Milei redobló su ataque contra la prensa con más acusaciones y amenazas
Profundizó sus agravios a periodistas y aseveró que la actividad periodística “se ha corrompido”; rechazo de Fopea
El presidente Javier Milei volvió a cargar contra la prensa. En una catarata de acusaciones, dijo ayer por las redes sociales que los periodistas se volvieron “profetas de la verdad” a los que no se puede cuestionar y, siempre en esa línea, aseguró que primero “pegan” y después “pasan factura”. También consideró que “la extorsión es moneda corriente” entre los trabajadores de prensa.
Afirmó que el oficio periodístico se corrompió y se volvió extorsivo. Y, en tono desafiante, lanzó una advertencia: dijo que va a “bajarlos de esa torre de marfil” en la que, a su entender, se encuentran los periodistas.
Estos ataques desde lo más alto del poder llegan en medio de una semana en la que se trenzó con distintos referentes de los medios que cuestionaron sus medidas.
En su descargo, a través de la red social X, Milei habló del paso por la Argentina de la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, y recordó que en ese momento no solo planteó una nueva doctrina en política exterior, sino también la necesidad de que exista una “verdadera libertad de expresión”. Y, sobre esto último, aclaró: “Pero para todos. No solamente para algunos”.
Las agresiones motivaron una reacción del Foro de Periodismo Argentino (Fopea). “La generalización y la descalificación sistemática que se evidencia en las declaraciones del Presidente, pero sobre todo en su último posteo en X, constituyen una metodología autoritaria que desprecia los principios más elementales de una sociedad democrática”, expresó el foro en un comunicado.
“El periodismo se ha acostumbrado a lo largo de las últimas décadas a que deben ser tratados como profetas de la verdad única e incontrastable, a los que no se puede criticar, ni desmentir, ni corregir. Si alguien osa cometer esa imprudencia, es castigado al unísono por todos los miembros de la corporación y sus agrupaciones”, sostuvo Milei, que en oportunidades anteriores también fue contra Clarín y tildó de “operar” en su contra a otros referentes del rubro, como el periodista Hugo Alconada Mon, de la nacion.
“Lo indignante de todo esto no es la pretendida superioridad de quienes ejercen un rol que, en esencia, es efectivamente noble, sino que, al igual que ha ocurrido con todo el resto de las cuestiones vinculadas a la política, el periodismo se ha corrompido, ensuciado y prostituido al calor de los sobres y la pauta oficial. La extorsión es moneda corriente. La mentira, la difamación, la calumnia son algo frecuente también”, denunció el Presidente, que decidió eliminar las pautas de publicidad oficial en los medios de comunicación. Además, insistió: “Primero te pegan y después te pasan la factura. Cifras siderales”.
Al respecto, el líder libertario acusó a “la mayoría de los políticos” de pagar estos supuestos montos exigidos bajo una presunta extorsión, por lo que marcó: “Quedan presos de su propia trampa, ya que nunca pueden contestar los
ataques, a riesgo de que expongan sus negocios”.
En cambio, aseguró que los integrantes de La Libertad Avanza no le deben nada a nadie y confrontarán con el periodismo. “No tenemos negocios con nadie y no nos vamos a quedar callados frente a las operaciones, la mentira, la calumnia, la injuria o la difamación. Vamos a contestar. Vamos a decir nuestra verdad. Vamos a bajarlos de esa torre de marfil en la que creen que viven”, advirtió.
Y para cerrar, el mandatario, que es habitué de algunos programas, dijo: “Libertad de expresión significa que nadie puede evitar que hablemos. Ni siquiera los sagrados periodistas”.
“Libertad para todos”
El mensaje del Presidente, titulado “Libertad de expresión para todos” –una fórmula que, curiosamente, el kirchnerismo empleó para bautizar una variedad de planes oficiales, como el programa Fútbol para Todos–, fue replicado de forma inmediata por el vocero, Manuel Adorni, que ejerció el periodismo en programas televisivos hasta el inicio de la gestión de Milei. Ambos ya fueron advertidos en otras oportunidades por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), pero minimizaron las objeciones.
El ataque de Milei a la prensa fue el corolario de una serie de expresiones en las que se había mostrado interesado en la posibilidad de la quiebra de Perfil. Criticó también en duros términos a la periodista Romina Manguel, en cuyo programa radial el diputado Alberto “Bertie” Benegas Lynch dijo la polémica frase “la libertad también es que si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller, puedas hacerlo”. Sus descalificaciones llegaron, sin nombrarlo, al periodista Jorge Fernández Díaz, de la nacion, a quien se refirió como “novelista”.
Milei había realizado esas declaraciones en una entrevista que le concedió al conductor Alejandro Fantino, el lunes. En ese diálogo, se refirió a Fontevecchia, de reconocida trayectoria y miembro de número de la Academia Nacional de Periodismo, como “Tinturelli”, y dijo que su diario –que se publica en papel los fines de semana– “está camino a la quiebra”. Contra Fernández Díaz apuntó por opiniones del autor sobre textos de Murray Rothbard, uno de sus referentes teóricos (con cuyo nombre bautizó a uno de sus perros). Joaquín Morales Solá, periodista de la na
y presidente de la Academia cion Nacional de Periodismo, también fue objeto de la furia presidencial, como ha ocurrido en distintos momentos de los 40 años de democracia que vive la Argentina.
El día anterior, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) advirtió que las “descalificaciones presidenciales injuriantes” a medios de comunicación y periodistas pueden generar un “clima de hostilidad e intimidación de la labor periodística”.
“Todo funcionario tiene derecho a disentir, desmentir, replicar y criticar una información u opinión publicadas. Incluso el funcionario puede sentirse agraviado y tiene derecho a defenderse. Pero debe hacerlo honrando su responsabilidad institucional”, sostuvo ADEPA.
La entidad, que reúne a más de 180 medios de todo el país, sostuvo que “reemplazar esa actitud, aun firme y vehemente, por la argumentación descalificante, el ataque ad hominem, la injuria o la generalización estigmatizante de la profesión, genera un clima de hostilidad e intimidación de la labor periodística en sí”.
“Esto puede provocar efectos nocivos, como la autocensura y el acoso digital, que incluso podría traducirse en violencia de otro tipo”, remarcó ADEPA.ß
la oFEnsiva prEsiDEncial
“La extorsión es moneda corriente. Primero te pegan y después te pasan la factura. Cifras siderales” Javier Milei PrEsidEntE dE LA nAción