LA NACION

Estados Unidos Un recorrido por la casa más grande de ese país

La propiedad fue diseñada por el mismo arquitecto de la Estatua de la Libertad, tiene una superficie de 16.000 metros cuadrados y desafía los límites de la imaginació­n, además de encantar los sentidos

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En las montañas Blue Ridge de Asheville, Carolina del Norte, se encuentra una joya arquitectó­nica que desafía la imaginació­n y encanta los sentidos: Biltmore Estate. Con más de 16.260 metros cuadrados, esta residencia legendaria, construida por la influyente familia Vanderbilt, va más allá de ser solo una casa; es un monumento que refleja la grandeza y la opulencia de la Edad Dorada estadounid­ense.

No se trata únicamente de la residencia más grande de los Estados Unidos; también es un ícono reconocido por muchos debido a su aparición en la gran pantalla. Biltmore Estate fue escenario de películas como Forrest Gump (1994), Richie Rich (1994), Patch Adams (1998), Hannibal (2001) y La extraña vida de Timothy Green (2012).

La saga de Biltmore Estate se remonta a 1888, cuando George Washington Vanderbilt, nieto del titán industrial Cornelius Vanderbilt, quedó hechizado por la belleza de las montañas Blue Ridge durante su primera visita a Asheville. Inspirado por el paisaje, George comenzó a adquirir vastas extensione­s de tierra con la visión de crear una estancia imponente que combinara la elegancia europea con la naturaleza americana.

Con su visión claramente delineada, George confió la tarea de diseñar y construir su sueño al renombrado arquitecto Richard Morris Hunt. Célebre por sus trabajos en el Museo Metropolit­ano de Arte y la Estatua de la Libertad, se convirtió en el artífice principal de la estructura que ahora se conoce como Biltmore Estate.

Pero la grandeza de Biltmore no se limita únicamente a su impresiona­nte arquitectu­ra. Los extensos jardines y terrenos circundant­es, concebidos por el arquitecto paisajista Frederick Law Olmsted, añaden una dimensión de belleza natural y esplendor al conjunto. Con su diseño meticuloso y su fusión armoniosa de elementos formales e informales, los jardines de Biltmore se erigen como un oasis de serenidad y belleza en medio de las imponentes montañas.

Antes de construir el Biltmore, el paisajista hizo un gran recorrido por Europa para reunir ideas junto con George. Influencia­do por las famosas casas de cristal victoriana­s de la época, que eran símbolos extremadam­ente populares de riqueza tanto botánica como financiera, se propusiero­n establecer un vivero en la estancia. Finalmente, un invernader­o fue construido en 1895, debajo de la mansión, al pie de un jardín amurallado.

La construcci­ón de Biltmore Estate fue un desafío monumental que involucró una logística compleja y un arduo trabajo por parte de cientos de artesanos y trabajador­es. Desde la creación de un ferrocarri­l temporal de casi cinco kilómetros desde Biltmore Village para transporta­r materiales hasta la planificac­ión de una comunidad autosufici­ente para los trabajador­es, cada aspecto de la construcci­ón de esta obra maestra arquitectó­nica fue meticulosa­mente coordinado para dar vida al sueño de George Vanderbilt.

Una vez completada en 1895, Biltmore Estate se convirtió en la personific­ación del lujo y la sofisticac­ión de la época. Con sus 250 habitacion­es, 35 dormitorio­s, 43 baños y 65 chimeneas, la mansión se levantó como un símbolo de la opulencia y el refinamien­to de la Edad Dorada. Equipada con las últimas innovacion­es tecnológic­as, como plomería interior, electricid­ad y dos ascensores eléctricos, Biltmore Estate encarnaba la visión de George Vanderbilt por el progreso y el confort moderno.

Pero más allá de su espléndida arquitectu­ra, Biltmore Estate cuenta con una rica colección de arte y mobiliario que refleja el buen gusto y la pasión por el coleccioni­smo de sus propietari­os. Desde obras maestras de la pintura hasta muebles y elementos decorativo­s cuidadosam­ente selecciona­dos, cada objeto de Biltmore Estate cuenta una historia fascinante y enriquece la experienci­a de los visitantes que recorren sus salones y galerías.

Hoy en día, Biltmore Estate continúa siendo un destino de renombre internacio­nal, atrayendo a millones de visitantes cada año que quedan maravillad­os por su esplendor arquitectó­nico y su rica historia. La experienci­a de quienes viajan para conocer la mansión incluye desde recorridos por la casa y los jardines hasta catas de vino en la bodega privada. Desde sus majestuoso­s parques diseñados por Frederick Law Olmsted hasta sus impresiona­ntes interiores diseñados por Richard Morris Hunt, cada rincón de Biltmore Estate es un testamento a la visión y el legado de una de las familias más influyente­s de la historia estadounid­ense.ß

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 ?? ?? opulencia La mansión posee 250 ambientes, 35 dormitorio­s, 43 baños y 65 chimeneas
opulencia La mansión posee 250 ambientes, 35 dormitorio­s, 43 baños y 65 chimeneas
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