El papa Francisco advirtió sobre “complicidades políticas y judiciales” en Santa Fe
El Sumo Pontífice difundió un videomensaje dirigido a los rosarinos y aseguró que es necesario trabajar sobre la demanda de drogas
ROMA.– Evidentemente preocupado por la ola de violencia narco en Rosario, que se acentuó en las últimas semanas con asesinatos a quemarropa y advertencias mafiosas, el papa Francisco envió ayer un videomensaje a los fieles, en el que denunció que “sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación en la que se encuentra” esa ciudad.
Si bien admitió al principio “comprender la necesidad de la presencia de las fuerzas de seguridad para llevar tranquilidad a la comunidad” en este momento de crisis, el Papa recordó que “en el camino de la paz se deben transitar respuestas complejas e integrales, con la colaboración de todas las instituciones que conforman la vida de una sociedad” y consideró que “es necesario fortalecer la comunidad”.
Luego de denunciar que “sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación en la que se encuentra la ciudad de Rosario”, el exarzobispo de Buenos Aires planteó que es necesario “rehabilitar la política”, que es “una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común”, recordó, citando su encíclica Fratelli tutti.
En este marco, lanzó un llamado a “todos los sectores políticos” a “transitar el gran camino del consenso y del diálogo para generar leyes y políticas públicas que acompañen un proceso de recuperación del entramado social”. Y apuntó que “la alternancia de las gestiones debe sostener la continuidad de los procesos de cambio”.
Consideró, por otro lado, que “es necesario trabajar no sólo sobre la oferta, sino también sobre la demanda de drogas, a través de políticas de prevención y asistencia”.
“El silencio del Estado en esta materia solo naturaliza y facilita la promoción del consumo y comercialización de las mismas” agregó, al leer un mensaje de unos siete minutos, grabado en el despacho de su suite de la residencia de Santa Marta, en el Vaticano.
El Papa, de 87 años y que aparece leyendo con buena voz, también habló de la importancia de una justicia independiente. “En un contexto como este, es necesario que el sistema democrático vele por la institucionalidad de la Justicia, de tal manera que pueda ser independiente, para investigar los entramados de la corrupción y del lavado de dinero que facilitan el avance del narcotráfico”, afirmó.
“Cada miembro del Poder Judicial es responsable de custodiar su integridad, la que comienza por la rectitud de su corazón. Asimismo, es de agradecer a todos aquellos hombres y mujeres que, con su compromiso silencioso con la Justicia, muchas veces ponen en riesgo su propia vida por el bien común en un contexto tantas veces deshumanizado”, siguió.
En el videomensaje, Francisco subrayó el rol clave de los empresarios. “El empresario es una figura fundamental de toda buena economía: no hay una buena economía sin un buen empresario”, recordó. “Lamentablemente, tampoco hay una mala economía sin la complicidad de una parte del sector privado”, acusó, asimismo, al recalcar que “hay una gran tarea por delante en el sector empresarial, no solo en impedir la complicidad en los negocios con las organizaciones mafiosas, sino también en un compromiso social”.
Fue entonces que evocó el gran “ejemplo” del empresario argentino Enrique Shaw, cuya causa de beatificación está avanzando en el Dicasterio para las Causas de los Santos.
En otro tramo de la grabación el papa Francisco recordó que “nadie se salva solo” y que incluso “en los barrios privados se puede encontrar la inseguridad y la amenaza del consumo para los propios hijos”. De ahí, invitó a los empresarios, que tienen el don de emprender e innovar, a comprometerse a trabajar por la paz, que definió justamente una empresa que exige creatividad.
El Pontífice habló asimismo de los pobres, su máxima preocupación. “Dado que en todo sistema mafioso los pobres son el material descartable, los invito a usar esfuerzos y aunar esfuerzos para que el Estado y las instituciones intermedias puedan brindar espacios comunitarios en los barrios vulnerables”, pidió.
Aseguró el Papa que estos pueden crear condiciones para que niños, adolescentes y jóvenes tengan un desarrollo humano integral, para un futuro superador al que tuvieron sus padres y abuelos. E insistió: “Todas las instituciones sociales, civiles y religiosas debemos de estar unidas para hacer lo que mejor sabemos hacer: crear comunidad”.
Finalmente, al margen de asegurar su cercanía a los rosarinos, les envió un mensaje de aliento. “Rosario cuenta con una gran riqueza de instituciones al servicio de los demás. Es una riqueza que ustedes tienen. Todos podemos colaborar y ser parte de los espacios deportivos, educativos y comunitarios”, dijo. “El temor siempre aísla, el temor paraliza. No teman comprometerse junto a otros para ser respuesta pacífica e inspiradora”, pidió.
El rol de la Iglesia
No ocultó, por último, la importancia del rol de la Iglesia en este contexto de crisis, llamada a “acompañar espiritual y orgánicamente a los familiares de las víctimas que han perdido su vida a causa de la violencia, acompañar a los enfermos, acompañar a quienes viven el flagelo de las adicciones y a sus familiares, acompañar a quienes están presos y luego necesitan un camino de reinserción, acompañar a quienes viven en situaciones de vulnerabilidad extrema”.
“La parroquia es la Iglesia que se hace vecina, es la comunidad donde todos pueden experimentarse amados. Para muchos niños, adolescentes y jóvenes vulnerables será quizás la única experiencia de familia que tendrán la oportunidad de conocer”, sostuvo. “En estos tiempos, el amor, la caridad será el anuncio más explícito del Evangelio para una sociedad que se siente amenazada”, agregó. Y concluyó: “Queridos hermanos y hermanas rosarinos, estoy cerca de ustedes. La Virgen del Rosario intercede día y noche por todos sus hijos, sobre todo, como suelen hacerlo las mamás, con diligencia especial por quienes tienen mayores fragilidades. Que Dios los bendiga, un abrazo”.