un partido cada cuatro días para once equipos argentinos
La definición de la Copa de la Liga y el inicio de la Copa Libertadores y la Sudamericana provoca el aluvión de juegos; el desafío de competir con el mayor potencial entre viajes y la altura
El calendario no ofrece respiro. La euforia por jugar las copas internacionales y el torneo local se convierte, de repente, en un desafío que supera el reto deportivo . Una agenda comprimida, con partidos cada cuatro días y viajes que resultan una amenaza para quienes diseñan la logística, el camino que emprenden desde anoche once de los 28 clubes que le dan forma a la Liga Profesional. Casi el 40% de los equipos despuntarán la doble competencia, entre la definición de la etapa regular de la Copa de la Liga y el comienzo de los partidos correspondiente a los grupos de la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. La hoja de ruta de River y de Boca señaló dificultades para los dos gigantes del fútbol nacional en el arranque de la aventura: la organización para desandar el viaje y el método para no ser rehenes de los síntomas que genera la altura, los escollos.
El fútbol y la política en múltiples oportunidades viajaron a la par y en el estreno de River en la Copa Libertadores, frente a Deportivo Táchira, de Venezuela, por el Grupo H, se vuelven a mezclar. La orden del Gobierno de Nicolás Maduro de prohibir que los aviones con matrícula argentina sobrevuelen el espacio aéreo venezolano, decisión que se ancló en lo sucedido con la aeronave de Emtrasur que estuvo detenida en junio de 2022 en Buenos Aires por problemas con la declaración de su tripulación –de origen iraní– y luego fuera decomisada por los Estados Unidos es el eje del conflicto que atrapó a los millonarios. La primera opción que se analizó fue ensayar el periplo con destino Cúcuta (Colombia), en una aeronave nacional, y luego continuar el camino vía terrestre hasta San Cristóbal, escenario del encuentro, el martes. Sin embargo, los dirigentes pretenden otras comodidades para el plantel –tres días antes jugará con Huracán, en Parque de los Patricios, por la 12a fecha de la Copa de la Liga– y optaron por alquilar un vuelo chárter, de bandera uruguaya o brasilera, que trasladará a la delegación desde el aeropuerto de Ezeiza hasta el de Santo Domingo, distante a 37 kilómetros de la ciudad. El equipo que dirige Martín Demichelis jugará seis encuentros en 27 días, aunque de clasificarse para los cuartos de final del torneo local sumará un partido, ya que la fecha de disputa de esa instancia está estipulada para el 21 de abril: siete días antes visitará a Instituto –cierre de la etapa regular de la Copa de la Liga– y tres más tarde a Libertad, de Paraguay, por la Copa Libertadores.
La Copa Sudamericana tiene premios menores desde lo económico que la Copa Libertadores –la final gratificará con 23 millones de dólares al ganador–, aunque las dificultades por distancias y altitud de los escenarios ofrecen una similar complejidad. Boca, que jugará el segundo de los certámenes internacionales de relevancia que organiza la Conmebol ya lo palpita: los xeneizes integran el Grupo D, junto con Fortaleza –de Brasil; subcampeón en 2023–, Sportivo Trinidense (Paraguay) y Nacional Potosí, de Bolivia. El equipo boliviano, con un escudo con los colores de River, le tomará el pulso en el debut en su estadio Víctor Agustín Ugarte, a 3885 metros sobre el nivel del mar. La altura condiciona la tarea en el campo y llegar a destino provoca también un desgaste: sin aeropuertos de cercanía, el viaje se convierte en una expedición. El grupo partirá el lunes desde Ezeiza y aterrizará en Sucre, donde tendrá su base y desde donde desandará el día del partido el trayecto de 150 kilómetros que lo separan del estadio en dos combis de tracción 4x4. Los traslados en abril tendrán otros dos destinos: Rosario, por la Copa de la Liga, y Fortaleza, capital del estado de Ceará, en la tercera jornada de la Copa Sudamericana, el martes 25 del próximo mes. A la dificultad de los rivales, ya sea por jerarquía o por el escenario, en el plano internacional, Boca le suma la urgencia por cosechar triunfos en el espacio local para atrapar una de las cuatro plazas para definir la Copa de la Liga. La secuencia de partidos empieza el sábado, con el clásico ante San Lorenzo, en la Bombonera.
El Ciclón compone el Grupo F de la Copa Libertadores y tendrá un cierre de mes agitado: desde el 10 al 23 de abril se paseará por Quito para medirse con Independiente del Valle; Santiago del Estero, donde jugará con Central Córdoba, y Montevideo, ciudad en la que visitará a Liverpool. Un panorama con similitudes dispone Talleres –Grupo B–, que acumulará millas con viajes a Guayaquil, donde lo esperará, el 10 de abril, Barcelona; visitará Buenos Aires cuatro días después para jugar con Independiente –posiblemente ese juego defina una de las plazas para los 4tos de final de la Copa de la Liga– y el 25 de abril se subirá a los 2600 metros de El Salvador, en Chile, escenario del cotejo con Cobresal.
El recorrido de Rosario Central –Grupo G de la Copa Libertadores– también ofrece tres viajes, dos de ellos al exterior. El comienzo es de cabotaje, con los 300 kilómetros que separan a Arroyito con Buenos Aires, donde se medirá con River, el domingo 7 de abril; tres días después, en Belo Horizonte, visitará a Atlético Mineiro y el mes tendrá su acto final en Caracas, donde deberá sortear las vallas de las prohibiciones de los aviones con matrícula argentina. De los clubes que jugarán la Copa Libertadores, el de agenda más serena en este tramo comprimido del calendario es Estudiantes, que solo saldrá del país para visitar a Huachipato, de Chile, en Talcahuano, distante a 505 kilómetros de Santiago.
Entre el sábado y el martes 24 de abril, Racing visitará cuatro ciudades: Santiago del Estero y Córdoba, para jugar con Central Córdoba y Belgrano, respectivamente, por la Copa de la Liga, y Asunción, en Paraguay, y Coquimbo, en Chile, para medirse con Sportivo Luqueño y Coquimbo Unido, por el Grupo H, de la Copa Sudamericana. Menos vuelos, pero incómodos, desandarán Defensa y Justicia y Lanús, en los Grupos A y G: el Halcón tiene entre sus destinos a la ciudad peruana de Trujillo para jugar con César Vallejos y la colombiana Medellín, donde el DIM lo esperará el 25 de abril; los Granates se trasladarán al estado de Mato Grosso, donde Cuiabá será local en el estadio Arena Pantanal, y a Caracas para jugar con Metropolitanos FC.
ocho años después de su última participación en torneos de la Conmebol, Belgrano vuelve a la Copa Sudamericana. Aquella vez visitó Curitiba y ahora, en abril, tomará vuelos con destino a Manta (Ecuador) para enfrentarse con Delfín y escalará a Tarija (Bolivia), sede del partido con Real Tomayapo. La contracara es Argentinos, que el martes, en Asunción y ante Nacional, tendrásu única salida del país en el mes de abril.