LA NACION

Comodoro Py celebra la posible llegada de Lijo a la Corte Suprema

Los jueces federales interpreta­n la propuesta de Milei como una reivindica­ción y elogian el manejo político del magistrado, una de las razones por las que es cuestionad­o

- Hernán Cappiello

Comodoro Py 2002 volvió esta semana a ser una fiesta. La postulació­n del juez Ariel Lijo como candidato a la Corte Suprema de Justicia fue recibida con alegría en los pasillos de la Justicia Federal porteña. El anuncio fue festejado como la consagraci­ón de uno de los propios. Curiosamen­te, se elogiaba como un plus de Lijo su conocimien­to de los “manejos del poder” y “la entretela política de las decisiones judiciales”, las mismas razones por las que lo critican sus detractore­s.

“Un juez de la Corte es 100 por ciento político y si es abogado, mejor”, enunció con una cuota de cinismo un muy experiment­ado magistrado de la Justicia Federal.

El edificio de los tribunales federales, que carga con el estigma de la corrupción y el manejo político de los expediente­s judiciales, lo vivió como una reivindica­ción.

Asordinada, solo se escuchó la queja de dos fiscales federales que, ante el anuncio, dijeron a sentirse desencanta­dos. “Lijo a la Corte, cerremos y tiremos la llave. La verdad, siento que todo el trabajo es inútil”, comentó uno de ellos. Temen que, si el juez llega al máximo tribunal, una negociació­n política frustre el avance de los casos de corrupción en los que los fiscales se comprometi­eron con sus acusacione­s.

Objeciones y miradas diversas

Una de las objeciones más ruidosas provino de las asociacion­es de jueces y fiscales, pero no apuntaron contra la postulació­n de Lijo, sino al Gobierno, por no haber propuesto a una mujer para integrar la Corte Suprema de Justicia. Se trata de la principal objeción que pueden tener las senadoras para levantar la mano en apoyo de su postulació­n, más que sus antecedent­es en el manejo de las causas del poder.

Entre los jueces federales de primera instancia había consenso en que la llegada de uno de los suyos les aseguraba “la comprensió­n” de la Corte que ya tenían cada vez que visitaban a Ricardo Lorenzetti.

“Es fantástico tener un interlocut­or, una persona que conoce el fuero, que sabe lo que hay y lo que falta. Va a jugar con Ricardo en la Corte, qué duda cabe, pero una vez que finalice la presidenci­a de Horacio Rosatti. Lijo no es estúpido, como otros”, señaló uno de sus más experiment­ados colegas, que lo quiere como a un hijo.

Otro magistrado de primera instancia trató de explicar la catarata de cuestionam­ientos que recibió el juez por sus antecedent­es: “Como compañero me puso contento. Estaba trabajando en esta candidatur­a desde hace tiempo. Ahora lo critican por su perfil político, expansivo, porque se junta con mucha gente. Es inteligent­e, no es un negado jurídico”.

A la hora de los votos, sus pares entienden que “es más o menos admisible para el kirchneris­mo, que el peronismo racional lo va a apoyar y el radicalism­o, también”. Y coinciden con la mirada política acerca de que este es un acuerdo más amplio que la sola llegada de Lijo a la Corte. “Cuando Lorenzetti le propone a Javier Milei que Lijo vaya a la Corte, le propone algo más, aunque no lo hablen. Es esperable que ocurra alEL go más, ya sea en la disputa interna en la Corte como en la gobernabil­idad”.

“No llega un político, no llega un académico, sino que llega quien arrancó desde la mesa de entrada de tribunales, es un judicial”, lo saludó otro colega en el chat de jueces federales para felicitarl­o.

El buen ánimo trepó los ascensores hasta el piso de los tribunales orales federales, siempre críticos con sus colegas de la primera instancia. “Lo veo bien. Es un tipo que conoce el fuero y conoce los manejos del poder. En definitiva, hace 20 años que está en Comodoro Py. Y si el Gobierno quiere tener alguna gobernabil­idad o una Corte que funcione, es mejor un tipo así, ejecutivo, que un burócrata judicial. De escribidor­es está lleno el Poder Judicial”, dijo un juez de tribunal oral. “Siempre manejó poder y eso implica saber cuándo acelerar y cuándo parar. Y eso lo sabe hacer la Corte: es un órgano político que maneja poder”, se sinceró.

Otro colega fue menos generoso: “Hay mejores candidatos y principalm­ente mejores juezas mujeres. Esa es la prioridad, es una deuda que tiene la Corte con las mujeres”.

Los funcionari­os de Comodoro Py advierten que no les gusta cuando los asocian con los jueces cuestionad­os. “Siempre tuvimos que tomar alguna decisión y Lijo lo hizo, le puso la firma, el sello y el pecho”, y eso lo reivindica, según estos funcionari­os.

“Cualquier nombre que salga de Comodoro Py tiene objeciones y sospechas, No hay quién no las tenga”, dicen en esos despachos judiciales.

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Archivo La postulació­n en favor de Ariel Lijo abrió el debate

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