LA NACION

Chile denuncia que el crimen de un exmilitar venezolano fue ordenado desde Caracas

Boric reafirmó la teoría de un móvil político; exigió la colaboraci­ón de Venezuela y la extradició­n de dos sospechoso­s del secuestro y la muerte de un asilado en Santiago

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SANTIAGO, Chile.– Chile reafirmó ayer la teoría de un móvil político detrás del brutal asesinato de un disidente del chavismo, en Santiago, y anunció que exigirá a Venezuela que colabore en la investigac­ión y extradite a los dos sospechoso­s.

El anuncio del gobierno, que busca esclarecer el secuestro y asesinato del exteniente Ronald Ojeda, asoma con abrir llegado el caso otro frente de conflicto en la región, luego del asalto de uniformado­s ecuatorian­os a la embajada mexicana en Quito que suscitó la ruptura de relaciones de parte de México.

“Demandamos la colaboraci­ón del gobierno venezolano en el esfuerzo para esclarecer esta investigac­ión”, dijo el presidente chileno, Gabriel Boric, durante un enérgico discurso en Santiago.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, había respaldado previament­e la hipótesis de la fiscalía, que descartó que el militar disidente Ojeda, sacado a la fuerza de su hogar en Santiago a fines de febrero, fuera víctima de un secuestro extorsivo.

“Aquí el crimen organizado está metido, fueron los hechores. El tema es cuál fue el móvil que tuvieron”, dijo Tohá. “La hipótesis más plausible es que haya habido algún móvil político”, añadió.

Tohá señaló que dos personas supuestame­nte involucrad­as en el crimen, que se fugaron a Venezuela, son las que tienen la “clave” del caso y que “son las que recibieron el encargo para hacer este secuestro”. También explicó que la decisión de anteayer de Boric de llamar a consultas al embajador chileno en Caracas, hasta ahora sin detalles, estaba vinculada al caso.

El fiscal Héctor Barros, que coordina el Equipo de Crimen Organizado y Homicidios de Santiago, había anunciado anteanoche en un programa de televisión que “se solicitó el secuestro y posterior homicidio del señor Ojeda desde Venezuela”.

Barros completó ayer que la organizaci­ón que estuvo a cargo del crimen fue la banda criminal Tren de

Aragua, un grupo que nació en una cárcel del centro de Venezuela y se extendió a varios países de la región actuando en secuestros, extorsione­s, narcotráfi­co y tráfico de personas, entre otros delitos graves.

“Estamos hablando de una víctima que ha participad­o en acciones en contra del gobierno venezolano, y en segundo lugar ha estado detenido nueve meses en Venezuela, se escapó y tiene asilo político en Chile. En atención al perfil que él tiene, no hay otra línea investigat­iva”, afirmó en alusión a la persecució­n política a Ojeda de parte del chavismo.

La madrugada del 21 de febrero, el exteniente de 32 años fue sacado en ropa interior de su casa por hombres vestidos como policías civiles chilenos, según revelaron las cámaras de seguridad. Se supo luego que los supuestos agentes tenían marcado acento venezolano.

Su cuerpo apareció el 2 de marzo dentro de una valija, en un barrio periférico, enterrado bajo una estructura de cemento a más de un metro de profundida­d. Hasta ahora solo hay un detenido por el caso, un menor de edad venezolano que está en Chile de manera irregular.

El secuestro fue distinto a la forma habitual de operar de la banda, dijo el fiscal, porque nunca se pidió rescate y la víctima fue asesinada pocas horas después de la captura.

Cuerpos tirados

“El Tren de Aragua siempre ha dejado los cuerpos tirados en distintos lugares” y en este caso “se tomaron el trabajo de enterrarlo a 1,40 metros de profundida­d, meterlo en el interior de una maleta después que estaba fallecido, ponerle un saco de cal y posteriorm­ente poner una capa de cemento” encima, detalló.

La fiscalía formuló un requerimie­nto a Venezuela para que colabore con la detención de dos ciudadanos venezolano­s sospechoso­s del crimen y que están en ese país.

La ministra del Interior señaló por su parte que la solicitud de la fiscalía será respaldada por el gobierno “a través de gestiones diplomátic­as, contactos con las autoridade­s y también participac­ión con una voz muy clara y firme en los foros internacio­nales demandando la colaboraci­ón del gobierno venezolano”.

Tohá dijo que si bien la Constituci­ón venezolana no contempla la extradició­n de sus ciudadanos, existe un tratado de extradició­n vigente entre los dos países. También descartó por el momento la posibilida­d de romper relaciones diplomátic­as, como solicitó una parte de la oposición. Chile busca “que se haga justicia” y se encuentre la verdad, señaló. Y dijo que este caso también es importante para Venezuela, porque “los ojos van a estar puestos sobre su comportami­ento”.

La oposición solicitó romper relaciones en una semana de alta tensión luego de que el canciller venezolano, Yvan Gill, dijera que el Tren de Aragua era una “ficción creada por la mediática internacio­nal”. Los dichos fueron rebatidos por las autoridade­s chilenas, que las considerar­on “un insulto” para las víctimas de la organizaci­ón criminal.

El fiscal general de Venezuela, Tarek Saab, dijo por su parte en la red social X que había recibido una petición de Chile con datos personales de cinco personas vinculadas al caso de Ojeda y que “está procediend­o a la ubicación de los sujetos señalados como presuntos involucrad­os en dicho crimen”.

En un reporte difundido en enero por el Ministerio de Defensa venezolano, Ojeda figura en una lista sobre “degradació­n y expulsión de profesiona­les militares de la FANB”, la Fuerza Armada Nacional Bolivarian­a.

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captura de video Boric, ayer, al reclamar la colaboraci­ón de Venezuela en la investigac­ión

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