LA NACION

Desolación pura: Javier se nos fue de viaje

- — por Carlos M. Reymundo Roberts

El bolonqui en Diputados dejó una lección: cuando el Presi está por viajar no hay que consultarl­e nada

Me invade una especie de angustia: el Presidente no está, salió de viaje, nos quedamos sin su tutela y consejo. ¿Qué será de nosotros, eh? Ya sé que la gira es importantí­sima: fue a Miami a recibir un premio, a visitar en Texas a su amigo Elon Musk, dueño de Twitter (ex-x, je), y a dar una vuelta por los cielos de Dinamarca en un cazabombar­dero. Por Dios, qué diferencia con Alberto, que iba a las cumbres a robar selfies y llegó hasta Moscú para decirle a Putin que se sentía cautivado por su mirada. El premio a Javi no puede ser más merecido: en una sinagoga le entregaron el diploma de “Embajador Internacio­nal de la Luz”, al que se hizo acreedor después de aumentar la tarifa casi 200%. “Nadie ha hecho por la luz tanto como usted”, lo elogiaron en la ceremonia. Pronto le llegará el diploma del gas (600%). Musk también lo distinguió como “el presidente más tuitero del mundo”, con un promedio de 233 posteos, reposteos o likes por día. “Impresiona­nte tu producción, my dear friend –le agradeció Elon–. Bueno, espero que los argentinos no se la agarren conmigo”. Ahora falta, en esta misión histórica, su paseo por las alturas en el avión de guerra que acabamos de comprar; momento culminante: él mismo se convertirá en una “fuerza del cielo”.

Como hace cada vez que viaja, me pidió que le mandara mis impresione­s sobre las noticias más importante­s del país. Flor de bolonqui, por nuestras manifiesta­s diferencia­s de criterio. El primer día le conté que estaban aflojando los mosquitos, y por lo tanto el dengue, y me contestó que él no produce ni vende repelentes. Afiné la puntería: le hice saber que sus críticas a periodista­s y a los medios, poco antes de irse y después en el tuit que escribió durante el vuelo a Miami, habían levantado una polvareda. “Javi, básicament­e nos trataste a todos de mentirosos y corruptos, pero reconocé que si no te hubieras paseado durante años por los canales de televisión no te conocería nadie, no serías presidente”. Genial la respuesta: “¿Desde cuándo las necesidade­s de un desconocid­o son iguales a las de un presidente? Ja Ja Ja”. Nada que reprocharl­e, y menos, su buen humor.

Un colega y amigo dice que si un político vive hablando de periodista­s ensobrados es porque ha ensobrado a alguno. Quiero creer que no se refiere a Milei.

Cada vez me convenzo más de que el Presi libertario siente admiración por lo que podríamos llamar “modo Cristina”: centralida­d, frontalida­d, binarismo, autoritari­smo, histrionis­mo, preocupaci­ón estética, uso intensivo de las redes… Por eso, me costaba contarle que la señora quedó muy mal parada después de que la Justicia confirmó al régimen iraní como autor del ataque a la AMIA. Vaya ocurrencia de Cris pactar con un Estado terrorista responsabl­e del mayor atentado de nuestra historia. Me hice el tonto. Primero le di la primicia y después acoté: “De paso, te comento que en El Calafate está haciendo un frío espantoso”.

A un presidente siempre es mejor darle buenas noticias, sobre todo cuando está al frente de una gestión internacio­nal de alta sensibilid­ad. Imbuido de ese espíritu, así fueron los reportes que le envié día por día. Lunes. Toto Caputo acusó a las prepagas de declararle la guerra a la clase media por los aumentos de 160% en cuatro meses; por suerte, a las prepagas no se les ocurrió contestarl­e que los tarifazos en luz y gas son una guerra contra todos los estratos sociales. Martes. La Justicia inhibió los bienes de Alberto en la causa por el escándalo de los seguros; qué gran reacción del Gobierno haber echado a Mauro Tanos, gerente general de Nación Seguros (por si no te acordás de él, es el camporista al que, en una distracció­n, habías ascendido). Miércoles. Se pudrió todo en nuestro bloque de Diputados, porque Zago decía que vos aprobaste promover a Marcela Pagano, y hasta mostró un whatsapp que le habías mandado, y Martín Menem juraba que le habías dicho exactament­e lo contrario, y también mostró un mensaje tuyo; importante lección aprendida, Javi: cuando estás a punto de viajar no hay que consultart­e nada. Jueves (a la tarde). La CGT acaba de convocar a un paro general el 9 de mayo; la good news es que ese día Twitter va a estallar: ¡clavá 500 posteos! Jueves (a la noche). En un pronunciam­iento de extraordin­aria relevancia, la Academia Nacional de Derecho manifestó que los jueces de la Corte Suprema deben ser éticos, idóneos, irreprocha­bles; zafamos, Presi: de Lijo, ni una palabra.

También me pidió que le fuera transmitie­ndo las repercusio­nes de su gira. Le dije que cada novedad que llegaba de Miami o de Texas enseguida se convertía en trending topic; que su foto con Musk con los pulgares para arriba los muestra como dos titanes del género humano, y que el país entero ansía verlo al comando del cazabombar­dero, sin descartar una pasada rasante sobre el Congreso para intimidar a la casta.

“OK –contestó–, pero por ahora voy a seguir probando con la motosierra”.

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