Poroto Cambiaso se tomó desquite: le ganó al padre y salió campeón
Con 18 años, obtuvo la USPA Gold Cup y el primer título en el exterior de La Dolfina
Hace casi un mes habían vivido una jornada muy especial. La primera final frente a frente, cada uno con su organización, por la Triple Corona americana. Son polistas, aman el mismo deporte, les fascinan los caballos, tienen un talento increíble, han ganado juntos, en el exterior y también en la Argentina, incluido el Abierto de Palermo. Pero salir a ganarse mutuamente encerraba una sensación distinta. Por eso, Adolfo Cambiaso (h.), el crack que sigue mostrando su jerarquía a los 48 años, lo tomó de manera diferente a otras. Había conquistado por novena vez la CV Whitney Cup, el tercer torneo en relevancia de Estados Unidos, pero estaba raro: como parte de la organización Valiente había superado a su hijo Poroto Cambiaso y a su club, La Dolfina.
“Es un orgullo, es muy lindo ver el nombre de La Dolfina compitiendo acá. Es tremendo por lo que representa para la organización. Lo que no es muy cómodo es jugar la final contra... La Dolfina y contra Poroto. Sí, es incómodo por donde lo mire: Es la primera final que jugamos acá en contra”, apuntó Adolfito desde Palm Beach a
aquella vez, luego de vencer por 12-10. Aunque tenía en claro que cuando sucediera a la inversa, muy probablemente “me agarre una calentura de aquellas”.
Pasaron apenas 30 días. Ahora, con la USPA Gold Cup en disputa, la segunda competencia en importancia en Palm Beach antes del US Open. Nuevamente La Dolfina vs. Valiente, Cambiaso vs. Cambiaso.
Y aquel presagio de Adolfito tenía asidero, porque Poroto fue por la revancha. Y se la tomó. La Dolfina, en su primera incursión internacional, ya tiene un título. Lo logró al derrotar a Valiente por 12-9.
El partido fue de desarrollo equilibrado, aunque La Dolfina se mostraba más compacto, con la conducción de Poroto Cambiaso y el respaldo de Tomás Panelo. Sin dudas, una combinación que funciona desde hace varias temporadas. Ellos dos, más Rufino Merlos aportando su movilidad. La Dolfina llegó arriba a la primera mitad por 5-4. Luego, aprovechó un buen envión para ponerse 7-4 en el cuarto. Pero Adolfo Cambiaso sacó a relucir su amor propio, provocó dos ataques sucesivos que terminaron en sendos goles y Valiente se puso a uno (7-6). Era el momento psicológico.
Contrariamente a lo que indican los manuales en estos casos, ejerció una protesta sobre los referís por una sanción a su compañero Paquito de Narváez en la acción que derivó en el gol N° 13. “La bocha todavía no había entrado y Paquito le tira fuerte y convierte el gol. Los jueces le aplicaron una tarjeta amarilla aduciendo que le había pegado muy fuerte a la bocha desde cerca del arco y que no podía hacer eso porque tenía una probation. Y ahí me volví loco. Porque con esa tarjeta el chico no puede jugar el US Open. Por eso me saqué. Lo dejaron afuera. Me enojé mucho. Eso fue lo que pasó”, le dijo Cambiaso a
Fue una queja extensa. La historia terminó con infracción técnica y penal para el rival. Que se puso 8-6 en una corrida, 9-6 en otro ataque, y ante la continuidad de las protestas de Cambiaso, los referís le aplicaron la segunda tarjeta amarilla, que lo sacó temporariamente de la cancha. Más otro técnico que Panelo capitalizó en gol. Del 7-6 pasaron al 10-6 y sin Adolfito en la cancha: 3 contra 4. Una hecatombe para Valiente.
Con todo, Paquito de Narváez y Peke González, los laderos de Cambiaso en Valiente, se las compusieron para aguantar el partido hasta que volviera Adolfito. No marcaron goles, pero tampoco se los hicieron. Regresó el capitán, Valiente reaccionó y marcó dos tantos en un contexto claramente adverso. Iban al último chukker con chances de pelear por lo que parecía perdido: estaban 10-8 para La Dolfina.
Sin embargo, fue la última reacción de Valiente. Para La Dolfina, en ventaja, era una situación ideal para manejar los tiempos y jugar con la desesperación del rival. Y sacó provecho de todo eso para sellar el 12-9 final. El que le dio ese ansiado título y la revancha a Poroto Cambiaso.
La mañana había comenzado con un sentido posteo de Adolfito en Instagram, en una foto en la que está con Poroto de chico. “Final de la Copa de Oro 2024... Vaya que pasó el tiempo, pero acá estamos. Otra final que nos toca en distintos palenques, pero feliz y muy orgulloso de todo el proceso vivido para poder lograrlo. Te felicito y te admiro @porotocambiaso”. La tarde en Miami los encontró también separados en el podio, uno feliz y el otro no tanto. Sabio, había anticipado que seguramente le tocaría pasar por una calentura de aquellas cuando perdiera, sólo que ello ocurrió dentro de la cancha y en pleno partido. Justo a él, que ganó 15 veces este campeonato en tres décadas. Una monstruosidad para sus habituales números cuantiosos.
Pero ya entrada la noche, seguramente volvió a ser un padre feliz. Nada más lindo que ver a su pollo dando más saltos de calidad y siguiendo la ruta que le marcó desde chico. Quizá desde antes de aquella foto. Y que Poroto, a sus 18, siendo todavía extremadamente joven, la continúa a lo grande. Como mandan la tradición familiar y de La Dolfina.ß
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VaLiente: