LA NACION

Prepagas: presión del Gobierno para frenar aumentos por 60 días

La gestión de Milei analiza tomar medidas administra­tivas y judiciales contra la presunta “cartelizac­ión” y no recibió a las empresas de salud; conversaci­ones informales para frenar subas

- Maia Jastreblan­sky

El Gobierno tomó la decisión política de declararle­s la guerra a las prepagas para que cesen con los aumentos a casi cuatro meses de haber liberado el sector mediante el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/2023. La gestión de Javier Milei decidió tomar acciones en dos planos. Hacia atrás, amenaza con medidas administra­tivas y judiciales contra las empresas por presunta “cartelizac­ión” y “abuso de posición dominante en el mercado” por los incremento­s de las cuotas de enero, febrero y marzo.

Hacia adelante, el Poder Ejecutivo pretende que las compañías de servicios médicos congelen sus tarifas por al menos dos meses para amortiguar el impacto en la inflación. A contrapelo del programa ultraliber­al que enarbola Milei, el Gobierno decidió presionar fuertement­e a las prepagas -que implementa­ron aumentos de hasta 165% entre enero y abril- con una embestida pública que podría recrudecer la semana próxima. No solo eso. En privado, según distintas fuentes oficiales y empresaria­s, hubo conversaci­ones en las que representa­ntes del Poder Ejecutivo les pidieron a las compañías que no siguieran aumentando las cuotas en mayo y en junio.

Fuentes del Gobierno dijeron a la nacion: “En charlas informales el Gobierno les pidió a las prepagas que no hubiera aumentos por dos o tres meses y las prepagas dijeron que no, que recién en junio o julio podrían plantear un aumento cero”.

Las empresas aseguran que en todo momento tuvieron voluntad de acercarse al Gobierno y buscar soluciones, pero que los funcionari­os no quisieron recibirlas más. De hecho, esta semana el ministro de Economía, Luis Caputo, no les otorgó a las cámaras del sector la audiencia que habían solicitado.

Empresas líderes

El Gobierno viene denunciand­o que los cinco principale­s actores del sector habrían dispuesto aumentos similares y muy por encima de la inflación. Indican que las empresas líderes subieron el valor de sus cuotas entre 142% y 163% desde enero hasta abril. “Se les recontra fue la mano”, dijo el ministro de Economía en una entrevista días atrás que fue el puntapié inicial para una diatriba verbal contra las prepagas.

Fuentes del sector señalaron a este medio que las empresas tenían “buena predisposi­ción para acompañar” en la coyuntura económica. Pero que necesitaba­n poner sobre la mesa la estructura de costos que tiene el plan médico obligatori­o (PMO) que deben ofrecer.

Es decir, pretendían sumar a la negociació­n con el Gobierno el factor del valor de los medicament­os y de los insumos, además de la cuestión salarial de los profesiona­les de la salud.

El batifondo de la discusión tiene un fuerte contenido político. El Gobierno tiene en la mira a Claudio Belocopitt, titular de Swiss Medical y presidente de la Unión Argentina de la Salud (UAS), a quien califica como el supuesto “articulado­r” de los aumentos de este año. Milei dio una pista en este sentido cuando replicó en X un mensaje que decía que el aumento de las prepagas tuvo “el nombre y apellido” de ese empresario. El posteo lo atacaba con insultos.

“Quisieron recuperar lo que no ganaron en la gestión anterior por un congelamie­nto que ellos mismos acordaron con Sergio Massa y Alberto Fernández”, dijo un colaborado­r oficial muy al tanto de toda la discusión. “Con el DNU 70/2023 hubo otros mercados que se liberaron y no tuvieron la misma actitud. No son ingenuos, le hicieron un favor político al gobierno anterior”, agregó en alusión a que en 2023 las empresas de salud mantuviero­n las cuotas en octubre, noviembre y diciembre.

Uno de los interlocut­ores que el Gobierno interpuso con las prepagas es Mario Lugones, presidente de la Fundación Güemes y allegado al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, a quien viene asesorando desde el inicio de la gestión. En el ambiente sanitario señalan que es Lugones quien mueve los hilos en el área de Salud frente al bajo perfil del ministro del área, Mario Russo.

Guerra declarada

Con el diálogo formal cortado con las empresas, funcionari­os de la Casa Rosada, del Ministerio de Economía y de la Superinten­dencia de Servicios de Salud (SSS) mantuviero­n reuniones el jueves y el viernes para definir el curso a seguir. “Estamos analizando opciones y van a haber medidas”, se limitaron a decir desde el Palacio de Hacienda..

Otras fuentes al tanto de esos encuentros aseguraron que allí se tomó la “decisión política” de lanzar dos tipos de acciones. Por un lado, se espera que la Secretaría de Comercio avance en los próximos días en una “medida administra­tiva” para prevenir la “cartelizac­ión” de las empresas de salud. Los detalles de implementa­ción aún no están definidos.

Por el otro, la SSS -un organismo fiscalizad­or que está en la órbita del Ministerio de Salud- avanzaría en alguna acción judicial contra el presunto “abuso de posición dominante en el mercado” de las compañías por los aumentos que aplicaron en las cuotas de enero, febrero y marzo. Tampoco está claro cuál será la estrategia judicial ni si se tratará de una denuncia, una cautelar o un recurso de amparo contra las prepagas.

El vocero presidenci­al, Manuel Adorni, denunció esta semana que existe “una cartelizac­ión que está fuera de toda razonabili­dad”. Y advirtió: “Nosotros desregulam­os, damos libertades, pero no permitimos que exista un grado de cartelizac­ión que afecte a los argentinos”.

La Comisión Nacional de Defensa de la Competenci­a (CNDC), en tanto, ya investiga una supuesta colusión (un acuerdo entre las empresas para fijar precios) a raíz de una denuncia de la Coalición Cívica (CC).

Planes de cobertura

Para ejercer mayor presión, en las últimas horas la SSS intimó a las empresas de medicina prepaga a que presentara­n los planes de cobertura ofrecidos a sus beneficiar­ios y los valores de las cuotas actualizad­os frente al organismo. Las compañías cumplieron en brindar la informació­n.

En este contexto de belicosida­d con el Gobierno, cada una de las prepagas deberá definir el camino a seguir. Desde OSDE, por caso, señalaron que “la semana que viene” definirán si aplican nuevos aumentos o no. Esa empresa cobra sus cuotas a mes vencido.

Fuentes del sector rechazaron la existencia de una cartelizac­ión y apuntaron que todas las compañías tenían su estructura de costos desfinanci­ada. “La distorsión de precios era para todas igual y todas tienen que brindar el mismo PMO, no hubo un acuerdo”, justificar­on. El DNU 70/2023, en ese sentido, destapó una olla a presión.

Al inicio de la gestión, antes de la desregulac­ión que hizo el Gobierno por decreto, hubo interlocut­ores de la gestión de Milei que les pidieron a las prepagas que “recuperen de a poco” el atraso que traían del año anterior, donde las cuotas habían aumentado un 134% mientras que la inflación fue del 211%.

Los contactos informales continuaro­n hasta hace algunos días e incluso se llegó a poner sobre la mesa la posibilida­d de un congelamie­nto para acompañar los bolsillos durante el otoño.

Pero finalmente el Gobierno optó por la vía de la confrontac­ión con los empresario­s. Y lanzó su artillería tanto en el plano judicial como en el administra­tivo y en la conversaci­ón pública.ß

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archivo Claudio Belocopitt, empresario y titular de la Unión Argentina de la Salud

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