arroyos. El que en la voz sin estridenci­as se fue acostumbra­ndo a esto de ser conocido y a la moda de brindar entrevista­s y posar para las fotos a pesar de su timidez. El mismo muchacho que cada tanto agarra la cuchara y el fratacho, como en sus épocas de peón de albañil, para hacerle reformas a la misma casa que con tanto sacrificio se construyó. El que quiere ser campeón del mundo para brindarle a su hijo Ian, de 8 años, un futuro menos sacrificad­o que su duro pasado.

“Yo siempre fui muy inquieto en la escuela y me gustaba un poco hacer líos. Y de tanto ir al gimnasio con mi hermano Leandro me dieron ganas de aprender boxeo. Mi mamá Cecilia no quería saber nada con que fuera boxeador, pero no le quedó otra que resignarse y dejarme boxear. Hoy todo lo que tengo y lo que soy se lo debo a este deporte”, comenta Tito, que desde que se inició en el boxeo, a los 12 años, es entrenado por su padrastro, Pedro Alem, más conocido como el Toro. “Espero devolverle algo de lo mucho que reniega enseñándon­os boxeo”, acota, sonriente y agradecido.

–¿Cuánto de tu futuro te jugás contra Hitchins?

–Mucho. Sé que ganando pego el salto que necesito para consolidar­me deportiva y económicam­ente. De este combate dependerá lo que venga después. Siento que tengo muchas más cosas por ganar que por perder.

–¿Por qué desde hace tiempo se habla de vos pero nunca tuviste la chance mundialist­a?

– Sin dudas, por la falta de continuida­d. En los últimos años se nos hizo muy difícil encontrar rivales y tuve un par de lesiones que no me permitían pegar bien. Además de otras cuestiones que tuvieron más que ver con el organismo que conmigo. Estuve un año y medio como retador mandatorio al título ligero y siempre paso algo para postergars­e.

–¿No pensas que esto de no ser mediático y pelear poco en la Argentina también retrasó tu despegue internacio­nal?

– Puede ser, pero no me gusta dar notas y explicar por qué no me quieren pelear. Los pocos que aceptaban pedían bolsas impagables.

–Después que fuiste excluido del ranking ligero de la FIB por no dar el peso con Clavero, ¿tuviste miedo de no volver a tener otra oportunida­d?

–No pensé que iba a tener esta chance tan rápido. Cuando me avisaron me tomé las cosas con otra seriedad y consciente de que no me puedo equivocar. Estoy entrenando muy motivado, sabiendo que llegó lo que tanto busqué.

Hoy por hoy, la categoría superliger­o concentra a muchos de los mejores boxeadores libra por libra y es el foco de atención de una industria ávida de realizar grandes combates y generar ganancias millonaria­s. Los estadounid­enses Gervonta Davis, Davin Haney, Ryan Garcia y Regis Prograis, el puertorriq­ueño Subriel Matias, los británicos Jack Catterall y Josh Taylor, el hondureño Teófimo Lopez, el cubano Rolly Romero y el mexicano Isaac “Pitbull” Cruz son algunos de los nombres mimados por las grandes cadenas televisiva­s para liderar carteleras y ventas de PPV. La oportunida­d de Lemos de entrar en ese circuito de prestigio y dinero es posible si deja una buena impresión ante Hitchins, quien ostenta un récord invicto de 17 triunfos, de los cuales siete fueron antes del límite. Condicione­s tiene, aunque deberá cambiar muchas cosas.

–¿Te sentís mental y físicament­e preparado para afrontar los duros compromiso­s que puedan surgir en superliger­o?

–Creo que ya no puedo perder más tiempo y necesito este tipo de peleas para demostrar mis condicione­s. Estoy lo suficiente­mente maduro boxística y mentalment­e para probarme con los mejores y saber dónde estoy parado.

–¿Cómo llevás la adaptación de subir de ligero a superliger­o?

–Me siento muy fuerte y muy cómodo. No estoy obligado a cuidarme tanto en las comidas. En los últimos meses me costaba mucho dar ligero, llegaba muy exprimido. Ahora ya casi estoy en categoría con mucho tiempo. Además, no variaron la velocidad ni la potencia de mis golpes.

–¿Si le ganás a Hitchins, te gustaría tener la chance mundialist­a con Subriel Matias o preferís otro rival?

–Mi sueño es ser campeón mundial. Estoy dispuesto a pelear con el que toque. Matías es un muy buen campeón y, por estilo, sería un lindo combate. En este nivel no vale tener miedo o buscar preferenci­as. Ahora estoy pensando en Hitchins, después veré.ß

 ?? NOELIA MARCIA GUEVARA/ AFV ?? La carrera de Lemos no tuvo el despegue pretendido y la pelea con Hitchins puede abrirle muchas puertas
NOELIA MARCIA GUEVARA/ AFV La carrera de Lemos no tuvo el despegue pretendido y la pelea con Hitchins puede abrirle muchas puertas

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