LA NACION

El caballo que surgió de una pista ignota y asombra a todos

Kabirkhan, de un precario hipódromo en Kazajistán a la Dubai World Cup

- Carlos Delfino

La domesticac­ión de caballos salvajes comenzó en la prehistóri­ca cultura de Botai, localizada en lo que es actualment­e el norte de Kazajistán. Los investigad­ores, según un estudio de la Universida­d británica de Exeter, descubrier­on tres nuevas pruebas de que eso aconteció hace entre 5700 y 5100 años. Hoy, ese país de Asia Central que declaró su independen­cia del Imperio ruso en 1991 vuelve a estar en el radar hípico, pero porque un SPC que inició su campaña en una precaria pista kazaja llega como favorito a ganar la Dubai World Cup (G1-2000m), el sábado próximo en el hipódromo de Meydan.

Kabirkhan venció en 10 de las 11 competenci­as que disputó desde su debut en junio de 2022 y su actual dueño, Tlek Mukanbetka­liyev, fantasea con volver a verlo llegar primero. Esta vez, con una zanahoria que se cotiza más que toda una cosecha: la prueba tiene recompensa­s por 12 millones de dólares, de los cuales 7,2 serán para el vencedor. El propietari­o, cuya pasión por los caballos se remonta a su infancia y cuenta con otros cuatro ejemplares en entrenamie­nto en Rusia, siempre lleva consigo la bandera de su tierra, cuyos colores celeste y amarillo se replican en la chaquetill­a que identifica a su establo.

Mukanbetka­liyev es el tercer dueño de un caballo con genes que podían embelesar: California Chrome, el padre de Kabirkhan, fue ganador de dos etapas de la Triple Corona de los Estados UniEra dos de 2014 y de la Dubai World Cup de 2016. Incluso, la madre, Little Emily, posee un pedigree europeo. Pero el alazán con una mancha blanca muy notoria en la cara no pareció atraer demasiado cuando salió a remate en septiembre de 2021 con un año y medio de vida y terminó a 10.000 kilómetros del campo en Lexington donde fue criado. El agente Nadir Khassanov lo adquirió en 12.000 dólares, menos de un tercio de la por entonces cotización del servicio del padrillo que hoy está en Japón.

Nacer en Kentucky y comenzar a correr en el hipódromo de Almaty es como hacer las inferiores en Real Madrid y debutar en alguna de las categorías más bajas del fútbol caribeño. De La Meca de la cría al único escenario donde se compite con cierta regularida­d en un Kazajistán que tiene un parque caballar de apenas 300 caballos y las carreras de llano son las menos frecuentes. Khassanov le tuvo confianza y lo bautizó con un nombre acorde a esa expectativ­a. “Kabir en árabe significa poderoso o grande y Khan en kazajo equivale a Rey”, explicó.

Lo que luego hizo el caballo, claro está, traspasó la barrera de la ilusión de todos los que apareciero­n en su vida. Kabirkhan es hoy una estrella del deporte para los kazajos (y para los rusos). Ganó en 2022 las tres veces que corrió en Almaty, en cotejos de 1200 a 1600 metros. En el estreno ya demostró que tenía una capacidad diferente: largó muy lento y, aunque ante sólo dos adversario­s, remontó desde el fondo en un humilde circuito en el que las lluvias habían dejado notables huellas. La consolidac­ión de esa grata impresión fue la que lo condujo a Mukanbetka­liyev, quien lo compró en forma privada tras esas tres victorias y lo llevó a Rusia, donde la competitiv­idad es superior. Allí, el alazán concretó el año pasado otros cinco triunfos en dos hipódromos, en compromiso­s de 2000 a 2400 metros, antes de perder el invicto en su novena salida, al terminar segundo en el Derby ruso. Fue el único día en el que se mostró vulnerable.

Su único verdugo, Hero Mo, otro norteameri­cano de 4 años con una sola derrota en las primeras nueve carreras, también fue de Rusia a Dubai meses atrás. El 12 de enero pasado, en el debut de ambos en suelo árabe, se enfrentaro­n en un Handicap de 2000m: Kabirkhan se cobró desquite por cuatro cuerpos, tras quedar de los últimos en la partida, acelerar en la recta opuesta y volar en el tramo final.

Dos semanas después, el “Rey Poderoso” subió la vara del asombro con una conquista por varios cuerpos en los 1900 metros del Al Maktoum Challenge, un Grupo 1, la de mayor categoría en el turf mundial. Aquella noche su autoridad sobre la arena resultó aún mayor, desprendié­ndose de sus rivales en la recta final como si algunos no fueran experiment­ados en varios continente­s. Ese día, a dos meses de la Dubai World Cup, se aseguró una gatera en la carrera que el sábado intentará conquistar en el mismo trazado. Como su padre. Y como nunca nadie se atrevió a imaginar en la hípica kazaja. El potrillo que saltaba charcos en su primer desafío en la metrópolis más grande de Kazajistán, al pie de la nevada cordillera, está listo ahora para conquistar el desierto.

Dos argentinos en el Derby

La presencia argentina en la serie de la Dubai World Cup estará este año limitada al UAE Derby (G21900m), la carrera para ejemplares de 3 años en medio del repertorio de clásicos de Meydan. Allí estarán Auto Bahn y Oasis Boy, dos potrillos propiedad del jeque Mohammad bin Khalifa Al Maktoum que emigraron tras haber vencido en Palermo. El padre de ambos, el también argentino Asiatic Boy, ganó esa prueba en 2007.

Auto Bahn corrió sólo una en Argentina: ganó en 1400m, hace un año. Tras el viaje lleva dos segundos puestos en la temporada dubaití, el más reciente al pescuezo del estadounid­ense Killer Collect en un clásico preparator­io para este Derby. Las expectativ­as son elevadas. Oasis Boy tuvo más recorrido en nuestro país, con tres éxitos en cuatro carreras, y era el favorito de la Polla de Potrillos, pero una lesión lo dejó en el box. Los resultados en las pistas árabes estuvieron por debajo de lo esperado.ß

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Dubai racing Kabirkhan ya ganó dos carreras en Meydan; sus inicios fueron en Kazajistán y Rusia

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