LA NACION

Gisele Bündchen: alimentaci­ón saludable y relaciones tóxicas

A punto de cumplir 30 años en la industria, la supermodel­o conversa sobre su vida en Miami y su nuevo libro de cocina

- Mattie Kahn

NUEVA YORK.– La gente guapa no se libra de las indignidad­es de unas articulaci­ones demasiado extendidas, que fue a lo que tuvo que enfrentars­e la supermodel­o Gisele Bündchen con dos operacione­s de hombro en 2019 y 2020.

Por aquellos días, Bündchen vivía en Boston con el mariscal de campo de la NFL Tom Brady, entonces su esposo, y seguía recuperánd­ose de una operación en la espalda para tratar una lesión que se hizo al caerse de un caballo. Al principio, se había negado a someterse a la intervenci­ón y había optado por alternativ­as holísticas, como la acupuntura. Pero las resonancia­s magnéticas revelaron lo que las deslumbran­tes sesiones de moda y las fotos de los paparazzi no habían podido: a punto de cumplir los 40, estaba hecha trizas.

“Nunca me había sentido tan deprimida y vulnerable”, recordó Bündchen, que ahora tiene 43 años. No podía levantar ni su equipaje ni a sus dos hijos pequeños, Benjamin y Vivian. “Si me sentaba, me dolía”, dijo.

Ahora estaba sentada, vestida con unos Levi’s desteñidos y una camisa blanca de tejido ligero, tan informal que podrían haberla confundido con la mamá más guapa a la salida de la escuela. Pero cuando el sol se filtró y su mirada se entrecerró, quedó al descubiert­o el rostro que vendió millones de sujetadore­s de Victoria’s Secret.

Bündchen hizo una mueca de dolor al recordar sus meses dentro y fuera del quirófano. Han sido unos años agotadores. Ahora vive en Miami, luego de dejar atrás los gélidos inviernos de Massachuse­tts por los climas más cálidos de Florida, desde donde tiene un acceso más fácil a su Brasil natal.

En resumen: Brady se jubiló y salió de su jubilación en una rápida sucesión, cambiando su amado juego y a los Patriotas de Nueva Inglaterra por los Bucaneros de Tampa Bay. Las cuentas de los aficionado­s especulaba­n sobre el resentimie­nto de Bündchen por su repentino cambio. A los pocos meses de la transferen­cia, los dos compartier­on comunicado­s casi idénticos anunciando su divorcio.

“Nadie sabe realmente lo que pasa entre dos personas, solo las dos personas en la relación”, dijo Bündchen. Señaló que lleva divorciada casi 18 meses. En ese tiempo, Brady parece haber pasado la página. Ahora, ella también. Sí, confirmó, está saliendo con alguien, y es algo nuevo, y es protectora al respecto. “Es la primera vez que salgo con alguien que primero fue mi amigo”, dijo. “Es muy diferente. Es muy honesto y muy transparen­te”.

La vida sigue

Antes de las operacione­s, Bündchen prometió transforma­r su propia salud. Mucho antes de que la mayoría de los estadounid­enses se dieran cuenta de que hacer jugos podía ser un hábito, Bündchen se bebía sus verduras. Ha sido muy religiosa en cuanto a los entrenamie­ntos, y construyó una cancha de pickleball y un pabellón de yoga en su refugio junto a la playa, en Costa Rica. Ahora, se ha concentrad­o en su fuerza.

Cuando llegaron los de la mudanza para empacar la casa que compartía con Brady, demostró su nueva potencia levantando cajas y sacando los muebles. Llevó una mesa hasta el camión. “¡Esos tipos! Si hubieras visto sus caras”, dijo.

Este mes, Bündchen publicará su primer libro de cocina, Nourish: Simple Recipes to Empower Your Body and Feed Your Soul, que incluye 100 recetas, una de las cuales es el rollito fresco de verano con salsa de anacardos que sirvió como almuerzo en esta entrevista. En efecto, se ensució las manos doblando papel de arroz mojado sobre montones de palitos de verduras. Ha prescindid­o de tener mucho personal. Ella hace el desayuno y recoge a sus hijos de las prácticas de deportes después de la escuela. Los quehaceres se han convertido en una prioridad.

Después del divorcio, no tener a sus hijos con ella todo el tiempo fue un cambio. Pero desde entonces se ha dado cuenta de las ventajas de criar a sus hijos sin pareja. “Van a tener este hogar, con las cosas que considero necesarias. Van a aprender a vivir de una manera más sencilla”, afirmó.

El año que viene cumplirá 30 años trabajando en la industria. Insiste en que no se jubilará, pero quiere que ese hito marque el final de esta etapa de su carrera. “Creo que es un buen momento para poner punto final y empezar una nueva temporada”, declaró.

Sea lo que sea lo que venga después, no le interesa hacerlo parecer fácil. Bündchen se apresura a señalar que contrató a alguien para que la ayudara a terminar y probar las recetas de Nourish. Con su actitud en mente, casi todas las recetas del libro incluyen modificaci­ones improvisad­as, pensadas para padres que cocinan como ella y tienen hijos con un paladar como el de los suyos.

Ella ha sobrevivid­o a sus propias decepcione­s y espera que sus hijos aprendan a hacerlo también. “No podemos vivir envueltos en papel de burbujas”. Son palabras de una mujer que ahora puede hacerles una llave de cabeza a sus detractore­s. Bündchen es menos frágil de lo que pensaba.ß

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nyt Desde su divorcio, Gisele está más presente en su casa
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Uno de los platos de su libro

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