Paulo Díaz. El bombero de River, un bastión en medio de la rotación
River se hace camino en la Copa Libertadores y en la Copa de la Liga a fuerza de triunfos que no le garantizan el éxito pero que lo ponen en carrera. En ese sentido, mientras Martín Demichelis mantiene dudas –y cambia, de partido a partido– en todas las líneas, el bastión incuestionable es Paulo Díaz. Con Nacional en algunos cruces fue superado, pero mantiene una jerarquía distinta y muchas acciones pasan inadvertidas pero porque él las evita antes. Evita situaciones de gol y evita que avances del rival terminen en situaciones de gol. Por ejemplo, el cierre del fin de semana pasado para transformar una jugada de gol Rosario Central en una caricia a Armani. El mejor defensor del fútbol argentino de los últimos años estuvo renqueando porque en esa acción había recibido un golpe de Ariel Cervera, pero siguió. El gladiador no iba a abandonar el campo fácilmente. Mientras el entrenador millonario prueba y sigue sin resolver algunas posiciones, al general de la batalla lo tiene definido.
El gran problema de River es que, entre tantos cambios, todavía no termina de definir un plan claro de cómo quiere atacar y con quienes, también afronta confusiones con respecto al armado de su medio campo, sobre todo Demichelis no logra darle confianza ni fijar a un volante central. Le cuesta al técnico hoy para sostener a los futbolistas durante más de dos partidos seguidos en puestos clave. Pero algo tiene claro el DT y River: el líder de la defensa es Paulo Díaz (29 años).
Después, tampoco está claro quién son los laterales derecho e izquierdo; González Pires jugó un gran partido ante Central pero no es un indiscutido. Díaz tiene de esas intervenciones salvadoras –al menos– una vez por partido. Incluso yendo más allá de la Liga Profesional, en el debut de la Copa Libertadores ante Táchira, en Venezuela, también apareció con su clase habitual. Ejemplos sobran y cuesta entender porqué no está jugando en algún club grande de Europa.
Paulo Díaz tiene grandes condiciones técnicas para los anticipos, para los pases y las salidas desde el fondo, gana en las dos áreas con su juego aéreo, podría jugar en los cuatro puestos de la última línea con 4 en el fondo y también podría cumplir la función de líbero o central derecho o izquierdo en línea de 3. Tiene el carácter que requiere cualquier equipo grande para empujar a sus compañeros para adelante, se siente cómodo en las marcas individuales (muchas veces River termina defendiendo 2 vs. 2) y las veces que falló fueron más por confiarse demasiado en algún apoyo o cobertura que por no tener respuestas acordes a la velocidad y decisión que implica un cierre. Un porcentaje ínfimo, más allá de que además los errores técnicos forman parte del juego. Casi no comete infracciones.
Uno de los (pocos) errores, y del que Díaz todavía se lamenta, fue el que terminó en gol de Fa
Frente a Nacional de Uruguay, por la Copa, tocó 96 pelotas, dio 81 pases (con un acierto del 86,4%) y no cometió faltas
cundo Colidio (hoy compañero suyo) ante el Tigre dirigido por Diego Martínez en mayo de 2022, que significó la eliminación de River de la Copa de la Liga. “La verdad es que necesitaba un partido para sacarme la espina que tenía y volver a demostrar la seguridad que le doy a mi equipo”, dijo Paulo Díaz en conferencia del partido posterior, en la goleada de River ante Colo Colo por 4-0 que significó la clasificación a los octavos de final de la Libertadores: “La noche y el día después del partido pensé en la jugada. No es que uno se quiere equivocar. No quería que pasara, pero lamentablemente sucedió”, agregó. Si se equivoca, no tarda en recuperarse.
Su principal virtud es que le gusta marcar, disfruta de una recuperación tras una buena lectura de juego, pero también es el segundo futbolista del torneo con más pases, detrás de Santiago Sosa, de Racing, aunque vale mencionar que el volante de la Academia (que jugó como líbero varios partidos en el esquema 3-4-1-2 de Costas) tiene un partido más jugado con respecto a Díaz. Según datos de opta, en doce partidos de la actual Copa de la Liga Sosa sumó 775 pases, mientras que Díaz, en once encuentros, completó 724. Los siguen en la tabla Agustín García Basso, de Racing (710), Pablo De Blasis, de Gimnasia (665), Gastón Lodico, de Instituto (653), Elías Gómez, de Vélez (634), Agustín Cardozo de Tigre (623), Cristian Lema de Boca (609), Alexis Soto de Defensa y Justicia (609) y Juanfer Quintero de Racing (605).
En el partido ante Rosario Central dio 81 pases, de los cuales 34 fueron para Milton Casco, en esa salida de central a lateral izquierdo. La mayoría fueron en campo rival y sólo uno no fue hacia adelante. El chileno empuja desde el fondo, es uno de los que contagia seguridad y verticalidad. Lo mismo hizo ante Nacional, también en el Monumental.
Tiene un acierto en pases durante todo el torneo local del 86,7% y su eficacia en el campo contrario, bajo una mayor presión adversaria, también es alto: 79,6%. El 82,4 de sus intentos de quites fueron exitosos, suma 44 despejes y 15 intercepciones, además de 12 remates bloqueados de los rivales que iban con dirección al arco de Armani.
El temperamento lo refleja en cada entrega. Y es la voz de la defensa. Sólo él sabe lo mucho que se enojó en el reto casi público (en medio del partido) a Agustín Sant’anna porque no frenó el desborde de Lautaro Blanco en la jugada que finalizó en el gol de Cristian Medina para el 1-1 de Boca en el último superclásico.
Muchos creen (y con razón) que Demichelis todavía no pudo solucionar las ausencias de Enzo Pérez y Nicolás De la Cruz y que eso le condiciona el resto de los puestos; también se destaca la seguridad de Armani y los goles que aporta Borja, pero mientras el entrenador busca su nuevo equipo ideal en este 2024 pensando en la Copa de la Liga y la Copa Libertadores, cuenta con la certeza de que todo sería más complejo si en River no estuviera Paulo Díaz.ß