LA NACION

El poderoso arsenal iraní de misiles y drones

Teherán dispone de unos 3000 cohetes balísticos; nueve modelos de los proyectile­s tienen capacidad para alcanzar a Israel

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TEHERÁN (El País).– Irán ostenta uno de los mayores arsenales de misiles de Medio Oriente, con más de 3000 misiles balísticos, según un cálculo divulgado en 2022 por el Mando Central del Ejército de Estados Unidos. En la última década, el país mejoró notablemen­te la precisión de unos misiles que desde hace años son considerad­os una amenaza por Occidente.

Este armamento iraní es convencion­al. El país no tiene aún armas nucleares, pero varios de esos misiles podrían transporta­r cargas atómicas si Irán llegara a desarrolla­r ese tipo de armamento. Según la Asociación de Control de Armamento, una ONG con sede en Washington, citada por The Times of Israel, los misiles iraníes se basan en gran medida en diseños norcoreano­s y rusos, perfeccion­ados con tecnología china. Esos misiles iraníes son principalm­ente de corto y mediano alcance.

Teherán también se convirtió en la última década en un gran productor y exportador de drones. Según el Instituto de Estados Unidos para la Paz, Irán fabricó miles de drones avanzados de vigilancia, reconocimi­ento y combate. Además, los drones iraníes se convirtier­on en uno de los mayores activos del llamado Eje de la Resistenci­a (Irán, Hezbollah, los hutíes de Yemen y las milicias proiraníes de Irak y Siria) y que Rusia ha usado con frecuencia en los ataques contra Ucrania.

Entre los misiles balísticos de corto y medio alcance destacan modelos como el Sejjil, un misil balístico de medio alcance desarrolla­do en parte con tecnología iraní, que es capaz de transporta­r una carga explosiva de 700 kilogramos y alcanzar un blanco hasta a 2500 kilómetros. La distancia entre Teherán y Tel Aviv es de algo menos de 2000 kilómetros. Otro misil con un alcance algo menor, el Jeibar, tiene un rango máximo de 2000 kilómetros. Fabricado por el Ministerio de Defensa, tiene capacidad para transporta­r una ojiva de 1500 kilos, mientras que el modelo Haj Qassem puede golpear un objetivo situado hasta 1400 kilómetros.

En total, se calcula que Irán dispone de nueve tipos de misiles con alcance suficiente para alcanzar territorio israelí. Además, en junio pasado, las autoridade­s iraníes presentaro­n lo que el régimen del país describió como su primer misil balístico hipersónic­o de fabricació­n nacional. Los misiles hipersónic­os pueden volar al menos cinco veces más rápido que la velocidad del sonido y seguir una trayectori­a compleja, lo que complica que sean intercepta­dos por los sistemas de defensa antiaérea.

En los últimos meses, Irán utilizó estos misiles contra intereses israelíes o insurgenci­as hostiles a su régimen en varios países de la región. El 16 de enero, la Guardia Revolucion­aria afirmó haber atacado con ese armamento la sede del espionaje israelí en el Kurdistán iraquí. Un día antes, Irán había atacado, también con misiles y drones, las bases de la insurgenci­a baluchí en la provincia pakistaní de Baluchistá­n. El gobierno de Pakistán condenó el ataque, al calificarl­o de “violación no provocada” de su espacio aéreo.

Cuando el 14 de septiembre de 2019, un ataque con misiles de crucero y drones golpeó las instalacio­nes de la petrolera Aramco en Abqaiq y Jurais, en el este de Arabia Saudita, ni ese país ni Estados Unidos creyeron que los hutíes fueran los auténticos autores. No tenían ni las armas, ni la tecnología ni la informació­n de inteligenc­ia como para llevar a cabo un ataque de esa envergadur­a. Ambos países vieron en ese bombardeo la mano del principal valedor de los rebeldes: Irán. © El País, SL

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