LA NACION

El FSB vincula a los servicios de Occidente con el ataque terrorista en Moscú

El jefe del servicio de seguridad ruso insistió en la hipótesis del rol de Ucrania, en medio de las críticas a la falta de anticipaci­ón por parte de esa agencia

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MOSCÚ.– Dos poderosos aliados del presidente ruso, Vladimir Putin, dijeron ayer que creían que Ucrania y sus aliados en Occidente estaban implicados en el ataque contra una sala de conciertos a las afueras de Moscú en el que murieron 139 personas y otras 180 resultaron heridas y que fue reivindica­do por el grupo jihadista Estado Islámico.

Alexander Bortnikov, jefe del FSB, el servicio de seguridad ruso, declaró que si bien no está claro aún quién ordenó el ataque, los asaltantes planeaban ir a Ucrania y allí iban a ser “recibidos como héroes”.

“Pensamos que la acción fue preparada por islamistas radicales y que, por supuesto, fue facilitada por servicios especiales occidental­es, y que los servicios especiales ucranianos están directamen­te implicados”, declaró Bortnikov, citado por la agencia de prensa Ria Novosti.

El FSB disponía de informació­n que indicaba la implicació­n de Ucrania en el ataque, afirmó. No ofreció pruebas de sus afirmacion­es, pero citó el supuesto intento de huida de los hombres armados hacia Ucrania.

Sin embargo, Bortnikov afirmó que el FSB aún no había identifica­do específica­mente a quienes ordenaron el ataque.

En tanto, Bortnikov dijo que el jefe de la inteligenc­ia militar ucraniana, Kirylo Budanov, es un objetivo legítimo para las fuerzas militares rusas, al igual que cualquiera que perpetre crímenes contra Rusia.

“Por supuesto, fue Ucrania”, declaró a su vez Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad ruso, a medios locales, al ser consultado sobre si el responsabl­e del ataque del viernes fue Kiev o Estado Islámico (EI, o ISIS, por sus siglas en inglés).

Ante otra pregunta, dijo que había “muchos” indicios de la implicació­n de Ucrania. Tampoco ofreció pruebas al respecto.

El presidente Vladimir Putin reconoció anteayer que “islamistas radicales” llevaron a cabo el ataque, pero sugirió que estaban vinculados a Ucrania, país contra el cual lanzó una ofensiva hace dos años.

“Sabemos que el crimen fue llevado a cabo por la mano de islamistas radicales con una ideología que el mundo musulmán ha combatido durante siglos”, dijo Putin. “Queremos saber quién lo ordenó”.

Sin aportar pruebas, Putin relacionó el atentado con una serie de incursione­s en territorio ruso de grupos de sabotaje proucrania­nos, y dijo que todos ellos formaban parte de los esfuerzos por “sembrar el pánico”.

Ucrania niega firmemente cualquier implicació­n en este ataque, ocurrido en la noche del viernes. Y el presidente bielorruso, aliado del Kremlin, contradijo la versión de Moscú al decir que los asaltantes trataron primero de huir a su país pero no pudieron hacerlo al verse disuadidos por los controles fronterizo­s.

“Por eso no pudieron entrar en Bielorrusi­a. Lo vieron. Por eso se dieron media vuelta y se fueron a la sección de la frontera rusoucrani­ana”, dijo Alexander Lukashenko.

El Kremlin ha expresado su confianza en las agencias de seguridad rusas, a pesar de que han surgido interrogan­tes en el país sobre cómo no lograron frustrar el atentado pese a advertenci­as públicas y privadas de Estados Unidos.

Los jihadistas de Estado Islámico asumieron la autoría del ataque y canales de medios afiliados a la filial del grupo en Afganistán –conocida como ISIS-K– publicaron videos de los hombres armados dentro de la sala de conciertos.

El atentado del viernes supuso un duro golpe para Putin, poco más de una semana después de que consiguier­a un nuevo mandato tras unas elecciones sin oposición real que el Kremlin presentó como un plebiscito a su operación militar en Ucrania.

Sospechoso­s

Un octavo sospechoso del atentado fue puesto en detención preventiva. Los cuatro presuntos atacantes se encuentran ya en prisión preventiva desde el sábado y podrían ser condenados a cadena perpetua. Al menos uno de ellos es de Tayikistán, un país de Asia Central.

Otros tres sospechoso­s fueron puestos bajo detención preventiva el lunes. Según la agencia de noticias Ria Novosti, se trata de un padre y dos de sus hijos, uno de los cuales, nacido en Tayikistán, tiene nacionalid­ad rusa.

Según las autoridade­s, el octavo sospechoso detenido es de Kirguistán, un país de Asia Central vecino de Tayikistán. Según la agencia de noticias Interfax, tiene 31 años y posee la nacionalid­ad rusa.

En la audiencia, afirmó que no conocía a los presuntos cerebros del atentado ni estar al tanto del proyecto, de acuerdo a Interfax.

Los sospechoso­s identifica­dos por los investigad­ores son Dalerdzhon Mirzoyev, de 32 años; Saidakrami Rachabaliz­oda, de 30; Shamsidin Fariduni, de 25, y Mukhammads­obir Faizov, de 19 años. Están acusados de cometer un acto terrorista y este delito acarrea una sentencia máxima de cadena perpetua.

El ataque contra la sala de conciertos Crocus City Hall es el peor ataque en Rusia en veinte años y el más mortífero reivindica­do por EI en suelo europeo.ß

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