Alerta por la presencia de la mosca del Mediterráneo en Entre Ríos y en Corrientes
Ante el aumento alarmante de la presencia de la mosca del Mediterráneo, y tras la declaración de una alerta fitosanitaria por parte del Senasa hasta julio de 2025 en el área del macizo citrícola del río Uruguay, que comprende los departamentos Concordia y Federación en Entre Ríos y Monte Caseros en Corrientes, un equipo de especialistas del INTA Concordia brindó una serie de recomendaciones para fortalecer las medidas de prevención y de vigilancia, y para combatir una plaga que es de las más significativas para la producción frutihortícola argentina por los perjuicios que genera.
“En los últimos años pusimos el foco en el monitoreo de las poblaciones de las moscas de la fruta y su relación con el cambio climático”, señaló Juan pedro Bouvet, biólogo del INTA Concordia. “observamos un comportamiento errático de las poblaciones de la mosca del Mediterráneo. Esto se debe a que los inviernos, año tras año, presentan temperaturas medias mayores a las habituales. Como, por ejemplo, el invierno 2023, cuando se registraron temperaturas medias superiores a los 14°C, lo que provocó que las poblaciones de las moscas de la fruta se mantuvieron activas todo el año y por encima del umbral de daño económico”, explicó.
Desde el INTA destacaron que la alerta emitida por el Senasa busca reforzar las medidas de prevención para la detección y el control de la mosca del Mediterráneo, con el objetivo de reducir el impacto productivo de la plaga sobre las producciones frutícolas de la zona, principalmente cítricos, y de preservar la condición de las regiones protegidas del país (incluyendo las áreas libres de Mendoza y de la patagonia), donde se comercializa gran parte de la fruta producida en el NEA.
Teniendo en cuenta ello, el INTA recomendó a los productores estar atentos a los niveles del índice MTD (mosca/trampa/día) que difunde el Senasa semanalmente para cada zona y adoptar las metodologías de control necesarias. “Las pulverizaciones con productos autorizados, el trampeo masivo, las estaciones cebo y el control cultural, entre otras, son prácticas que sirven para bajar los niveles poblacionales de la plaga”, dijo Bouvet. Destacó la importancia de que el productor “coordine las tareas de control con sus vecinos, porque el manejo regional es la forma adecuada de controlar las moscas de la fruta”.
Esta mosca deposita sus huevos en la superficie de frutas maduras y las larvas que emergen se alimentan del interior de la fruta, causando daños que pueden llevar a la pudrición y a la pérdida de calidad del cultivo. Debido a su ciclo de vida corto y a la alta capacidad reproductiva, la mosca del Mediterráneo puede propagarse rápidamente si no se controla adecuadamente.ß