Más problemas para Boeing: un empleado revela fallas en el fuselaje del Dreamliner
Secciones de las aeronaves 787 están unidas de manera incorrecta y podrían debilitarse con el tiempo, según un ingeniero
WASHINGTON.– La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos está investigando nuevas denuncias de un ingeniero de Boeing de larga trayectoria, que alega que secciones de los fuselajes de los aviones 787 Dreamliner de la compañía están unidas de manera incorrecta y podrían debilitarse con el tiempo, lo que plantea preocupaciones de que, después de años en funcionamiento, esas aeronaves podrían romperse en pleno vuelo.
Sam Salehpour, un ingeniero de calidad de Boeing, afirmó que, en el afán por cumplir con los objetivos de producción, la compañía tomó atajos como no seguir sus propios procedimientos para garantizar que las piezas de los fuselajes del avión estuvieran correctamente ajustadas y unidas. También describió casos en los que los trabajadores ejercieron “fuerza excesiva” en las principales uniones del avión para hacer que pareciera que no existían brechas. Según Salehpour, esto permitió a la empresa acelerar el proceso de fabricación, pero con el riesgo de reducir la vida útil de los aviones comerciales.
Sin embargo, después de plantear sus inquietudes, Salehpour afirmó que fue ignorado y enfrentó represalias, incluyendo amenazas de violencia física por parte de un supervisor. En enero, varias semanas después del accidente de Alaska Airlines, llevó sus preocupaciones a la FAA.
“Amo mi trabajo en Boeing y las oportunidades que se me han brindado”, dijo Salehpour durante una sesión informativa con periodistas. Al preguntarle por qué estaba dando un paso adelante, respondió: “Quiero que Boeing tenga éxito y evitar que ocurran accidentes”.
Boeing refutó las afirmaciones de Salehpour y aseguró que tiene plena confianza en el 787 Dreamliner.
También garantizó que la represalia está estrictamente prohibida en la compañía.
“Estas afirmaciones sobre la integridad estructural del 787 son inexactas y no representan el trabajo integral que Boeing ha realizado para garantizar la calidad y la seguridad a largo plazo de la aeronave”, insistió la empresa en un comunicado. “Los problemas planteados han sido objeto de un riguroso examen de ingeniería bajo la supervisión de la FAA”.
Boeing también dijo que identificó potenciales problemas sobre el ajuste y la unión adecuados de los fuselajes en 2020 y detuvo temporalmente la entrega de la mayoría de los aviones durante casi dos años. En agosto de 2022, la FAA aprobó la solución que Boeing desarrolló y permitió que la compañía reanudara las entregas del 787 y continuara la producción.
Investigación del Congreso
Salehpour testificará la próxima semana en una audiencia ante el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado. En una carta enviada a Boeing el mes pasado, los senadores Richard Blumenthal y Ron Johnson solicitaron la cooperación de la empresa en su revisión de las acusaciones de Salehpour, así como el testimonio del director ejecutivo, David Calhoun.
Las acusaciones de Salehpour son otro golpe para una empresa que lucha por salvar su reputación tras el accidente de enero en el que una parte de un avión 737 Max explotó en pleno vuelo. Ese incidente generó múltiples investigaciones, con resultados iniciales que pintan un panorama de una empresa que no ha cumplido con las promesas que hizo de priorizar la seguridad después de los accidentes mortales que involucraron aviones 737 Max en 2018 y 2019, en los que murieron 346 personas.
Boeing ha reorganizado su cúpula directiva en un intento de abordar las críticas. Calho un anunció recientemente que renunciaría a finales de año, mientras que Stan Deal, el ejecutivo que dirigía la división de aviones comerciales de la empresa, anunció su jubilación después de décadas. El presidente de la empresa, Larry Kellner, también anunció que no buscaría oro mandato.
Por separado, la empresa enfrenta un plazo impuesto por la FAA en mayo para elaborar un plan para abordar problemas de control de calidad y garantía.
Salehpour comenzó su carrera en Boeing en 2007 como contratista antes de ser empleado a tiempo completo. Como ingeniero de calidad, su trabajo implicaba monitorear las actividades de producción de Boeing; investigar y analizar defectos, y desarrollar estrategias para evitar que se repitieran, según su abogada Debra Katz.
Pero después de expresar sus preocupaciones, Salehpour dijo que lo excluyeron de reuniones claves y eventualmente fue reasignado in voluntariamente para trabajaren el programa de aviones 777. Allí también encontró problemas, incluyendo casos donde los trabajadores forzaban piezas desalineadas para que encajaran.
Boeing dijo una vez más que las afirmaciones de Salehpour eran inexactas y afirmó su “plena confianza en la seguridad y durabilidad de la familia 777”.
Por otro lado, agregó que ha seguido refinando y mejorando el programa 787 desde su lanzamiento, hace 20 años, lo que ha derivado en una mayor calidad sin impactar en la durabilidad.●