Kevin Sullivan. “La Argentina sufrió muchas crisis, pero tiene gran potencial”
El enviado del presidente Joe Biden elogia los esfuerzos de la gestión de Javier Milei para encarrilar la economía; asegura que no hay cambios en la política sobre Malvinas
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Con más de treinta años de política y diplomacia sobre sus espaldas, varios de ellos como funcionario en la Argentina, Kevin Sullivan prodiga elogios hacia el gobierno de Javier Milei, uno de los mejores amigos de Estados Unidos en la región. Luego de una visita breve pero intensa que incluyó reuniones con funcionarios nacionales, opositores, sindicalistas y dirigentes de ONG, el subsecretario para Asuntos de América del Sur del Departamento de Estado afirma que “hay consenso sobre la necesidad de un cambio, de enfrentar desafíos que se demoraron por bastante tiempo”.
Del mismo modo, y al igual que lo hicieron el FMI y otros funcionarios visitantes de su país, Sullivan pone reparos en relación con el costo social del fuerte ajuste de la economía y asegura que “el proceso aún está abierto”.
Equilibrado, asegura que su país mantiene su posición de “neutralidad” en el conflicto “entre dos amigos” por las Islas Malvinas, y reitera la preocupación de Washington por la base china en Neuquén. Elogioso de la relación bilateral, y en un encuentro con distintos medios, entre ellos evita sin embargo ponerle fecha a un cara a cara entre el presidente Milei y su par estadounidense, Joe Biden, que en noviembre buscará su reelección contra el republicano Donald Trump.
“Es un gran placer ver el buen momento en el que se haya la relación bilateral”, arranca Sullivan.
El funcionario de los Estados Unidos se reunió con miembros del gabinete como la canciller Diana Mondino; el ministro del Interior, Guillermo Francos; sindicalistas como Gerardo Martínez; el titular de la Cámara baja, Martín Menem, y empresarios de ambos países.
“Vemos con buenos ojos los esfuerzos del presidente Milei por dar respuestas a los desafíos más difíciles de la economía argentina, intentando bajar la inflación, poner en trayectoria su presupuesto, un Estado más sostenible. Convalidamos el diálogo como herramienta en una democracia, y la importancia de mantener un enfoque protegiendo a los más vulnerables, hacer una estrategia necesaria en este caso”, abogó.
–Tanto el FMI como el embajador Marc Stanley han establecido reparos sobre el costo social del ajuste, sobre todo de los sectores más vulnerables. ¿Qué impresión se lleva?
–He escuchado que el gobierno del presidente Milei sí comparte esa preocupación por mantener esa red de protección social. Sé que también han estado en el Gobierno hablando de esos temas con el
FMI, y creo que es un proceso que sigue en curso, se desarrollan nuevas medidas, proyectos de ley en el Congreso. Por eso es bueno intercambiar ideas sobre cómo sostener esa protección social.
–¿Les preocupa que lo ocurrido en la embajada de México en Ecuador comience a ser habitual en la región?
–Sí. Los hechos alrededor de lo ocurrido en la embajada de México (la detención del exvicepresidente Jorge Glas) nos preocupan. Nuestro asesor en Seguridad Nacional, Jack Sullivan, condenó la violación de la Convención de Viena con respecto a las acciones de las autoridades de Ecuador. Instamos a ambos países a trabajar juntos para superar esta disputa.
–¿Hay un proceso sustentable en la Argentina? Y por otro lado, ¿el gobierno de Estados Unidos tiene información de que hay personal militar en la base de China en Neuquén?
–La Argentina ha sufrido muchas crisis, pero tiene a la vez un gran potencial, que queremos promocionar. Siento que existe un consenso bastante amplio sobre la necesidad de cambio, de por fin enfrentar desafíos económicos que han existido por demasiado tiempo, tal vez sin tomar las decisiones difíciles que hay que tomar para cambiar la tendencia. Ese es un activo muy importante, por eso soy optimista en que la agenda que lidera el Presidente de desarrollo económico es factible, y Estados Unidos quiere ayudar. En relación con la base china, el embajador Stanley ya habló de ese tema, lo único que agregaría es que la transparencia es importante, para que los argentinos puedan saber en detalle las actividades que se llevan a cabo en esas instalaciones. Entiendo que es algo que también quiere el presidente Milei.
–¿Hay conversaciones para una reunión entre presidentes antes de noviembre?
–Primero hay que señalar el deseo de ambos gobiernos de tener una relación muy cercana, y una cooperación muy profunda en muchos temas, hay mucho para hacer. En estos primeros tres meses llegó el secretario de Estado (Antony) Blinken, no fue casualidad ni accidente, una decisión que refleja el potencial que vemos en esta relación. Tenemos planes para diálogos en derechos humanos, derechos laborales, seguridad energética y otros temas, en el resto de este año y seguramente más allá. Imagino que en algún momento llegaría la oportunidad para reunirse, todavía no tenemos fecha, pero sería coherente con el grado de cooperación que estamos desarrollando.
–La general Richardson estuvo aquí el 2 de abril. ¿Estados Unidos cambiará su postura sobre la soberanía de las Malvinas?
–No hay ningún cambio en nuestra política hacia las islas. Tenemos una postura neutral entre dos amigos, la Argentina y el Reino Unido, nada de la visita de la general Richardson cambia eso. Pensar en las actividades que desarrollamos en Tierra del Fuego es pensar en investigación científica contra el cambio climático, que es algo que nos interesa a todos.
–Estados Unidos tiene vínculos difíciles con Brasil y Colombia. ¿Es Milei uno de los principales aliados en la región?
–Tenemos una muy buena relación con el gobierno de Milei, tenemos también buena relación con el presidente Lula, por más que sea de otro signo político y tengamos diferencias sobre algunos temas globales. Con el presidente Petro también tenemos discrepancias a veces, pero una excelente cooperación comercial y coincidencias en un tema que para nosotros es fundamental, la inmigración ilegal. El gobierno del presidente Biden hace menos diferencias en cuanto a lo ideológico, y se enfoca mucho más en la democracia. En estos tres casos hablamos de democracias muy sanas.ß