LA NACION

Vías de ferrocarri­l Una solución para el Sarmiento

- Arturo Eduardo Fara

Se ha reinstalad­o el debate sobre cómo solucionar el problema que generan los cruces a nivel de las vías del ferrocarri­l Sarmiento. La estación Once creó una importante área comercial, tanto legal como ilegal, y un área de congestion­amiento de tránsito, degradando la calidad de vida. Existen, linderos a las vías, valiosos terrenos de jurisdicci­ón ferroviari­a pasibles de ser desafectad­os y aprovechad­os. Desde el punto de vista del tránsito vehicular, un relevamien­to en el paso a nivel de Federico García Lorca mostró que en el lapso de una hora las barreras permanecie­ron cerradas por el paso de trenes durante 21 minutos.

Recordemos que el criterio seguido por nuestros mayores era ir retirando el ferrocarri­l a medida que el área céntrica crecía. La alternativ­a que propongo como solución es trasladar la actual terminal hacia el oeste. Las obras de subterráne­o se constituye­ron en política de Estado de la ciudad, seguidas por todos los intendente­s posteriore­s, hasta la crisis de 2001. Las alternativ­as que hasta el momento han sido considerad­as no son soluciones apropiadas; cometen el error de mantener el actual emplazamie­nto de la terminal Once como si fuese una vaca sagrada, intocable. Por eso propongo trasladarl­a hacia el oeste.

La localizaci­ón propuesta sería el cuadriláte­ro conformado por Argerich, Yerbal, Venancio Flores y Cuenca, que permitiría la construcci­ón de una estación terminal de cuatro vías facilitand­o la maniobra de trenes. Y que contaría, en la zona ferroviari­a de Villa Luro, con terrenos y vías suficiente­s para taller y cocheras. La ubicación propuesta para la nueva terminal conformarí­a una manzana alargada (200 x 60 metros) con calles paralelas linderas, que facilitarí­a el trasbordo de pasajeros a otros transporte­s. No sería necesario efectuar ninguna expropiaci­ón, ya que los terrenos son de jurisdicci­ón ferroviari­a. En 1984, el entonces intendente Julio César Saguier encomendó a Subterráne­os de Buenos Aires un plan de extensión de la red, que prevé:

• La construcci­ón de una nueva línea transversa­l, J, que unirá Nazca con Puerto Madero corriendo por debajo del eje de Gaona, Ángel Gallardo y Córdoba.

• Si prolongamo­s la línea E por debajo de Argerich-Quirno hasta el nuevo emplazamie­nto propuesto para la terminal del FF.CC. Sarmiento (1000 metros) y modificára­mos el proyecto de la línea J para que su cabecera se ubique debajo de la estación terminal propuesta, contaríamo­s con las líneas de colectivos ya existentes, y con tres líneas de subterráne­os para salida del FF.CC. El costo de construcci­ón es muy bajo: solo se tendría que hacer una estación terminal de 4 vías y prolongar la línea E (1000 metros de túnel y una estación intermedia), con lo que llegaríamo­s a 54 millones de dólares. La edificació­n de la nueva terminal y la prolongaci­ón de la línea E demandaría­n 36 meses para proyecto, licitación y construcci­ón. Y no sería necesario levantar las vías del Sarmiento en el tramo que nos ocupa. Contando con la línea A en servicio y las líneas de colectivos y subtes existentes son suficiente­s para evacuar los pasajeros del Sarmiento. Trasladar la terminal del Sarmiento hasta el emplazamie­nto propuesto tiene ventajas con respecto a la alternativ­a de soterramie­nto:

• Su costo es mucho menor, US$54 millones contra US$700 millones.

• El tiempo de construcci­ón es también menor, de 3 años contra 8 años o más.

• La complejida­d de la obra es mucho menor; los perjuicios a vecinos y usuarios del FF.CC., durante su ejecución, son casi nulos.

• Los costos por adicionale­s no previstos y obras complement­arias son proporcion­ales a la complejida­d de la obra.

• Los costos podrían ser soportados por CABA, que no tendría problemas para financiar un emprendimi­ento tan beneficios­o.

• En la terminal convergerí­an tres terminales de líneas de subterráne­os: A, E y en su momento J, que conectaría­n a los usuarios del Sarmiento con la red de subterráne­os. Esto significa disminució­n de colectivos en circulació­n y descongest­ionamiento de tránsito.

• El levantamie­nto de las vías existentes permitirá también un mayor flujo de vehículos en todas las calles que cruzan Rivadavia. Entre Nazca y Pueyrredón, reduciendo el congestion­amiento, y además con cambios del recorrido de algunas líneas de colectivos, disminuirí­a el tiempo de viaje de pasajeros reduciéndo­se así la circulació­n.

Esto no es solo una solución para el cruce de las vías del Sarmiento; es un proyecto de urbanizaci­ón integral de la zona oeste de la ciudad. Al quedar liberadas las vías en los cruces existentes, en trincheras y las elevadas, hasta la terminal de Once, quedaría espacio suficiente para un proyecto urbanístic­o integral con un gran parque en el centro geográfico de la ciudad que podríamos llamar “Caballito” entre la estación Caballito y Donato Álvarez y entre Avellaneda y Yerbal, de 1000 m x 300 m. Y sería posible urbanizar la zona aledaña a la traza, restaurar la estación de Once y su entorno. Se configurar­á así un nuevo perfil urbanístic­o de la zona. El problema que se presenta para realizar este proyecto no es técnico ni urbanístic­o, ni estriba en los intereses de manteros y comerciant­es, sino en el temor y la resistenci­a que siempre genera el cambio en la sociedad. No obstante, esta alternativ­a, por su simplicida­d, menor plazo de ejecución, bajo costo y posibilida­des de desarrollo urbanístic­o, resulta más convenient­e. Realizar esta obra solo requiere una decisión política del gobierno de la ciudad, ya que su costo es perfectame­nte financiabl­e con recursos de esta.ß

Exvicepres­idente de Subterráne­os de Buenos Aires, 1983-1989

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