Con el disfrute como premisa principal
Este SUV del segmento C destaca por su excelente confort de marcha, el buen equipamiento de seguridad y tecnología y por contar con una mecánica bien conocida y probada
El C5 Aircross es el más grande de la familia de los SUV de Citroën. Lanzado a mediados de 2020 en plena pandemia, venía a reemplazar al C4 Aircross. Y lo hizo muy bien, ya que ocupó ese lugar con una propuesta diferencial. Plantado sobre la plataforma EMP2 (la misma del Peugeot 3008 y el DS 7 Crossback) el año último fue lanzado un restyling y se ofrece en un único nivel de equipamiento, el THP 165 EAT6 Feel Pack, que analizamos.
El C5 es un modelo que se caracteriza por transmitir una imagen robusta y sólida. Eso está dado, en parte, por las amplias medidas (4,5 m de largo, 1,84 m de ancho, 1,654 m de alto, 2,73 m de distancia entre ejes y 230 mm de despeje) y también por la clásica impronta que tienen todos los SUV de Citroën y que está claramente presente en este modelo.
A eso suma algunos detalles interesantes y muy personales. Por ejemplo, en el frente las líneas redondeadas dejaron paso a otras más estructuradas, por lo que en el frente adoptó un aspecto más verticalizado en el que aparecen faros bien estilizados que parecen divididos en dos y que están unidos mediante dos tiras de mini apliques cromadas que de lejos parecen tiras de luces; el doble chevrón es de buen tamaño y se encuentra en medio de la parrilla fina y ciega (tiene las tomas de aire en el paragolpes), y debajo de todo se colocó una especie de spoiler de aluminio sobre los cuales aparecen los pequeños antiniebla.
En el lateral encontramos lindas llantas de aleación de 18” (con neumáticos 235/55) que tienen un planteo que parecen cinco hexágonos unidos, y, obviamente, las molduras de las puertas (una de ellas tiene bordes símil metal).
Atrás, las luces fueron replanteadas y, además de conservar la forma de C, ahora sobresalen de la carrocería (quedan muy bien); lo mismo sucedió con el paragolpes (todo en negro) y con las salidas de los caños de escape que son cromados, bien anchas y que aparece una en cada extremo.
Hay que mencionar también que el interior fue reconfigurado. Ahora el tablero es totalmente digital y de 12,3”, y se complementa con la pantalla táctil para la central multimedia de 10” (compatible con Android Auto y Apple Carplay) que domina el centro del torpedo. Entre los asientos hay una consola en la que se ubica el apoyabrazos (debajo hay una gaveta refrigerada) y en la que aparecen la perilla del freno de estacionamiento, la tecla de encendido y la selectora, denominada e-toggle y que tiene una particularidad: es otra tecla que se mueve hacia adelante y atrás; la posición Parking es mediante un botón. Todo muy práctico y a mano.
Muy, pero muy cómodo para los pasajeros de adelante (las butacas tapizadas en Alcántara son excelentes) atrás tiene el espacio justo para las piernas de tres personas no muy altas (los asientos son individuales y se pueden reclinar y desplazar longitudinalmente). En contraposición, esa modularidad se traduce en un espacio súper generoso, ya que el baúl va de 580 a 1630 L.
El equipamiento está muy bien: luces exteriores en LED, techo panorámico eléctrico, climatizador bizona, control de velocidad crucero, portón trasero con apertura motorizada y acceso con manos libres, apertura y encendido sin llave, espejos exteriores con regulación eléctrica y rebatibles eléctricamente, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, cámara de retroceso y más.
En seguridad es completo: 6 airbags, anclajes para sillas infantiles Isofix y Top Tether, frenos con ABS, EBD y ayuda al frenado de urgencia, controles de estabilidad tracción, ayuda de arranque en pendiente, asistente de estacionamiento y hasta 14 ayudas a la conducción entre las que aparecen alerta y asistente de mantenimiento de carril, el freno automático de seguridad, monitor de ángulo ciego, reconocimiento de señales de velocidad máxima, indicador de descanso, detector de sub inflado de neumáticos, etcétera.
Acorde a la propuesta
Estamos ante otro producto del ex grupo PSA que cuenta con una fórmula mecánica muy conocida y archiprobada: el motor turbonaftero THP de 1.6 L de cilindrada, 4 cilindros en línea y 16 válvulas, con inyección directa de combustible e intercooler, que produce 165 CV a 6000 rpm y 24,5 kgm de par desde 1450 rpm, acoplado a una caja automática de 6 marchas con convertidor de par y tracción delantera.
Pensado para un uso familiar y una conducción relajada, es un combo que no defrauda, ya que a la entrega lineal de potencia suma una buena respuesta (aún en baja pues el torque máximo aparece desde las 1450 rpm) y una transmisión que acompaña muy bien (aunque con algunos tironeos casi imperceptibles en algunos pasos de cambios).
Los números: acelera de 0 a 100 km/h en 10,6 s, recupera de 80 a 120 km/h en 8 s y alcanza una velocidad máxima de 200 km/h. En cuanto a los consumos, demanda un promedio de 9,5 L/100 km en uso mixto.
Más allá de esa cuestión, lo más importante de este C5 tiene que ver con el confort de marcha, aspecto en el cual claramente sobresale (otro de los sellos distintivos de Citroën). Esto, debido a las suspensiones de amortiguadores hidráulicos progresivos (exclusivos de la marca) que mejoran la calidad de filtrado de las imperfecciones del piso y ofrecen un mayor confort. Se suma una dirección suave y progresiva y una excelente insonorización.
Por otra parte, se comporta muy bien en el tránsito y ruta (con algún rolido típico de carrocerías tan altas) y transmite mucha seguridad cuando se lo conduce.
Por el precio sugerido al público, consultar en los concesionarios. ß